México y Venezuela encabezaron las listas de asesinatos, desapariciones y detenciones arbitrarias de periodistas, en 2024.
La violencia sigue siendo una herramienta de censura en México, con asesinatos que son la punta del iceberg de un clima de agresiones a periodistas más amplio, según Artur Romeu de RSF.
La violencia contra periodistas en América Latina ha sido una crisis persistente.
Cortesía/Los Ángeles Press/Teresa Mioli.
Las calles del centro de Uruapan estaban casi vacías cuando el periodista mexicano Mauricio Cruz Solís realizaba una transmisión en vivo con el alcalde de la ciudad sobre la ayuda que se le estaba proporcionando a propietarios de negocios tras el incendio de un mercado local. Poco después de terminar la entrevista, sobre las 10:00 p.m. del 29 de octubre, el periodista de 25 años fue asesinado a tiros.
Solís es uno de los al menos ocho periodistas asesinados en América Latina en 2024, según el balance anual de Reporteros sin Fronteras (RSF).
En un año en el que un número increíblemente elevado de periodistas ha perdido la vida en zonas de conflicto –especialmente en Gaza–, los países latinoamericanos siguen figurando en las listas de los lugares más mortíferos para la prensa.
México se ubica en la lista de RSF de los tres países y territorios más peligrosos para los periodistas este año, con al menos cinco periodistas asesinados allí. En Colombia, RSF reportó el asesinato de al menos dos periodistas, lo que sitúa al país en el sexto lugar de la lista de la organización. Y en Honduras, al menos un periodista fue asesinado por su trabajo. El 28 de enero, Luis Alonso Teruel, presentador de un programa político en Pecaligüe TV, fue interceptado cuando circulaba por una carretera con su hijo de 11 años, sacado del vehículo y balaceado.
Las agresiones mortales a la prensa este año han sido brutales y en un número casi igual al del año pasado. Esto se produjo después de una enorme disminución con respecto a 2022, cuando RSF denunció 27 asesinatos de periodistas de la región.
Artur Romeu, director de la Oficina para América Latina de RSF, dijo que la violencia sigue siendo una herramienta de censura en América Latina y que el número de periodistas asesinados es sólo un indicador de las condiciones de seguridad para trabajar como periodista en la región.
“La violencia contra los periodistas sigue presente en diferentes partes de América Latina y los asesinatos en sí son sólo la punta del iceberg de una tendencia mucho mayor y mucho más grande de violencia contra los periodistas en la región”, dijo Romeu.
Una aparente disminución de los asesinatos en los últimos años también fue observada por la UNESCO, que registró al menos 12 asesinatos de periodistas en América Latina y el Caribe este año, en comparación con 18 asesinatos en 2023 y 43 en 2022.
Es importante destacar que las organizaciones defensoras de las libertades de prensa y expresión tienen diferentes metodologías para confirmar que el asesinato de un periodista está vinculado al ejercicio de su profesión. Por esta razón, los números tienden a variar entre organizaciones.
Guilherme Canela, jefe de la sección de Libertad de Expresión y Seguridad de los Periodistas de la UNESCO, se mostró esperanzado en que las cifras indiquen una reducción de los asesinatos de periodistas, pero se necesitan más investigaciones para determinar si eso está ocurriendo.
“Es una buena noticia en sí misma, pero necesitamos más información para comprender por qué puede convertirse en una tendencia positiva y cuáles son las causas fundamentales de este descenso de los asesinatos”, dijo Canela.
Apuntó algunas hipótesis que podrían explicar la disminución de asesinatos, como la reducción de la tasa global de impunidad en los crímenes contra periodistas. Hace una década, la tasa era del 95 por ciento, pero ahora se sitúa en el 85 por ciento.
“La cifra, 85 por ciento, sigue siendo escandalosa y absurda”, agregó Canela.
Otra hipótesis es la presencia del Plan de Acción de la ONU sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, aprobado en 2012. Este ha incluido la formación de más de 15 mil funcionarios judiciales.
Y una tercera hipótesis es el creciente número de mecanismos nacionales para la seguridad de los periodistas.
Sin embargo, dijo Canela, puede haber hipótesis que apunten a causas profundas con sentido negativo del aparente descenso de los asesinatos: un desplazamiento hacia otros tipos de crímenes contra periodistas y autocensura.
Canela sospecha que la reducción de los asesinatos no puede explicarse sólo por una de estas hipótesis, sino a una combinación de todas.
