Acompañados de gobernadoras en la mira de EEUU

Sheinbaum y Zaldívar indican los cambios al Poder Legislativo

Tanto Sheinbaum como el exministro de la Suprema Corte insistieron en que el gobierno respetará el principio de no retroactividad de las leyes.

Sin embargo, el llamado de Sheinbaum deja ver las diferencias entre el Ejecutivo y el Legislativo sobre el futuro de la ley de Amparo.

Se enlazaron con Palacio Nacional titulares de los gobiernos de Baja California, Puebla y Quintana Roo para promover “Viernes muy mexicanos” y colmar de elogios a Sheinbaum.

Los Ángeles Press

La actividad de este viernes 3 de octubre en Palacio Nacional estuvo centrada, en un sentido, en dictar los cambios que el Poder Ejecutivo quiere para las reformas de las leyes en materia de amparo.

En otro sentido, a promover los, así llamados, “Viernes muy mexicanos” que recuerda la idea de tiempos de Vicente Fox de una economía nacional sostenida por changarros, aunque en esta ocasión se eluda esa denominación y se opte, en cambio, por hablar de negocios familiares que el gobierno federal y los de Baja California, Puebla y Quintana Roo, presentan como respuesta a lo que se ve venir desde Estados Unidos: un parón al modelo económico volcado a la exportación de bienes y servicios, que resulta de la política proteccionista de Donald Trump.

Para detallar lo que la presidencia presentó como sugerencias al Poder Legislativo Claudia Sheinbaum contó con la presencia de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, el expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación promovido al máximo tribunal del país por Felipe Calderón Hinojosa.

Fiel a su estilo, Zaldívar Lelo de Larrea insistió repetidamente en que no había intento alguno de dinamitar el principio de no retroactividad en la aplicación de las leyes, también insistió en una idea de continuidad, aunque lo que evidenció el transitorio que el Poder Legislativo introdujo es que, en el seno del partido en el gobierno, hay visiones muy distintas sobre lo que la reforma debe ser.

La posición de Zaldívar Lelo de Larrea es que “no hay lugar para la aplicación retroactiva de ley alguna en perjuicio de ninguna persona”. Implícitamente criticó la redacción por la que el Poder Legislativo optó.

Como suele ser el caso, el expresidente de la Corte y ahora empleado del Poder Ejecutivo aprovechó para presentar las críticas al gobierno al que sirve como de mala fe aunque señaló repetidamente que ese gobierno a cuyo nombre habló este viernes “no está a favor de ningún tipo de retroactividad”, al tiempo que insistía también en reconocer los derechos adquiridos por las personas que hubieran logrado amparos a su favor hasta ahora.

Lo que es un hecho que se dejó ver también, es que los cambios serán sustantivos y que no hay garantía de que haya la suficiente coherencia entre lo que el Ejecutivo quiso lograr, lo que los legisladores de Morena quieren lograr y lo que resulte de las diferencias entre esas dos realidades.

Son realidades tan distintas que hacen inevitable preguntarse si efectivamente se trata de un error legítimo, honesto, de los legisladores o si se trató de un velado intento para poner a prueba a la opinión pública mexicana y ver si estaba dispuesta a aceptar la ocurrencia de los legisladores del Movimiento de Regeneración Nacional.

Como hubo reacción, la presidencia de la República ha querido presentarse como la voz del “adulto en la sala de juntas”, pero dadas experiencias previas, como con el manotazo con el que Andrés Manuel López Obrador malogró el trabajo que Karla Quintana hizo durante casi cinco años al frente de la Comisión Nacional de Búsqueda, que tiene al problema de las desapariciones en México en el limbo en el que está ahora, un año después de la toma de posesión de Sheinbaum, es imposible no preguntarse si hay alguna otra razón para el traspiés de los legisladores y la comedida intervención del Ejecutivo.

Y es que, si el transitorio en materia de amparo fue un error honesto del Legislativo, le correspondía al propio Legislativo resolver el problema sin la intervención didáctica que tuvo Zaldívar Lelo de Larrea en el Salón Tesorería de Palacio Nacional. Lo que resultó, en cambio, es la comprobación de que quien decide el alcance y contenido de las reformas no son los legisladores, sino la Presidencia de la República.

En lo que respecta a los “Viernes muy mexicanos”, el anuncio del programa contó con la participación de Marina del Pilar Ávila, la atribulada gobernadora de Baja California, a quien le fue revocada la visa de ingreso a Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico. Además, vio cómo una diputada federal de su partido, también originaria del estado que gobierna, fue señalada por sus nexos con organizaciones criminales con base en México, consideradas como terroristas por el gobierno de Donald Trump.

Tanto Ávila como Mara Lezama, la gobernadora de Quintana Roo y el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, aprovecharon los minutos en la actividad en Palacio Nacional para colmar de elogios a Sheinbaum y para anunciarle que este domingo 5 de octubre le acompañarán en la actividad que tendrá en el Zócalo de la Ciudad de México, para reiterar lo que el gobierno de Sheinbaum considera, sin verificación externa alguna, que son “sus logros”.

Finalmente, en lo que es una de las actividades matutinas más breves en lo que va de la actual administración, se hicieron una serie de anuncios sobre la final del concurso musical México Canta que ocurrirá el domingo próximo, poco después de que concluya el acto que organiza el gobierno federal en el Zócalo de la capital.

Estuvo presente para ello Claudia Curiel de Icaza, la secretaria de Cultura del gobierno federal, quien presentó un resumen con los datos sobre la participación en este concurso en el que, además de representantes de los estados de México estuvieron también presentes representantes de las comunidades de mexicanos en Estados Unidos.

Dado que estuvieron presentes algunos de los finalistas, interpretaron canciones de sus repertorios por algunos minutos aunque, poco después de las ocho y media de la mañana, la titular de la Presidencia dio por terminada la actividad sin que hubiera oportunidad para formular preguntas acerca de los temas del día.