Celebración selectiva de la cooperación con EEUU en materia de seguridad.

La falsa neutralidad de Sheinbaum frente a Maduro y los narcodrones

En Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum llamó a la ONU a intervenir en el actual conflicto entre Donald Trump y Nicolás Maduro.

El llamado a la ONU contrasta con las críticas que Sheinbaum hace a ese organismo cuando denuncia violaciones a derechos humanos en México.

Sheinbaum anunció veinte proyectos de generación eléctrica, quince de ellos de energía solar.

Los Ángeles Press

La actividad de este miércoles 17 de diciembre en Palacio Nacional estuvo centrada en defender y promover el nuevo modelo de generación de energía eléctrica del gobierno de México aunque, al final, Claudia Sheinbaum presentó como un logro de su gobierno el que se intercambie información con Estados Unidos sobre el uso de drones por los narcotraficantes.

En la lógica de Sheinbaum, el modelo es todo un éxito, aunque haya serias dudas acerca de su viabilidad dada la inestabilidad que caracteriza al mercado de la energía, especialmente la eléctrica, desde que el gobierno de México decidió destruir el modelo que penosamente se había construido desde principios de este siglo y que lejos de madurar, se convirtió en rehén de las disputas políticas en el país.

Según Sheinbaum, no hay problema. Ella, acompañada de los principales funcionarios de su gobierno en el ramo, Luz Elena González, secretaria de Energía, Emilia Calleja, directora general de la Comisión Federal de Electricidad y Jorge Islas, subsecretario de Planeación de la Secretaría de Energía, defendieron las decisiones tomadas que sacaron de México a empresas extranjeras y son uno de los obstáculos que deberá superar la negociación del futuro del Tratado México-Estados Unidos-Canadá a realizarse el año próximo.

Respecto de las inversiones en el sector eléctrico el tono fue el de siempre en Palacio Nacional cuando se habla de las acciones del actual gobierno que estimó tener listos un total de 20 proyectos de generación eléctrica.

De ellos 15 son de energía solar o fotovoltaica y los otros cinco son eólicos o de producción por medio del uso del viento. En materia de energía solar, el más notable es el de Puerto Peñasco, Sonora. Según se dijo, es el proyecto más grande de su tipo en América Latina.

Los funcionarios del sector energía también dieron cuenta de otros 66 proyectos diversos para mejorar la transmisión de la energía disponible en distintos puntos de la República.

Aunque el tono en Palacio Nacional fue celebratorio, no es claro qué tanta disposición hay en realidad a invertir cuando el futuro de la economía mexicana pende de los caprichos, por una parte, del gobierno de Donald Trump en la negociación del acuerdo comercial y, por otra parte, de la incertidumbre que generan en México las posibles decisiones que pudiera tomar la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación.

No debe perderse de vista que, hace unos meses, el gobierno de Sheinbaum forzó la salida de Iberdrola, la empresa de energía de España, a la que el gobierno de México, ya desde tiempos de Andrés Manuel López Obrador, sometió a intensas críticas al presentarla como heredera de Hernán Cortés y la conquista.

En todo caso, a pesar del esfuerzo puesto por Sheinbaum en centrarse en ese asunto, los barruntos de guerra en aguas del océano Atlántico hicieron muy difícil que la actividad pudiera centrarse sólo en ese tema.

Además, Sheinbaum celebró que el gobierno de Estados Unidos, luego de haber declarado “arma de destrucción masiva” al fentanilo, haya expresado algún interés en intercambiar información con el de México en materia de uso de drones por las organizaciones criminales que operan en México.

El problema, desde luego, es que la posición de México respecto de los ataques, cada vez más intensos en aguas internacionales y el bloqueo, naval y aéreo de Venezuela, la colocan en una posición incómoda.

Es así porque a pesar de las violaciones graves de los derechos humanos cometidas repetidamente por el gobierno de Nicolás Maduro, ni López Obrador ni la propia Sheinbaum lograron convencerse a sí mismos de condenar esos abusos.

Lejos de ello, escudados en su idea de la “doctrina Estrada”, convalidaron en los hechos los abusos, incluidos masivos fraudes electorales, que han sido los únicos mecanismos que han permitido a Maduro permanecer en el poder.

Sheinbaum hoy incluso llamó a la Organización de Naciones Unidas a intervenir para evitar un conflicto de mayores dimensiones. El problema, sin embargo, es que siempre que la misma ONU expresa alguna crítica al gobierno de México por los reiterados abusos y violaciones de derechos humanos que ocurren aquí, el gobierno denuesta y desacredita tanto como puede tanto a la ONU como a la Organización de Estados Americanos.

Antes de que iniciara la presentación de las inversiones que el gobierno de Sheinbaum espera concretar en el ramo de la energía, la titular de la presidencia llamó a Donald Trump al diálogo y la paz, al tiempo que declaraba al país “neutral”. Fue luego de ello, que Sheinbaum llamó a la ONU a asumir lo que ella identificó como “su papel” para evitar “derramamiento de sangre”.

El llamado no fue neutro. Lejos de reconocer los problemas que enfrenta la ONU, Sheinbaum atacó al organismo internacional, pues según ella “no se le ha visto asumir su papel” en la resolución de conflictos.

¿Y cómo podría hacerlo si cada vez que la ONU señala a cualquier gobierno por violaciones a los derechos humanos contra sus nacionales, como ha hecho con México, ese país se dice víctima de una conjura de parte de la propia ONU?

Y lo que es peor, piede de vista el hecho que la ONU ha criticado de manera puntual las acciones de Estados Unidos en el marco del actual conflicto entre Caracas y Washington, como se puede ver en el texto enlazado después de este párrafo.

En ese sentido resulta difícil comprender cómo es que Sheinbaum pide a la ONU que intervenga cuando ella misma desconoce lo hecho por la ONU en ese conflicto en particular y, sobre todo, cuando desacredita a la ONU por hacer ver que hay cosas que en México no son como dice Palacio Nacional que son.

Apenas en enero de este año, la representación de la ONU en México hizo ver las irregularidades con las que se investigó el asesinato de periodistas y defensores de derechos humanos en México, como se puede confirmar aquí.

A pesar de la declaratoria de neutralidad de Sheinbaum, se dijo dispuesta a “buscar un diálogo” para encontrar una solución al conflicto, aunque resulta inevitable preguntarse ¿cómo podría hacer eso México, cuando enfrenta desde ahora la presión por la negociación del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá?

Poco antes de que concluyera la actividad hubo señalamientos de medios de Puebla sobre el acoso de que son objeto periodistas de esa entidad a manos de funcionarios del gobernador Alejandro Armenta Mier, emanado de Morena.

Al final, Sheinbaum presentó como un logro el que su gobierno intercambie información con el de Estados Unidos acerca del uso por parte de organizaciones criminales en México a las que el gobierno de Estados Unidos considera ya como terroristas de drones para perpetrar ataques contra personas y edificios en México.