El, dinero, las mentiras y la atemorización de la sociedad son la estructura fundamental del fraude que se viene y no se diga, el hambre, que con una aguita con pintura, un lonche de jamón -como el Chavo del 8- y una playera, se sienten alagados los pobres explotados y que fueron los regalos para los acarreados al mitín del concuño de Salinas de Gortari: los aguascalentenses aplauden a uno de sus verdugos.