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imparablelbanodesangreLos Mochis-Topolobampo. Cementerio clandestino.

Detectan panteón clandestino entre Los Mochis y Topolobampo

Río Doce.
– El hallazgo de un panteón clandestino con cinco cuerpos en estado de descomposición demostró que los grupos delictivos siguen operando libremente en la ciudad, sin que la Policía logre someterlos, como alardea el alcalde Zenén Aarón Xóchihua Enciso y su jefe de Policía interino, Jesús Carrasco Ruiz.

De entre los cuerpos encontrados se identificó a Manuel Antonio Salas López, de 29 años de edad y residente de la colonia Santa Teresa, en donde fue privado de la libertad, así como el pasante de criminología y ex meritorio de la Subprocuraduría Regional de Justicia en la Zona Norte, Sabdiel López Salas, de 22 años de edad, quien vivía en la colonia Tabachines.

Ambos cuerpos fueron encontrados juntos, donde habían sido semisepultados con cal.

A un costado de estos fueron hallados tres cadáveres más, todos con descomposición de entre dos semanas a un mes, y por ello imposible de reconocer facialmente.

Estos fueron encontrados con ataduras en brazos y piernas. Uno de ellos fue inmovilizado con amarradijos hechos con su propia ropa, muy al estilo de lo que hacen las policías con algunos detenidos.

Los jóvenes no fueron asesinados en el lugar del hallazgo, sino dejados, pues los peritos no encontraron evidencias de disparos de armas de fuego. Esos restos se buscaron en el sitio, porque los cinco fueron asesinados a balazos, en la cabeza, principalmente.

El descubrimiento del panteón clandestino se dio por un vaquero que pastoreaba su hato de ganado. Eso ocurrió en el lugar conocido como Las Mañanitas o El Espejo, a unos cinco kilómetros al sur de Los Mochis, rumbo a Topolobampo.

El lugar es una zona arbolada, rodeada de matorrales silvestres, en donde crece Tabachín, Guamúchil, Olivo negro, Laurel y Álamo, y que también es utilizada como basurero y tiradero de escombros. En los alrededores se construyen casas y palapas de descanso.

El hallazgo de los cuerpos ocurre luego de que un comando asesinara en pleno centro de la ciudad al vendedor de autos, Jesús Soto Sánchez, residente de la colonia 12 de Octubre, y se lleva al acompañante de este y que resulta ser su primo, Jesús Eduardo Soto Mariscal, cuyo paradero no se ha encontrado.

A estos hechos antecedieron y sucedieron privaciones de la libertad en serie, principalmente en nuevos asentamientos como Las Huertas o Villas de Santiago, aunque no escapan barrios tradicionales como La Cuchilla o Praderas de Villa. Las operaciones del grupo armado son perpetradas a cualquier hora del día, con o sin la presencia de la Policía.

Hasta ahora ningún cuerpo de seguridad pública ha reportado escaramuzas con los civiles armados, pese a que la ciudad es patrullada de día y de noche por la Policía Federal, grupos especiales de agentes preventivos, convoyes de la Policía Ministerial del Estado y elementos estatales, municipales y militares adscritos a la base de Operaciones Mixtas Urbanas.

Las fuentes consultadas revelan que en todos los casos fue un comando que utilizaba dos autos compactos blancos y en uno gris para movilizarse, e incluso unidades familiares, los que perpetraron los atentados en público.

La Policía se encuentra desconcertada por la aparición del nuevo comando, el cual no se ha atribuido ninguno de los asesinatos recientes.

La Subprocuraduría Regional de Justicia tampoco ha fincado cargos por las ejecuciones, porque hasta ahora, y luego de ocho asesinatos, no han logrado identificar a la célula que los ha perpetrado. Incluso, la dependencia se mostró hermética a comentar los asuntos, argumentando que son indicaciones de Culiacán no dar detalles, pues para ello hay una vocería.

Francisco López Leal, subprocurador regional de Justicia, dijo: “Sobre los cinco muertos encontrados en Las Mañanitas no puedo informar nada. Eso le corresponde a la vocería. Comuníquense allá”.

Este no es el único caso reciente de un panteón clandestino, pues a tres días de haber sido encontrado el de Las Mañanitas, en el ejido 9 de Diciembre fue encontrado otro lugar similar, en donde ya se habían cavado mecánicamente ocho fosas.

En una de esas tumbas y encalado también, fue encontrado el cadáver del hotelero Rómulo Raúl Serrano Bonifat, de 35 años de edad, y residente de El Fuerte, quien desapareció luego de que un grupo armado lo interceptó camino a casa.

Antes de ser privado de la libertad por el comando, Rómulo había sido detenido en esta ciudad en posesión de tres pistolas calibre 38 Súper. Al cabo de pagar una fianza recobró momentáneamente su libertad, pues minutos después de que abandonó la sede de la Policía Federal Ministerial, desapareció.

Tras los casos que consternaron a la comunidad y que volvieron a vaciar las calles, el alcalde Zenén Aarón Xóchihua Enciso solo se limitó a declarar que era necesario reconsiderar las labores policiales, en la que, por cierto, hay déficit de elementos.