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Según el «The New York Times», los responsables estadounidenses en materia de seguridad están desconcertados porque el Gobierno de Peña Nieto ha impuesto duras restricciones a su capacidad de acción en el país vecino

ADN/ABC.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llega este jueves a México con una agenda marcadamente económica y pasará de puntillas sobre el problema de la violencia, que marcó las relaciones bilaterales durante su primer mandato cuando Felipe Calderón ocupaba la residencia presidencial de Los Pinos. Ahora, con Peña Nieto en el poder, el crimen organizado merece para la Administración mexicana un perfil menor, al que contribuye Obama al asegurar que los estadounidenses «a veces olvidamos« que México es un «enorme socio comercial».

Barack Obama considera que una nueva era de cooperación económica entre las naciones vecinas «apenas está comenzando». En unaentrevista para la Sociedad de las Américas, el mandatario recordó que, «de manera creciente, nuestra alianza económica está definida no sólo por los bienes que nos vendemos mutuamente, sino por los productos que fabricamos de manera conjunta. Discutiré con el presidente Peña Nieto cómo podemos continuar reduciendo barreras al comercio y la inversión, crear aún más empleos para nuestra gente y hacer que nuestras economías sean más competitivas en la economía global».

En rueda de Prensa previa a la visita, Obama elogió a Peña Nieto y señaló que tiene la «impresión (de) que el nuevo Presidente es serio acerca de las reformas. Ya ha tomado algunas decisiones difíciles. Pienso que va a hacer más para que mejoren la economía y la seguridad de los ciudadanos mexicanos y también mejorará la relación bilateral». En cuanto a la violencia, recordó que «en mi primera conversación con el presidente me indicó que estaba muy preocupado acerca de cómo podemos cooperar para enfrentar a los cárteles transnacionales de droga», y en ese aspecto «hemos dado grandes pasos en la coordinación y la cooperación entre nuestros dos gobiernos», aunque «mi sospecha es que aún puede ser mejorada».

Cambio de política

Respecto al cambio de política para combatir el crimen organizado, echó balones fuera: «No voy a juzgar aún cómo alterará esto la relación entre Estados Unidos y México hasta ver exactamente qué es o qué tratan de lograr». Según el «The New York Times», los responsables estadounidenses en la materia están desconcertados porque la nueva administración mexicana ha impuesto duras restricciones a su capacidad de acción en el vecino del sur, mientras que con Felipe Calderón las agencias norteamericanas tenían vía libre para operar al sur del río Grande.

Durante su encuentro con los medios, Obama se mostró optimista respecto a las posibilidades de que se apruebe la reforma migratoriaen el Congreso, asunto postergado desde los tiempos de George W. Bush y Vicente Fox, y que se vería truncado tras los ataques terroristas del 11-S. Aunque Obama reconoció que aún no sabe qué incluirá la propuesta que se presentará en el Legislativo, dijo que una reforma que permita la legalización de la población indocumentada sería un «logro histórico. Confío en que la labor bipartidista que hemos visto sobre la reforma migratoria logrará un proyecto de ley que sea aprobado en el Senado y la Cámara de Representantes rumbo a mi despacho».