Roma. Una iglesia menos involucrado en enfrentamientos con la política, de organizar marchas menos en defensa y promoción de los llamados valores no negociables que por definición no les gusta el Papa – “Yo nunca entendió la expresión los valores no son negociables. Los valores son justas, no puedo decir que uno de los dedos de una mano hay uno menos útil que otra “, dijo el Corriere della Sera en marzo pasado – y ser más activo en términos del pasado. Y “Esta es la misión que Francisco dio el nuevo arzobispo de Madrid, que él personalmente escogió, el sesenta y nueve Mons. Osoro Carlos Sierra, se trasladó de la diócesis bulliciosa y muy próspera de Valencia, que durante años vivió un aumento de las vocaciones y (en contraste con el resto del país) considera que las iglesias se llenan año tras año. Osoro Sierra está en desacuerdo con el arzobispo saliente, el cardenal Antonio María Rouco Varela, hace veinte años, nombrado por el Papa Juan Pablo II a la cabeza de la iglesia de Madrid, y abanderado en la última década de las grandes batallas contra el entonces primer ministro, socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Su sucesor, sin embargo, mira más a las afueras, sociales y existenciales, hasta el punto de ser llamado en casa – en tiempos difíciles – el “pequeño Francis,” para una armonía casi total con la agenda del Papa argentino. Apreciado por su pastoral y de gestión, en marzo pasado, fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor número dos. Ricardo Blázquez Pérez, que había depuesto su Rouco Varela de la cabeza del cuerpo que reúne a los obispos ibéricos. Cómplice de la edad del cardenal de Madrid (antiguo hace setenta y ocho años unos días), se ha hablado mucho acerca de su rotación, y en diciembre pasado los juegos parecía estar hecho, hasta el punto de que los medios de comunicación informados religiosas locales ya dieron a instalar el nuevo arzobispo en conjunto con la Epifanía o antes de la Pascua. Entonces algo cambió, sobre todo después de una audiencia (inicialmente pospuesta debido a una enfermedad de la temporada que había caído sobre Francis) entre el Papa y el cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Él era el favorito en la silla episcopal de la capital española, ya que – puesto de relieve algunos monseñor acostumbrado a la actividad de la curia – después de ser primado de España y prefecto de Roma, volviendo a casa podría ser sólo Madrid. En cambio, Francisco escogió otra manera: si Cañizares de vuelta en casa a su antojo, pero en Valencia. La solicitud de transferencia presentada por el cardenal estaba sobre la mesa en el momento de la Papa. Bien informado recordar que en diciembre de 2008, cuando Benedicto XVI llama Cañizares propone para presidir el departamento que se ocupa de la liturgia y de los sacramentos, el prelado español había acordado siempre que el plazo de cinco años era único y no restaurado. Un “pacto”, es decir, ser capaz de volver a casa, una vez agotada la tarea de poner orden en los ritos de acuerdo con las directrices del actual Papa emérito. La renuncia de este último y el desplazamiento de la Cátedra de San Pedro en 2013, luego retrasaron el procedimiento.
En contra de la posibilidad de nombrar a un Madrid Cañizares piensan que hay también el hallazgo de que la relación entre él y Rouco Varela no es idílico: el nombramiento del “pequeño Ratzinger” – por lo que es conocida como la ahora ex Prefecto de Culto Divino por su identidad de puntos de vista (casi) total en términos de la liturgia con el Papa Benedicto XVI – sería repudiado abiertamente el arzobispo saliente conducta, que no por casualidad se apunta en el primate actual de España, monseñor. Braulio Rodríguez Plaza (el último consistorio no era morado), o el obispo de Sevilla, Monseñor. Juan José Asenjo Pelegrina, como posibles sucesores llamados a recibir de sus manos el báculo. Restos vacante, sin embargo, la oficina del prefecto de la Congregación para el Culto Divino. Durante meses, se trata como parte de la reforma de la Curia romana (que todavía no verá la luz hasta mediados de 2015) de una posible fusión con la Congregación para las Causas de los Santos, ahora en un sistema de extensión lineal del Cardenal Angelo Amato, que ya tiene superado setenta y cinco años de edad, limitar canónica pero no vinculante para la retirada de tierras. Más de uno, incluso dentro del consejo especial de nueve cardenales durante un año y medio estudiando la nueva estructura del gobierno vaticano, propuso volver a la situación anterior a 1969, cuando el Papa Pablo VI abolió la antigua Congregación de Ritos – establecido por Sixto V en 1588 – que unificó su adoración de Dios y de los santos. Proponer ese patrón también reduciría oficina y – lo más importante – púrpuras en el Vaticano, dejando a los obispos y sacerdotes de la diócesis. No se excluye, por tanto, que Francisco quiere esperar a que el Sínodo Extraordinario de la Familia, que se celebrará en Roma en octubre próximo, que dirá mucho sobre una de las funciones del departamento encabezado por el cardenal Cañizares hasta hoy, es decir, en la Disciplina de los Sacramentos.http://www.ilfoglio.it/articoli/v/120437/rubriche/bergoglio-promuove-il-suo-piccolo-francesco-arcivescovo-di-madrid.htm