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En medio de la ola de violencia que vive Culiacán, las instituciones de salud se encuentran expuestas a ataques contra pacientes ante la carencia de protocolos de seguridad

Cortesía/Río Doce/Martín González.

Ante la falta de protocolos de seguridad en los hospitales de Culiacán, para la delincuencia organizada resulta relativamente fácil ingresar para rematar o rescatar heridos de las áreas de urgencia u hospitalización.

Los ajustes de cuentas ponen en riesgo al personal médico y pacientes, sin que hasta ahora se tenga una estrategia efectiva para evitar la irrupción de los sicarios que buscan acabar con su objetivo.

Los remates se dan tanto en hospitales públicos como en clínicas privadas de Culiacán, al amparo de la falta de vigilancia policial.

Pero después de “ahogado el niño” vienen las protestas y la exigencia de seguridad, los protocolos de seguridad que se diluyen con los días para volver al cuento de nunca acabar…

Una historia de remates

La noche del jueves 10 de octubre un sicario burló la seguridad del Hospital General de Culiacán y se escabulló hasta la cama 235, en el tercer piso, para rematar a un joven de 23 años que había ingresado el 23 de septiembre, herido de bala.

El 28 de septiembre de 2023 al menos dos sicarios armaron un tiroteo al interior de la Clínica Culiacán luego de ingresar a rematar a un herido que se encontraba internado en el lugar, el cual se encontraba custodiado por una persona armada.

Durante el enfrentamiento murieron cuatro personas, entre las que se encontraba un médico urgenciólogo originario de Angostura.

El 6 de marzo de 2020 se suscitó una balacera al interior del Hospital General Regional número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), luego de que un grupo de gente armada ingresara a tratar de rematar a un paciente, herido de bala en un enfrentamiento en la colonia Loma de Rodriguera.

Amenazas y rescates

La confrontación que sostienen los grupos antagónicos de la delincuencia organizada desde el 9 de septiembre en algunos municipios de Sinaloa, ha provocado que algunas de estas facciones lleven a sus heridos y exijan atención médica mediante amenazas en hospitales y clínicas de los municipios.

HOSPITAL GENERAL. El sector salud bajo amenaza.

El secretario de Salud del estado, Cuitláhuac González Galindo, ha informado que en algunas instituciones médicas del sur de la entidad han recibido a personas heridas por arma de fuego y sujetos armados han obligado el personal médico a darles atención bajo amenazas, como sucedió en septiembre en Villa Unión.

El funcionario estatal dio a conocer que en ese mismo mes tres hombres con heridas de bala fueron internados en el Hospital Integral de La Cruz, en Elota. Luego de recibir atención médica, llegaron compañeros de estos y se los llevaron.

La seguridad

A raíz del asesinato registrado la noche del jueves 10 de octubre en el área de camas del Hospital General de Culiacán, el viejo, Cuitláhuac González Galindo, secretario de Salud, aseguró que se cuenta con vigilancia permanente y rondines policiales.

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“La policía estatal está dando rondines y está ahorita de manera permanente en la unidad médica del Hospital General… Ahora sí están de manera permanente”, comentó.

En el área de ambulancia del “Dr. Bernardo J. Gastélum”, en la colonia Antonio Rosales, ciertamente, se encuentra una patrulla motorizada con cuatro agentes de la Policía Estatal, pero no cuentan con rondines policiales.

González Galindo dijo que no se puede tener vigilancia policial al interior porque se generaría alarma entre los pacientes y personal médico.

“Nosotros solicitamos la vigilancia y ya estamos con vigilancia… son patrullas que están dando rondines, vueltas… No podríamos ahorita tener custodios al interior. La gente se alarma más, pero sí hay ahorita vigilancia”, subrayó.

Los protocolos

El 12 de octubre de 2023, luego del tiroteo registrado al interior de la Clínica Hospital Culiacán, donde murió un urgenciólogo que quedó en medio del fuego cruzado, los diputados del Congreso del Estado se reunieron con el secretario de Salud para generar mecanismos para contar con hospitales públicos y privados más seguros, establecer una comunicación más eficiente y emitir alertas y notificaciones cuando el caso lo ameritara o implicara una situación de riesgo.

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Viridiana Camacho Millán, entonces diputada por el Partido Sinaloense (PAS), expresó que se contaba con una iniciativa tendiente a mejorar los procedimientos de seguridad para hospitales y clínicas, para reducir posibles riesgos, como los ocurridos en ese entonces en la Clínica Culiacán.

Los representantes de las asociaciones y colegios médicos solicitaron una revisión de los protocolos y códigos de seguridad en los hospitales para garantizar que estos se implementen de forma adecuada y evitar asesinatos al interior de las instituciones médicas.

Cuitláhuac González Galindo, secretario de Salud, en esa reunión informó que a través de una circular instruyó a todas las instituciones médicas de Sinaloa a notificar de inmediato cuando un herido ingrese al servicio hospitalario.

Instituciones privadas

El secretario de Salud aseguró que en las clínicas privadas se está aplicando el protocolo de seguridad, porque es una labor que se tiene que hacer.

“En las instalaciones privadas es otra forma de acción, lo que sí es que se debe de atender lo que uno les indica. No negar la atención y, sobre todo, notificar”, señaló.

Artículo publicado el 20 de octubre de 2024 en la edición 1134 del semanario Ríodoce.

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