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En Sinaloa, una encuesta de Sociedad Educadora reveló que el 9% de alumnos de sexto de primaria y primero y segundo de secundaria, aseguró haber probado dicho producto

El vapeador se ha posicionado junto al alcohol y al tabaco, en una de las principales sustancias de inicio de consumo entre jóvenes de 10 a 12 años de edad en Sinaloa, y las escuelas secundarias se han convertido en el foco de atención de una situación que va en aumento. 

Los programas de prevención de adicciones, impulsados por la Secretaría de Educación Pública y Cultura con organizaciones como el Centro de Integración Juvenil (CIJ) y Sociedad Educadora, dan cuenta del incremento en el consumo de un producto que, a pesar de estar prohibido por decreto presidencial, sigue prevaleciendo y va imperando sobre la preferencia de los jóvenes.  

Datos de la asociación civil Sociedad Educadora resaltan que, de una encuesta realizada a 6 mil 573 alumnos de sexto de primaria, y primero y segundo de secundaria, reveló que el 9 por ciento de los entrevistados aseguró haber probado o dijeron que probarán el vapeador. En los resultados finales, el alcohol es la primera sustancia de preferencia de consumo, seguido del vapeador y el tabaco.

“Se supone que el tabaco era el segundo lugar de sustancias de inicio de consumo; el vapeador actualmente está destronando al tabaco”, declaró Irving Salazar Gaxiola, director general de la asociación.

Las sustancias de inicio de consumo son aquellas que sirven como el primer acercamiento para el uso de otras, como drogas. Los programas de prevención de adicciones sirven como advertencia e informan a los jóvenes de entre 10 a 15 años, etapa en la que surge esa aproximación.

José Alberto Cerón Castro, coordinador estatal de Escuela y Salud de la SEPyC, dijo que no existían datos cuantitativos para afirmar que exista una incidencia de consumo de vapeadores entre jóvenes de secundaria. 

“No tenemos datos como tal de consumo, ni de adicciones, ni de manejo de vapeadores, sabemos que el entorno existe y la situación se desarrolla, por eso estamos desarrollando estos programas… no tenemos un dato específico como tal dentro de las escuelas”, dijo.

El 14 de diciembre del 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a los países a generar medidas urgentes para prevenir el consumo de cigarros electrónicos en niños y adolescentes.

Declaró que las tasas de consumo de cigarrillos electrónicos eran más altas entre menores de 13 a 15 años que en los adultos. Señaló que, a pesar de que se vendan como una alternativa al tabaco, los jóvenes que consumen cigarrillos electrónicos tenían casi tres veces más probabilidades de fumar cigarros convencionales en el futuro.

El organismo internacional mencionó que se había demostrado que los cigarros electrónicos liberaban sustancias cancerígenas; que aumentaban el riesgo de sufrir trastornos cardiacos y pulmonares; causaban problemas de aprendizaje y afectaban el desarrollo del cerebro.

El director del CIJ, Manuel Velázquez Ceballos, declaró que más allá de los programas de prevención de adicciones en secundarias, las acciones tienen que enfocarse en la contención, sobre todo en los últimos años de secundaria, donde el consumo está más concentrado.

Venta y prohibición 

Aunque la comercialización del vapeador está prohibida por decreto presidencial desde 2022, por entrar en la categoría Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), y su venta esté restringida a menores de edad por el Congreso de Sinaloa, la realidad es muy distinta. 

“… está prohibida su comercialización, es un delito vender vapeador y, ¿de dónde obtienen vapeadores los alumnos?, ¿quién se los está distribuyendo, comercializando…? Hay ambigüedades en la ley: está prohibida su comercialización, pero no está prohibido portarlo”, comentó Salazar Gaxiola. 

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El gerente de Sociedad Educadora agregó que las escuelas secundarias no solo se han convertido en foco de consumo sino, también, de venta. 

“… se está comercializando ahí mismo, de alguna manera los mismos chavos están llevando ‘vapes’ para vender y ahí mismo tienen a los ‘dealers’ o a veces por la parte de afuera ‘camuflan’, vamos a decirle, el tema de vendedores ambulantes, que te venden paletas, pero también traen vapeadores…”. 

Víctor Manuel Martínez Rea, director de la secundaria Gabriel Leyva, en la colonia Loma de Rodriguera, abrió un cajón de su escritorio, sacó una bolsa con cinco vapeadores y aseguró que fueron más los que se confiscaron el ciclo anterior. 

Los jóvenes ya no se arriesgan a llevar cajas de cigarros, comentó; el diseño novedoso y atractivo de los ‘vapes’, la idea errónea de que no hace daño y la permisividad de los padres, hace que el consumo se vaya normalizando.

El director cuestionó lo mismo: si los vapeadores están prohibidos, ¿Dónde los consiguen? “Lo tienen a la mano como un dulce y lo traen en la mochila”, respondió. 

Aseguró que dentro de Loma de Rodriguera existían máquinas dispensadoras de vapeadores y que era fácil para los jóvenes acudir a ellas.

En mayo del 2022, fecha en que el presidente Andrés Manuel López Obrador prohibió su venta, la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Sinaloa (COEPRISS) inició con el retiro de máquinas expendedoras de vapeadores; ese mes sacaron seis del mercado y al final de año retiraron 11; sin embargo, no emitió ninguna sanción o multa.

En 2023, la cantidad de máquinas expendedoras retiradas fueron siete y hubo una sanción.

“Hay una razón por la que se hizo que se detuviera el consumo, porque estaba disparado, y fue que las personas que se dedican al crimen organizado prohibieron que se estuviera vendiendo indiscriminadamente, solo ellos podían. Fue algo de que iban a sancionar a quien sorprendieran vendiendo vapeadores…y les entró el temor”, comentó el director.

Artículo publicado el 15 de septiembre de 2024 en la edición 1129 del semanario Ríodoce.

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