El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) concluyó que el informe de los primeros 100 días del tercer año de gobierno, que rindió el el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 30 de marzo, fue un acto de propaganda que desacató las restricciones constitucionales del proceso electoral, porque ya habían iniciado campañas en seis estados.
Por ello ordenó a la Sala Especializada de ese mismo órgano revisar el caso, imponer las consecuencias jurídicas y evitar su reiteración.
Esta mañana el presidente López Obrador negó que su informe haya sido un acto de propaganda.
“Claro que no (es propaganda de su Gobierno); propaganda es decir ‘voten por este partido o candidato’, o actuar con hipocresía y de manera encubierta como lo hacían antes, cuando nos robaron la presidencia y no dijeron nada los medios, se quedaron callados como momias y ahora gritan como pregoneros”, manifestó.
El mandatario aseguró que acatará las medidas que pueda interponer el Tribunal Electoral, sin embargo, preguntó en dónde estaba su derecho a la libertad para informar al pueblo de México.
“Claro que sí (va acatar determinaciones del Tribunal Electoral?, pero imagínense si informar es violar la Constitución, ¿y mi derecho a la libertad? ¿Qué es lo más importante? La libertad”, cuestionó.
Al revocar la resolución original de la Sala Especializada –que había considerado legal el acto– los magistrados del TEPJF consideraron que el jefe del Ejecutivo violó su deber de imparcialidad y neutralidad porque en ese acto aludió a programas sociales, obra pública y finanzas públicas, que son temas restringidos en tiempos electorales. De forma unánime se determinó que el informe cayó en el supuesto prohibido por el artículo 134 constitucional por tratarse de propaganda personalizada.
El proyecto consideró que más allá de una rendición de cuentas, el objetivo del informe mencionado era persuadir a la sociedad de que el estilo de su gestión gubernamental resultaba loable, en una fecha en que ya había iniciado el proceso electoral en todo el país y se desarrollaban campañas en Campeche, Colima, Guerrero, Nuevo León, Sonora y San Luis Potosí.