Desapariciones y detenciones
Los peligros para la prensa no terminan con los asesinatos.
A nivel mundial, seis profesionales de los medios de comunicación han desaparecido en 2024, entre ellos la periodista y activista nicaragüense Fabiola Tercero Castro, de acuerdo con los registros de RSF. Según la organización de defensa de la libertad de prensa, existen sospechas de que Tercero Castro se encuentra en una prisión estatal, pero las autoridades no lo han confirmado.
México también encabeza los registros de RSF de periodistas desaparecidos en la última década, con al menos cinco profesionales de la prensa cuyo paradero sigue como desconocido.
Además, RSF tiene constancia de un periodista secuestrado en México: Alan García Aguilar, periodista del sitio digital de noticias Escenario Calentano que fue secuestrado a finales de diciembre de 2022 y aún no ha sido liberado.
Teniendo en cuenta los profesionales de la prensa que han caído en la cárcel por su trabajo, Venezuela lidera la región con ocho casos de periodistas detenidos este año, según RSF. Las detenciones se produjeron cuando informaban sobre unas elecciones presidenciales plagadas de acusaciones de fraude. Los cargos en contra de ellos incluyeron incitación al odio, terrorismo y obstrucción de la vía pública.
“En sólo un par de semanas, Venezuela se convirtió en la mayor cárcel para periodistas de la región”, dijo Romeu.
Pese a la existencia de una serie de condiciones estructurales que dificultaron el trabajo de los periodistas en Venezuela durante la última década, Romeu dijo que se ha producido una escalada con estas detenciones.
“El gobierno ha aumentado su capacidad de censurar el periodismo y de violar aún más la libertad de prensa en el país”, dijo. “Los periodistas ahora tienen más miedo de hacer periodismo”.
Entre los casos destacados de miembros de la prensa excarcelados este año en la región, RSF señala el del periodista guatemalteco José Rubén Zamora, quien continúa en arresto domiciliario con la amenaza de volver a prisión. Zamora pasó 813 días en prisión y enfrenta un proceso judicial que ha sido criticado por organizaciones locales e internacionales.
El periodista cubano Lázaro Yuri Valle Roca, detenido inicialmente en junio de 2021 y condenado un año después por “propaganda enemiga continuada”, fue puesto en libertad en junio de 2024 a condición de que abandonara el país. Ahora vive en Estados Unidos.
Y el periodista nicaragüense Víctor Ticay fue liberado el 5 de septiembre de 2024 tras haber sido condenado a ocho años de prisión y cumplir 517 días de encierro. Tras su liberación, fue expulsado del país junto con otros 134 presos políticos.
Periodistas asesinados en América Latina y el Caribe en 2024
Romeu hizo hincapié en un patrón que marca los asesinatos de periodistas en América Latina.
Suelen ser autores intelectuales los que ordenan a sicarios que ejecuten a algún periodista local que tiene su propio medio de comunicación hiperlocal en el que informa sobre la corrupción local, el cual comúnmente es asesinado camino a su casa, dijo. A menudo es difícil identificar a esos autores intelectuales, agregó.
“Cuando analizamos cada caso individualmente, se confirma este patrón que es bastante específico de América Latina”, dijo Romeu.
A continuación, se presentan los nombres de los periodistas asesinados en 2024 que fueron reportados por UNESCO, RSF, CPJ, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH y/o por organizaciones locales. No está claro en todos los casos si el asesinato está relacionado con su trabajo como periodista.
24 de enero: Mardonio Mejía (Colombia)
28 de enero: Luis Alonso Teruel (Honduras)
14 de abril: Jaime Vásquez (Colombia)
26 de abril: Roberto Carlos Figueroa (México)
10 de junio: Víctor Manuel Jiménez Campos (México)
27 de junio: Jorge Méndez Pardo (Colombia)
28 de junio: Víctor Alfonso Culebro Morales (México)
4 de agosto: Alejandro Alfredo Martínez Noguez (México)
31 de agosto: Enrique Hernández Avilés (México)
29 de octubre: Mauricio Cruz Solís (México)
30 de octubre: Patricia Ramírez González (México)
21 de noviembre: Steven Andrés Fajardo (Colombia)
23 de noviembre: Leonardo Rivas (Ecuador)
Dec. 3: Edgar Garay (Colombia)
Dec. 3: Adriano Bachega Olvera (México)
Traducido por César López Linares
Fuente: Latam Journalism Review