La imagen del busto de Gustavo Díaz Ordaz manchado de sangre en Zapopan, Jalisco, recorre las redes sociales en memoria de La Matanza de Tlatelolco perpetrada el 2 de octubre de 1968.
Salen manifestantes de Tlatelolco con dirección al Zócalo capitalino
Arriban manifestantes a Tlatelolco; rechazo a la Reforma Educativa, entre las consignas
Llegada de EPN al poder despertó el recuerdo del PRI autoritario: PRD-DF
Hace 45 años, estudiantes y ciudadanos se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas en apoyo a la clase obrera. Sus demandas eran distintas, pero entre ellas exigían la derogación del delito llamado “disolución social”.
Pese al esfuerzo que existe desde la educación pública por borrar uno de los episodios más oscuros de la historia moderna en México, cada año millones de mexicanos recuerdan a aquellos que perdieron la vida en busca de un mejor país así como de aquellos a quienes las investigaciones posteriores han señalado como como culpables. Entre ellos, el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Un año después de la matanza, Díaz Ordaz reconoció su responsabilidad en el evento que eclipsó la movilización social previa a los Juegos Olímpicos de 1968 y que se sumó a una oleada internacional que comenzó con el “Mayo francés”.
“Asumo íntegramente la responsabilidad ética social, jurídica política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”, dijo en su Quinto Informe de Gobierno, ante un pleno de legisladores que ovacionaron de pie su declaración en San Lázaro.
No obstante, sostuvo que todas las decisiones caían sobre él por ser el presidente de México, pero nunca reconoció su culpabilidad, ni existió algún proceso penal en su contra por los homicidios de 1968, previos a la fiesta de los Juegos Olímpicos.