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Anexo quemado. Foto: Cortesía/Río Doce.

Durante la pugna interna del Cártel de Sinaloa, internos de centros de rehabilitación del puerto han sido reclutados por los grupos delincuenciales

El 9 de diciembre, a Ana le comunicaron a través de una llamada telefónica que a su hermano, Rafael Guadalupe Patrón Mancillas, se lo habían llevado del centro de rehabilitación en el cual estaba internado desde hacía más de tres meses; cuando pidió explicaciones de lo que había ocurrido, la única respuesta que recibió fue que no pudieron hacer nada para evitarlo.

Su hermano formó parte de un grupo de 16 internos de un centro de rehabilitación denominado “Pertenecer” ubicado en la colonia Urías, en Mazatlán, que fueron “llevados” por un grupo de sujetos, quienes les propusieron irse a trabajar con ellos.

La mañana del 10 de diciembre, Gerardo Mérida Sánchez, entonces secretario de Seguridad de Sinaloa, informó que sujetos habían acudido al lugar para pedir apoyo y que 16 internos los acompañaron de manera voluntaria.

“Hubo 16 elementos que voluntariamente salieron, accedieron a seguir a un grupo por ahí de sujetos que manifestaban que pedían apoyo, que pedían que los acompañaran para trabajar con ellos. Realmente sí es positivo, fueron 16, por comentarios, por información, directa del responsable del centro, su director”, manifestó.

“Un hecho que, ahora sí, que cuando es voluntario, nomás se toma nota y se da parte o lleva el seguimiento quién deba de llevarlo y qué es lo que prosigue”.

Fue el 3 de octubre, cuando Rafael Guadalupe Patrón Mancillas, de 20 años, ingresó al Centro de Rehabilitación “Pertenecer Mazatlán A.C” por tener problemas con el alcohol, cuenta su hermana.

La primera ocasión lo habían internado en un centro ubicado en la colonia Ampliación Flores Magón, sin embargo, debido a la cercanía de su casa, su padre acudía reiteradamente a visitarlo, por ello decidieron trasladarlo al centro ubicado en la colonia Urías, frente a la Secundaria Federal Número 5.

Su padre había entregado 2 mil 500 pesos de ingreso y pagaba 600 cada semana para que Rafael se recuperase. Fue el 7 de diciembre cuando el padre vio por última vez a su hijo a través de las cámaras del grupo; dos días después cerca de las 7:00 de la tarde una llamada a un hermano de Rafael alertaba que se lo habían llevado.

“Eso es lo que dice el grupo que se los habían llevado y cuando nosotros vamos y preguntamos cómo estuvieron las cosas, ellos dicen que se fueron por su propia voluntad. Entonces digo cómo es que se los llevaron, se supone que, si se los llevaron, se los llevaron así, por qué dicen que ellos se quisieron ir y es lo que yo no entiendo tampoco”, relata Ana.

Comenta que el centro de rehabilitación nunca quiso entregar los videos de las cámaras de seguridad y que la ficha de ingreso de Rafael tampoco se la dieron, ya que argumentaron que había sido remitida a la Fiscalía General del Estado (FGE).

ATAQUE AL ANEXO EN EL TOREO. Una víctima mortal.

El 11 de diciembre, la fiscal Claudia Zulema Sánchez Kondo declaró que la Policía de Investigación de la vicefiscalía del estado, en Mazatlán, recorrió cinco centros de rehabilitación y que, además de los 16 internos llevados en Urías, otros 15 habían sido reclutados en distinto anexos. En total fueron 31 personas.

La fiscal mencionó que, a pesar de que no fueron forzados a seguir a los reclutadores, la FGE estaba investigando el hecho de manera oficiosa por privación ilegal de la libertad.

“No, no fue forzado. Se presentaron a los lugares, a los anexos, en este caso así se les denominan en Mazatlán, se les invitó a unirse y, las personas que decidieron irse, se fueron”, aseguró.

La hermana de Patrón Mancillas intentó levantar una denuncia contra el responsable del centro de rehabilitación, pero en la vicefiscalía le dijeron que no podía hacerlo porque los internos habían decidido irse por su voluntad y solo emitirían una ficha de búsqueda.

“Cada persona que va a fiscalía a levantar una denuncia por centros de rehabilitación es lo que dicen en cuanto llegan. Le dicen ‘¿A qué viene?’. Vengo a levantar una denuncia de mi hijo que se lo llevaron de un centro de rehabilitación. ‘No se lo llevaron, señora. Yo no sé a qué viene, se los llevaron porque ellos quisieron, no porque se los hayan querido llevar a la fuerza’”.

La hermana de Patrón Mancillas acudió junto con otros familiares de desaparecidos en centros de rehabilitación a la gira de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en Mazatlán el 22 de diciembre; sin embargo, no fueron atendidos.

