Cáscara Amarga/25/10/2013.- Kike Fuster El arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera, salió en defensa de una escuela que decidió no admitir a una niña que está siendo cuidada por su padre biológico y su pareja homosexual.
La escuela en cuestión, una academia laica y privada dio marcha atrás en su decisión de adherir a la pequeña cuando los propietarios del centro se enteraron de que tenía dos padres.
Pese a que Cabrera cree que la menor de 2 años de edad tiene derecho a una educación, considera que “las escuelas tienen derecho a proteger a los estudiantes de este tipo de influencias”.
Además, el religioso señaló que “el gobierno está decidiendo sobre nosotros, pero (las parejas homosexuales) no deben adoptar”.
Numerosos colectivos LGTB mexicanos alzaron su voz en apoyo de la pareja homosexual y de la niña recordando al arzobispo regiomontano las palabras del Papa Francisco “Quién soy yo para juzgar”. Además, presentaron una serie de denuncias que ha provocado que la escuela esté siendo investigada por varias autoridades gubernamentales.
Por su parte, la pareja también ha presentado una demanda a la escuela por discriminación ante la Comisión de Derechos Humanos local.
Ambos dos pensaron que el Hills Institute, academia de inmenso prestigio en la ciudad, sería el lugar correcto para ellos tras encontrar la palabra diversidad entre una de las características de autodefinición del mismo centro.
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