Río Doce.- El estadunidense Rober Brian Estriker, propietario de Desarrollo Integral de Jaiba de México S.A de C.V. y OT Exports de México S.A. y autollamado El Dios de la Jaiba, suma más denuncias de trabajadores sinaloenses por despido injustificado y explotación laboral.
Hasta ahora, ninguna institución gubernamental ha doblegado al empresario gringo y le ha exigido pagar los laudos perdidos. Peor aún, éste se mofa de las instituciones nacionales y las compara con un chiquero, en donde la corrupción es el caporal y el dólar es la moneda de compra de impunidad, según los ofendidos. Éstos han perdido hasta su tierra de residencia y subsecuentes oportunidades de recontratación sólo por haber servicio al extranjero, quien mediante táctica gangesteril se ha apropiado de la industria jaibera regional.
Margarito Borboa Gastélum, es ahora un cuidacarros que obtiene el sustento con propinas, en el ocaso de su vida laboral.
No todo el tiempo trabajó así, pero ahora no tiene más opción, pues en lo que es diestro y conocedor no encuentra acomodo, más bien repudio.
Su desgracia comenzó en el mismo momento en que cruzó palabra con el gringo Robert Brian Estryker, en el 2012. Entonces era un diestro buscador de jaiba, conocedor de las mejores zonas productoras del crustáceo, negociador nato de precio, amigos de muchos pescadores y hábil conductor, además de conocer las brechas en los arenales de los campos pesqueros.
El gringo entonces era un desempleado, un aventurero que llegaba a comprar la carne de jaiba para envasarla y venderla en Estados Unidos. Pronto éste lo ubicó y le pagó por sus servicios, utilizándolo como mano derecha para cerrar negocios, llevar millones de dólares en mercancía a Estados Unidos y como chofer personal. Cuando le hubo sacado todo el provecho posible, el gringo sólo lo despidió, sin finiquito alguno.
“Sólo me dijo que me largara, que estaba corrido, y pues ahora lo tengo demandado, a ver qué pasa”, dice Margarito.
—¿Por qué no se reempleó con otros jaiberos?
—Porque los jaiberos nativos nos culpan de la prosperidad del gringo. Y es cierto. Le enseñamos todo y cuando dominó el negocio comenzó la competencia desleal con sus competidores, infló precios, manipuló campos pesqueros completos, pagó protestas, compró protección política y finalmente quebró a todos los pioneros locales del descargado de jaiba.
Don Margarito no es el único damnificado por Robert Brian Stryker, porque a esa historia se suma la desventura de José Francisco Ricart Pacheco, que sintió también el desprecio del gringo por la mano de obra local.
Él fue administrador de control de calidad y supervisor de personal en las maquiladoras de jaiba que el gringo subcontrató en Guasave y Los Mochis. Durante años tuvo un sueldo espléndido, que desquitaba con largas jornadas de trabajo.
Inesperadamente, Ricart Pacheco fue despedido sin más. Pidió explicaciones y recibió un portazo. Buscó negociar la liquidación y le pagaron con burlas. Eso lo molestó.
Demandó y ganó el pleito, tras casi dos años de litigio.
Pero para su sorpresa y tras que el gringo Stryker fue sentenciado a pagar casi 800 mil pesos por sueldos y prestaciones no cubiertas se enteró que en las cuentas bancarias de las empresas sólo había 19 pesos. “Tengo laudo a mi favor, pero no hay forma de obligar al gringo a que pague todo lo que robó a los centenares de trabajadores que tiene contratados bajo amenazas”.
Todas las dependencias a las que ha recurrido, dice, se cruzan de brazos o simplemente se declaran insuficientes para proteger los derechos laborales de los trabajadores, porque el “Dios de la Jaiba” evade todas sus responsabilidades laborales, con la complacencia de autoridades locales.
DEMANDAS. Justicia laboral comprada.
DEMANDAS. Justicia laboral comprada.
Ricart establece que no se dejará vencer por la inercia de corrupción e impunidad de Stryker en Sinaloa, sino que buscará justicia para él y sus demás ex compañeros, algunos de los cuales también demandaron, pero que la gran mayoría calla porque no quieren defender sus derechos caídos ante un extranjero que los esclavizó en el descarnado de jaiba.
Martha Delia Mora Salas, la trabajadora que se lesionó la espalda en un accidente laboral en la planta de descarnado en el ejido Gabriel Leyva Solano, también demandó a su ex patrón y aunque en su caso se ha comprobado la evasión de pago de prestaciones, hasta ahora ninguna dependencia le ha dado un fallo a favor.
Ella considera que son los dólares del gringo los que compran ese silencio y el retardo en la justicia laboral, pero confía en que pronto tendrá resultados porque los casos se están elevando a dependencias federales fuera de la entidad.
Los tres consideran que en el estado de Sinaloa se favorece la inversión extranjera para la explotación laboral de los sinaloenses. Y en ello, el gobernador Mario López Valdez tiene la culpa, como moderno dictador.
Demandas laborales en la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje número Dos, en Ahome
Expediente Ofendido Demandado
23-2012 R José Francisco Ricart Pacheco Robert Brian Stryker
216-2013 Margarito Borboa Gastélum Robert Brian Stryker.
331-2013 Rogelio Inzunza Gastélum Robert Brian Stryker.
425-2013 Indira Denif Ortega Rocha Robert Brian Stryker.