“Fuimos con Claudia y pues no se nos acercó a platicar con nosotros, la verdad, no se acercó. A un secretario de Rocha Moya, o algo así, se le dio la cartulina de mi hermano donde salen sus fotos y de algunos más. No sabemos si vayan a tomar el caso, si en verdad vayan a buscarlos, si en verdad vayan a hacer algo”.

La noche del 19 de diciembre, sujetos armados atacaron a balazos y quemaron un centro de rehabilitación en la colonia Jacarandas, en Mazatlán; en el hecho, una persona falleció y 18 más resultaron heridas por quemaduras. La noche del 20 de diciembre un nuevo ataque ocurrió contra un inmueble que era usado como centro en la colonia El Toreo, también en Mazatlán; en este último no se reportaron personas fallecidas ni lesionadas.

La mañana del 20 de diciembre, el secretario de Salud, Cuitláhuac González Galindo, manifestó que se habían identificado 207 centros de rehabilitación en el estado, pero que solo 117 se encontraban regulados.

Ese día el gobernador Rubén Rocha anunció que internos de centros de rehabilitación en Mazatlán serían reubicados en alojamiento parcial y diverso, luego de los ataques registrados esa semana.

Rocha Moya señaló que delincuentes acudían a los centros a ofrecerle sueldos para que se vayan a laborar con ellos.

El inmueble que era utilizado como centro de rehabilitación en la colonia Urías, del que se llevaron a 16 internos, tiene una fachada distinta a la de un par de días antes; cambió de un color azul con blanco a uno anaranjado y el anuncio, que tenía por un costado, fue desmontado.

Un cuarteto de hombres se encuentra sentado en una banca de la casa. Dicen que son personas que se rehabilitaron y se reúnen a platicar durante las tardes. Comentan que ninguno de los internos que estuvieron el 9 de diciembre se encuentra, nadie volvió.

Uno de los hombres contó que el hecho ocurrió durante la tarde, luego de la hora de la comida, porque cuando ellos llegaron nadie se encontraba en el lugar, el responsable de la puerta, quien también era un interno, se había ido y dejó la casa abierta.

“Este lugar ya no está como grupo, nada más nosotros que venimos a la junta y eso, pero ya somos personas externas, ya no hay nadie encerrado. Ya no están trabajando”, sentenció uno.
Al cierre de esta edición, Ana informó sin dar mayores detalles, que su hermano había aparecido.

LA PROTESTA. En la visita de Sheinbaum a Mazatlán.

Alcanza grito de desesperación de los damnificados a la sucesora de AMLO

A casi 100 días de haber asumido la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, “un grito de desesperación” aparentemente la perseguirá durante su sexenio como ocurría con su antecesor Andrés Manuel López Obrador, cuando éste visitaba El Rosario, Mazatlán y el estado de Sinaloa.

La madre con un hijo desaparecido en la comunidad de la Isla de la Piedra, clama: “Es un grito de desesperación de todas las mamás, hablo por todas las mamás, nos duele, no tenemos vida, no comemos, no sabemos cómo estén nuestros hijos; mi hijo es estudiante de Derecho, todos tienen un futuro maravilloso por delante y no se los pueden quitar de un día para otro”.

Las privaciones de la libertad se han acentuado en el estado en el marco del conflicto que mantienen desde el 9 de septiembre las facciones de los Mayos y los Chapos en Culiacán y municipios del centro y sur del estado. Hasta el momento Red Lupa reporta más de 600 desapariciones.

“Solamente los buscamos a ellos, no queremos culpables, solo queremos a nuestros hijos, soy mamá de Emmanuel Garay, de 20 años, lo desaparecieron no está desaparecido”, suplica la madre de familia a la presidenta de los Programas para el Bienestar.

La tarde del 22 de diciembre el clamor de los familiares de las personas desaparecidas alcanzó a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, cuando emprendía su retirada de la Unidad Deportiva Benito Juárez, en Mazatlán, después de enfatizar su discurso sobre la construcción de la paz, precedida de privaciones ilegales de la libertad de personas y un ataque perpetrado contra un centro de rehabilitación de personas adictas.

“Que sepan las y los sinaloenses y el gobernador que nunca los vamos a dejar solos, que aquí está la presidenta, que aquí está su equipo para proteger siempre al pueblo de Sinaloa, que coordinándonos, que trabajando conjuntamente estoy segura que vamos a continuar construyendo la paz, eso es lo primero”, afirmó la presidenta que había presidido la Mesa de Seguridad en Mazatlán.

“Lo segundo, continuó, aquí estaba (en la Mesa de Seguridad) el secretario el general (Ricardo) Trevilla, el almirante secretario, (Raymundo) Morales, ahí estaba el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, y ahora también hay un nuevo secretario de Seguridad (Óscar Rentería), que viene a coordinar todos los trabajos junto con el gobierno del estado, para seguir construyendo la paz y la seguridad en Sinaloa”.

Artículo publicado el 29 de diciembre de 2024 en la edición 1144 del semanario Ríodoce.

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