La vida sigue

Alfabeto QWERTY/Andrés Villarreal/Ríodoce
La tarde del jueves 25 de septiembre en el Mercadito de Culiacán asesinaron a Gregorio, un joven que se dedicaba a lavar carros en el lugar. El reportero de Ríodoce, Ricardo González, transmitió en vivo para redes sociales la cobertura de un suceso de violencia que se repite más de una vez todos los días, son más de 2 mil crímenes en un año de la pugna interna del Cártel de Sinaloa.
En algún momento de su narración, se percata el reportero que la imagen que transmite es de una normalidad incomprensible. El suceso ocurrió apenas a unos metros de un grupo de cenadurías muy conocidas del Mercadito, La Uva entre ellas, y los comensales y el trajín de la cenaduría sigue como si nada hubiera pasado. Si mueve un poco la toma, quita de cuadro a las patrullas y el movimiento de policías, entonces muestra que apenas a unos 20 metros del cadáver la vida sigue con una chocante normalidad.
Ricardo González busca la palabra exacta para describirlo: “Me conmociona como la cotidianidad de estas personas que tenían planeado venir a cenar hoy, y lo están haciendo, justo al lado de este operativo con elementos de la Guardia Nacional, del Ejército, custodiando una escena del crimen”.
En realidad están justo al lado del cadáver de una persona asesinada. De este lado de la cinta amarilla la vida se retoma inmediatamente. No hay necesidad de interpretar nada, ni sacar conclusiones. La sola descripción que el reportero hace en la transmisión de Ríodoce ya lo dice todo.
La violencia es una sin razón, escapa a explicaciones. De ahí que resulte incomprensible que quienes participan en los ataques armados ya ni siquiera se detengan ante la presencia de menores. La semana pasada hubo tres niños y niñas heridas: Una jovencita de solo 14 años en un taller de la colonia 5 de Febrero, donde murió su acompañante en el ataque. Un niño de solo 8 años estaba con su papá cuando lo asesinaron, fue agente de la policía ministerial. Un bebé de menos de 2 años fue alcanzado por una esquirla cuando atacaron al jefe de farmacia del IMSS, justo frente al Colegio Sinaloa que había acabado la jornada y ya no quedaba ningún niño. Y en la misma semana está el ataque a la camioneta donde viajaba la nieta del gobernador Rubén Rocha, que resultó ilesa pero igual dispararon.
Esa normalidad en el Mercadito Rafael Buelna, en pleno centro de la ciudad de Culiacán, es al mismo tiempo engañosa. Porque justamente esa ausencia de normalidad tiene a Culiacán postrado. No hay normalidad cuando tenemos sectores de la ciudad a los que es imposible acercarse, o una economía a medio motor y también herida.
Margen de error
(Polvorín) Durante el año del enfrentamiento armado entre los grupos de los Mayos y Chapitos, se concentró la pugna en la capital, con muchos sucesos en el centro y sur del estado, pero en ningún punto como en Culiacán.
Algunos de los municipios y poblaciones eran ajenos a los sucesos violentos. Pero en las últimas semanas se ha sumado también Badiraguato, con reportes de bloqueos carreteros y la extensión de la pugna, y Navolato donde arreciaron los ataques.
A medida que se va propagando la violencia dificultará aún más a las fuerzas federales abrir más frentes para la defensa. Y a estas alturas lo que ha quedado claro es que podría el gobierno federal incrementar el número de efectivos de la Guardia Nacional, Defensa, Marina y Protección Ciudadana, pero ese aumento no es directamente proporcional a los resultados.
Primera cita
(Desplazados) La otra consecuencia de la extensión de la pugna a poblaciones serranas o costeras es el desplazamiento forzado de familias. Cada enfrentamiento en los pueblos provoca que los habitantes decidan salirse. Así es como se están sumando los pueblos fantasma en la geografía de Sinaloa.
Los desplazados se las arreglan como pueden al principio, pero el Estado tiene una alta responsabilidad con ellos. Muchas familias que fueron obligadas a salirse de sus poblaciones en los años 2011 y 2012, en lo peor de la guerra pasada entre el Chapo y el Mayo (cuando eran amigos) y los Beltrán Leyva, ya nunca más lograron regresar a sus pueblos.
Una historia similar es la de las familias de la zona de la sindicatura de Tepuche, que en el año 2020 abandonaron los pueblos por los enfrentamientos entre el Ruso y el Nini, apenas habían retornado a sus pueblos en 2023 y ahora de nuevo están abandonando sus casas, por la nueva guerra.
Mirilla
(Presidenta) Le tocó el turno a Sinaloa en la gira presidencial de Claudia Sheinbaum con el pretexto del primer informe de gobierno. La Presidenta llega al estado cumplido un año de la pugna, el mismo año que ha tenido que poner a prueba su estrategia de seguridad, hasta ahora sin los resultados esperados.
Tomate Sinaloense
Aunque Sinaloa no es solo violencia, el tema estanca cualquier otro proyecto para el estado o al menos le resta importancia y lo posterga. Sheinbaum no puede solo resaltar los logros de este arranque de su gobierno sin que el tema de la violencia y la inseguridad resulte ser el de mayor importancia.
Al mismo tiempo no se puede salir del guion que ella misma ha venido construyendo de cómo se apoya a Sinaloa desde la federación y colocando como causa de la guerra la detención de Ismael Zambada. (PUNTO)
Artículo publicado el 28 de septiembre de 2025 en la edición 1183 del semanario Ríodoce.
