ADN/Zenit.- María Laura de Jesús Montoya Upegui en en 1914 fue cofundadora de la orden de la Congregación religiosa de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, junto a su director espiritual el padre Cipriano Íñiguez.
Nació en Zapopan, Jalisco, México el 27 de abril de 1878. Fueron sus padres Fortino García y Refugio Zavala.
A los 23 años de edad cuando ya había sido prometida en matrimonio sintió la vocación religiosa. Su director espiritual, padre Cipriano Iñiguez Martín del Campo, entendió su vocación y la llevó a fundar la congregación religiosa de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres, con la que dedicó su vida a los enfermos y desvalidos.
Vivió en un período convulsionado por la persecución religiosa, en los años de la Cristiada, que desde 1911 con la caída del presidente Porfirio Díaz, se agravó hasta 1936, con persecuciones a la Iglesia por parte de los revolucionarios Venustiano Carranza, Alvaro Obregón, Pancho Villa, y Plutarco Elías Calles en el período más sangriento comprendido entre 1926 y 1929.
Mismo poniendo en riesto su vida, madre Lupita escondió en el hospital a varios sacerdotes y obispos y almismo arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez. Sin por ello dejar de dar cuidados médicos y alimentos a sus perseguidores.
“En ese período ninguna de las religiosas dejó la congregación, porque también los sacerdotes y el padre fundador hoy siervo de Dios, les ayudaron a ellas a mantenerse firmes. En cambio otras congregaciones enviaron a las religiosas a sus casas para refugiarse hasta que todo pasara”, Le indicó a ZENIT una de las religiosas en Italia, hermana Helena Ruíz, secretaria del postulador de la causa, el padre Oscar Sánchez Barba.
“Ella era tenía una caridad operativa, lo veía todo con los ojos de Dios” dijo. Y añadió: “El hecho que va a ser canonizada hace que más gente quiera conocerla. Por ejemplo en nuestras dos parroquias que tenemos en Roma”.
“Nosotras –concluyó la religiosa– estamos muy emocionadas y es un momento para profundizar nuestra vocación y espiritualidad, y esto nos está dando mucha fuerza”.
Los testigos que la conocieron recuerdan que Madre Lupita realizaba el oficio de enfermera y muchas veces lo hacía de rodillas en el piso para atender a los enfermos, y a pesar de la carencia de muchas cosas, intentaba dar a los enfermos un buen cuidado en la vida espiritual.
La Madre Lupita fue la superiora general de la Congregación durante toda su vida y supo renunciar a las comodidades aceptando con alegría a una vida sobria y sacrificada. Hoy en día las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres tienen con 22 fundaciones, incluso fuera de México, como en Perú, Islandia, Grecia e Italia. Falleció el 24 de junio de 1963 en Guadalajara, México, a la edad de 85 años, teniendo ya fama de santidad.