
Aguascalientes, Ags. — Una jauría de perros mantiene en tensión a los vecinos del fraccionamiento Villa Montaña, al oriente de la ciudad. Los animales, que deambulan desde hace semanas entre las calles principales, se han vuelto agresivos y han intentado atacar a personas que caminan temprano rumbo al trabajo o regresan de noche a sus casas. Con tanto ladrido no despiertan a las personas ya que duran varios minutos y hasta horas ladrando. Por lo menos uno de ellos uno, el del cuello blanco muerde a las personas y es común ver a otros perros ensangrentados por las peleas.
Nadie ha acudido a controlarlos ni a resguardarlos.
El miedo crece cada noche. Algunos trabajadores que salen de madrugada aseguran haber sido perseguidos o acorralados. Otros evitan pasar por ciertas calles. “Ya no es sólo que anden sueltos —dicen—, es que se lanzan a ladrar y a morder”.
Sin embargo, los vecinos piden una solución humana y responsable, no el sacrificio. “No queremos que los maten, queremos que los atrapen, los revisen y los trasladen a un refugio donde puedan recibir atención”, expresan.
El caso de Villa Montaña refleja la crisis de abandono animal en Aguascalientes: según estimaciones de asociaciones protectoras, más del 60% de los perros callejeros provienen de hogares donde fueron soltados o nacieron sin control. Las campañas de esterilización son escasas y la respuesta institucional, intermitente.
Mientras tanto, los siete perros continúan merodeando entre los vehículos y banquetas del fraccionamiento. Lo que empezó como una escena de abandono hoy es un foco de riesgo para peatones, motociclistas y niños.
La ausencia de una política pública de control y bienestar animal ha convertido el abandono en un peligro cotidiano.
