De la estela de las grandes manifestaciones que se esparcen por Brasil desde junio ha emergido un fenómeno mediático. El colectivo Mídia NINJA, con su modelo de transmisión de eventos “sin corte y sin censura”, en vivo desde las calles, ha atraído las miradas y la admiración de miles de personas en las últimas semanas.
Para quienes todavía no los conocen, NINJA, más que una referencia al guerrero oriental, son siglas que significan en portugués “Narrativas Independientes, Periodismo y Acción”. Y es esta última palabra que ha marcado el tono de su cobertura y ha despertado un debate sobre si sigue teniendo sentido separar el periodismo del activismo.
Las transmisiones que hacen son en gran parte a través de celulares y dispositivos 4G, y se basan más en la improvisación que en un guión predefinido. Si bien la práctica de transmitir actos públicos no es algo nuevo, la visibilidad que ésta ganó a través de NINJA sí es algo nuevo, llegando a superar los 100 mil espectadores. Los ninjas divulgan su contenido en las redes sociales y tienen una respuesta del público que supera por mucho las interacciones vistas en las páginas de los grandes medios de comunicación brasileños. Ellos ya cuentan con más de 120 mil “Likes” en página de Facebook, la cual empezaron hace solo cuatro meses.
El auge de este fenómeno también es evidente en las reuniones abiertas del colectivo, las cuales atraen cientos de personas dispuestas a colaborar y unirse al equipo de los ninjas. En la última de ellas, llevada a cabo en la Escuela de Comunicación de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) el 23 de julio, muchos participantes expresaron las razones de su apoyo al grupo: “Nos sentimos muy representados por la forma con la que ustedes están reportando. La versión de la historia que ustedes dan es mucho más cercana a la versión de los hechos que nosotros verificamos”, dijo una de las personas presentes, seguido por aplausos de los demás.
Para el ninja Filipe Peçanha, de 24 años, la cobertura de los medios independientes van ganando más atención en comparación con los grandes medios. “Nos volvimos un poco en el punto de referencia durante los actos públicos, y las personas han demostrado su apoyo a nuestro trabajo. Lo contrario de lo que pasa con los reporteros de medios como Globo”. El 22 de julio, Peçanha terminó detenido por la Policía Militar, mientras cubría la protesta en los alrededores del Palacio Guanabara (sede del gobierno estatal), acusado de “incitar a la violencia”. Algunas horas después, fue liberado junto con un segundo ninja que también había sido arrestado. Ambos continuaron en la delegación hasta la mañana siguiente esperando la liberación de otras personas.
Periodismo activista
Este tipo de envolvimiento, que hace que el reportero asuma el punto de vista del manifestante, es lo que constituye la riqueza del grupo, dijo Ivana Bentes, directora de la Escuela de Comunicación de UFRJ. “NINJA trabaja con la conmoción y el deseo por la participación social, es un tipo de narrativa mucho más interesante que la idea pobre y corporativista del periodismo”, declaró durante una reunión del colectivo.
Es también el punto afuera de la curva del periodismo tradicional, que busca una mirada distanciada, supuestamente exento, de los hechos. En muchas transmisiones, es posible seguir a las multitudes y las reacciones de los ninjas en medio de las confrontaciones entre manifestantes y policías, casi como si fuera una película de acción en tiempo real.
Para Bruno Torturra, el periodista más experimentado del grupo, se trata de una narrativa que rompe con algunos de los paradigmas clásicos de la profesión, al mismo tiempo que retoma su función esencial. “Nuestro principal objetivo es retomar para la causa del periodismo y de la comunicación su papel activista de servir como un ojo para el público y ofrecer información cada vez más calificada para defender a la democracia”, explicó. “No sé si vamos a tener un manual de redacción. Creo que el sentido común se va a volver en nuestro manual”. Sobre la verificación de los datos, uno de los principales pilares del periodismo, Bruno dijo creer que también esto cada vez más se convertirá en una tarea distribuida a través de la red.
A pesar de este triunfo mediático, la conducta periodística del grupo fue el blanco de críticas en un episodio reciente. El prefecto de Río de Janeiro, Eduardo Paes, invitó a NINJA a una entrevista exclusiva. Pocas horas después de la invitación, ellos se encontraban transmitiendo la conversación en vivo, ante miles de personas en internet. Al final, muchos criticaron la falta de preparación y la forma en la que se llevó a cabo la entrevista.
El grupo respondió a las críticas por su cuenta de Facebook. “Es en el proceso, en la experiencia, en la transparencia, en la prueba real, en vivo y sin cortes, que estamos avanzando. Construyendo la base de nuestra audiencia y equipo. Y pensando, con muchos errores y aciertos, en como entregar un periodismo cada vez más cercano a la enorme confianza y expectativa que tanta gente deposita en Mídia NINJA”.
En un comentario, la profesora de periodismo Sylvia Moretzsohn, respondió: “No hay nada como decir que ‘es en la experiencia, en la prueba real’, etc., que se puede avanzar. No es solamente eso; es mucho más y exige preparación. No es suficiente para lanzarse así, voluntariosamente, en un ambiente que se desconoce. No es suficiente ignorar las tácticas que se enseñan en la capacitación mediática. Ustedes podrán perfectamente negar la oferta. Argumentos no les faltarán. De la forma que se llevó a cabo, acabaron sirviendo a quien querían criticar”.
Una vez superado el episodio, Torturra admitió que el colectivo no supo cómo abrir el proceso de la entrevista al público para hacerla más participativa, ni pedir el tiempo necesario para prepararse. “Necesitamos traer periodistas experimentados a esta conversación para entender en qué erramos”, afirmó.
Sin embargo, mientras continúa la discusión entre el periodismo tradicional y el que está bajo construcción, NINJA sigue creciendo. Rafael Vilela, integrante del colectivo que consiguió ir a Egipto a cubrir las manifestaciones — gracias a colaboraciones espontáneas, según dijo — considera a NINJA como un incentivo para buscar nuevos caminos dentro del periodismo. “Hoy nuestros contenidos tienen un enorme potencial de repercusión. La cosa más importante que NINJA consiguió fue dar visibilidad a una otra vía para el periodismo que no existe en los grandes medios, y eso es un estímulo para que las personas busquen otras formas de vivir del periodismo. Yo ya llevó dos años viviendo de esto”, aseguró.