Encinas asume el cargo como representante ante la OEA en un proceso ágil y polémico
En una decisión avalada este martes 30 de septiembre de 2025, el Senado de la República ratificó a Alejandro Encinas Rodríguez como embajador y Representante Permanente de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Origen del nombramiento
El nombramiento fue promovido por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien lo propuso ante el Senado de la República mediante la Secretaría de Gobernación. La propuesta sustituyó a la embajadora Luz Elena Baños Rivas, quien ocupaba el cargo desde 2019.
El turno del caso recayó en la Comisión de Relaciones Exteriores, que citó una sesión extraordinaria para analizar la ratificación. Posteriormente, el tema fue llevado al pleno para votación. En el pleno, Encinas obtuvo 79 votos a favor mayoritarios de legisladores de Morena, PT, PVEM y Movimiento Ciudadano. Hubo algunas divisiones: la bancada del PAN registró votos divididos, mientras el PRI optó por abstenerse parcialmente.
La figura de Encinas
Alejandro Encinas ha tenido una larga trayectoria política: ha sido diputado, senador y funcionario en gobiernos de izquierda. Recientemente se desempeñaba como Secretario de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana en la Ciudad de México. También fue nombrado para encabezar la Comisión de la Verdad para el caso Ayotzinapa, donde su gestión generó debates y críticas sobre los resultados e implicaciones.
Su designación para la OEA cobra relevancia precisamente porque coloca frente a una institución regional a un personaje que ha sido símbolo de las políticas de derechos humanos del actual gobierno, con luces y sombras.
Agenda declarada y retos
Durante su comparecencia ante la Comisión de Relaciones Exteriores, Encinas indicó que su mandato promoverá una agenda hemisférica de seguridad con ejes como narcotráfico, tráfico ilícito de armas, migración y derechos humanos. i También enfatizó la necesidad de que la OEA recupere imparcialidad, respete la autodeterminación de los pueblos y actúe conforme al derecho internacional.
En cuanto a su postura frente a crisis latinoamericanas, señaló que México impulsará soluciones pacíficas y “responsabilidad compartida”, aunque descartó que la OEA sea el foro adecuado para ciertos casos, como Venezuela.
Significados políticos
El contexto de tensiones en América Latina —sobre migración, democracia, crisis políticas— convierte este nombramiento en un movimiento estratégico para que México recupere protagonismo en organismos multilaterales.
La rapidez del proceso —ratificación “fast track”— ha levantado críticas sobre la falta de debate profundo.
La designación marca un giro en la política exterior mexicana: colocar al frente de la OEA a un actor con fuerte perfil de derechos humanos y compromiso con políticas progresistas.
