Legitima indirectamente abusos contra mexicanos en EEUU

No intervención: la política exterior de Sheinbaum ante abusos de DDHH

Sheinbaum dice respetar la soberanía de otros países lo que, en su opinión, le impide condenar violaciones de derechos humanos.

Al hacerlo, Sheinbaum olvida que redadas de Trump contra los migrantes son soberanas y que al razonar como lo hace le resulta imposible criticarlas.

Sheinbaum desestima el alcance de la crisis de derechos humanos por “decisiones soberanas”. En Chile, haitianos huyen a Perú o se aprestan a enfrentar redadas al menos tan violentas como las de Trump.

Los Ángeles Press

La actividad en Palacio Nacional este viernes 19 de diciembre fue una oportunidad más para que Claudia Sheinbaum aplaudiera a sus colaboradores, a sí misma, celebrara el legado de su predecesor e insistiera en la idea de ignorar las violaciones de los derechos humanos como algo que se justifica en su manera de interpretar la Constitución del país.

Lejos de reconocer la gravedad de la situación en Venezuela, que lleva a que un sector de la población allá, así como de sus exiliados, celebren la presión que ejerce Estados Unidos sobre Nicolás Maduro, Sheinbaum se atuvo a la idea de que México no debe “intervenir” en ningún otro país sin importar qué haga ese país.

Sheinbaum, como los presidentes que durante la mayor parte del siglo XX impulsaron esa idea, identificada por algunos como la “Doctrina Estrada”, pierden de vista que, si uno se atiene a esa idea, entonces no es posible defender los derechos humanos de los migrantes mexicanos que actualmente viven horas difíciles por las brutales acciones de deportación que impulsa el gobierno de Donald Trump.

Después de todo, Trump, aunque haya sido con engaños como los que pronunció apenas ayer en su mensaje nocturno, ganó la elección de noviembre del año pasado, y cuenta con una exigua, menguante, pero real mayoría en el Congreso de su país, que le permite hacer lo que hace incluso contra personas que cuentan con todos sus documentos en regla, al mismo tiempo que libera a narcotraficantes como Juan Orlando Hernández, el expresidente de Honduras.

Sheinbaum, como hacían en el siglo XX Adolfo López Mateos o Gustavo Díaz Ordaz cuando ocurrían golpes de Estado en América Central o del Sur, estima que debe guardar silencio ante graves violaciones de derechos humanos, sin reconocer que, al hacerlo, legitima lo que hace Estados Unidos contra los mexicanos y nacionales de otros países en la actualidad.

Sheinbaum repitió insistentemente uno de los párrafos del artículo 89 en los que basa su decisión de no condenar, “ni con el pétalo de una rosa”, los abusos perpetrados de manera sistemática por Maduro, así como por otros personajes con poder en el continente, como Nayib Bukele o Daniel Ortega entre los más notables.

Y habrá que esperar a lo que viene con José Antonio Kast que, a imagen y semejanza de Donald Trump, ganó su elección al culpar a los haitianos que residen en su país de absolutamente todos los males que pudieran afectar a Chile en la actualidad.

¿Cómo podría México defender a sus migrantes de los excesos de Donald Trump si no fuera por una idea, así fuera vaga, de derechos humanos?

Además de justificar sus decisiones en su manera de interpretar el artículo 89 de la Constitución que, en todo caso, podría cambiarse como ha cambiado el gobierno de Sheinbaum otros artículos, la titular de la presidencia celebró el que las cifras de su gobierno hablen de una mayor recaudación y de un menor número de personas en situación de pobreza.

Para defender esa idea, Sheinbaum tuvo hoy en Palacio Nacional a Jesús Ramírez Cuevas, quien fue el director de Comunicación Social de Andrés Manuel López Obrador y que hoy cobra como su asesor.

Otra asistente a la actividad de hoy fue Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, quien insistió en la idea de que todos los gobiernos previos al actual carecían de políticas sociales y que fue sólo con la llegada de la “Cuarta Transformación” que se ha dado “atención prioritaria a los pueblos indígenas”.

En otros temas, a pregunta expresa de uno de los asistentes a la actividad en Palacio Nacional Sheinbaum negó que Emilia Calleja pudiera estar a punto de dejar el cargo de directora de la Comisión Federal de Electricidad.

Otro asistente a la actividad le preguntó a Sheinbaum por sus deseos de Año Nuevo lo que le dio oportunidad de hablar de su compromiso con el pueblo.