Río Doce.- Ese parece ser el mensaje críptico que se encuentra en la acusación contra la diputada Lucero Sánchez López, de la fracción parlamentaria del PAN, aun cuando este partido busca sacudirse cualquier nexo, argumentando que la legisladora no se encuentra en su padrón de militantes.
Y es que después del 7 de junio, los buenos y los malos actos de los personajes políticos, dejan de ser solo asuntos de los mentideros políticos para ponerse al servicio de estrategias políticas destinadas a mover el escenario, para debilitar a unos y fortalecer a otros grupos; a unos y otros aspirantes.
¿De dónde viene el señalamiento de la presunta visita que hizo la diputada Sánchez López a Joaquín el Chapo Guzmán en la prisión de alta seguridad del Altiplano? Evidentemente no desde Francisca Paquis Corrales, la también diputada pero federal, que como bien se defiende no tiene “tanta influencia” para que Joaquín López Dóriga sirva a sus intereses, sino es producto de las conexiones e intereses que se mueven en el Distrito Federal.
Y no hay que dar muchas vueltas al asunto para saber que es desde la Secretaría de Gobernación, por omisión o acción de los encargados de la política interna, y eso significa que son decisiones que buscan influir indirectamente en la sucesión de gobernador en 2016.
Y es que aunque se diga lo contrario, el tema sucesorio no ha cambiado de actores: el gobernador, con Juan Millán, tienen su alfil en Gerardo Vargas; a Jesús Vizcarra hay quienes ya lo renunciaron pero no hay duda que está entre los posibles candidatos del PRI; Heriberto Galindo y David López están expectantes de cómo se están acomodando las piezas —y, claro, de los juegos palaciegos— para ver los efectos en sus aspiraciones; y el otro círculo político, el de Diva Hadamira, Aarón Irizar y Germán Escobar no se descartan como plan B; Héctor Melesio Cuen que no renuncia a ser candidato, así sea por su partido, que con los resultados de sus candidatos independientes es poco esperanzador aunque el rector Juan Eulogio llama en un exabrupto a que si él va, los otros se abran.
Pero, no todo para ahí, también está el PAN esperando la fractura en el PRI para ver si es posible volver a integrar un frente opositor con el PAS-PRD y quizá el MC, aun cuando los resultados de este grupo son poco estimulantes.
Quizá lo único nuevo es la aparición triunfadora de Manuel Clouthier, que viene a romper el esquema previo a las elecciones y los partidos deben tomarlo en cuenta en sus cálculos políticos, pues ya demostró que es capaz no sólo de hablar sino de ganar. Esto debiera obligar en el PRI a una candidatura de unidad porque en una elección de tres fuerzas (PRI, Frente Opositor, Clouthier) todo puede suceder y hasta provocar efectos impensables incluso antes del 7 de junio.
Entonces, la pregunta en este escenario es ¿Cuál es el sentido de este tipo de mensajes cifrados que difícilmente tendrá consecuencias penales o administrativas? ¿Si están seriamente calculados? Porque los efectos pueden ser no los deseados en el centro, que sería inhibir al gobernador para que entre en una negociación y al dejar el cargo se pueda ir tranquilo a su casa para convertirse en periodista, como hace un tiempo lo dijo, y de esa forma apoyar a alguien más confiable.
Sin embargo, el buscapiés lanzado tiene seguramente como principal objetivo acalambrar a los posibles aliados en un frente opositor, que son los que llevaron a Sánchez López a la diputación local: PAN, PRD, PAS y el extinto PT, y vaya que lo están logrando con una confusa reacción entre fotos, risas nerviosas y deslindes.
No menos curiosa ha sido la reacción del Gobierno del Estado, que busca que no le pegue la información de Dóriga. Lo cierto es que tanto éstos como los dirigentes de los partidos que postularon a la hoy señalada como novia del Chapo Guzmán, tendrían mucho que explicar a la autoridad si es que se van más al fondo y busca generar un escenario donde se descalifica a sus impulsores para desde ahí abrir paso a los más cercanos a la Presidencia de la República.
Pero eso significa que en esa estrategia no están considerando la posibilidad de que el grupo gobernante, en el ánimo de salir fortalecido, haga una fuga hacia adelante y así le salga a los del centro más caro el buscapiés que el efecto deseado.