Cortesía/Río Doce/Altares y sótanos/Ismael Bojórquez.
Se supone que para el gobierno federal uno de los estados prioritarios en materia de seguridad, ahora, es Sinaloa. Están ocurriendo cosas gravísimas en Guanajuato, en Guerrero, ahora también en Querétaro, pero Sinaloa tendría que llevar mano en la atención de la presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad, por varias razones: una, la pelea entre dos facciones del Cártel de Sinaloa sube cada vez más de tono, ajustando sus estrategias, los dos bandos, Mayos y Chapos, a las propias medidas del Gobierno. Ya no son los encontronazos que vimos en el inicio en Costa Rica, Quilá, en Elota y en El Atorón, debido a la presencia de las fuerzas federales; ahora lo que se aprecia es una guerra de baja intensidad, con levantones y ejecuciones diarias.
Son incontables los muertos porque muchos de ellos ni siquiera han sido levantados de donde quedaron en algún punto de Tepuche, en la sierra baja pegada a Durango o en Concordia. Sobre todo, en estos tres lugares, se habla de decenas de muertos que no han sido localizados. Si se quiere, en este mismo punto hay que agregar que en Sinaloa se puede estar disputando una nueva recomposición del narco en México y el gobierno debiera estar muy cerca de lo que está pasando aquí, no como espectador o como notario, sino como actor fundamental.
La otra razón es política. Sinaloa está siendo gobernada por Morena y uno de los gobernadores que mejor salía evaluado en todas las encuestas conocidas, siempre en los primeros lugares del ranking. En las últimas mediciones, Rubén Rocha Moya cae a los últimos lugares. Esto debe estar pesando mucho en el ánimo del gobierno federal, sobre todo en el círculo cercano a la presidenta. No es desplazando al gobernador como se va a resolver el problema, pero sería normal que la pertinencia de una salida honrosa se esté barajando en las reuniones de la presidenta Sheinbaum con la señora Raquel Buenrostro, secretaria de la Función Pública, con la senadora Ernestina Godoy y con la mismísima Beatriz Gutiérrez Müller. Son conocidas sus cafeceadas y el poder que tienen en las decisiones del país. Son las generalas. De ellas parece haber salido la decisión de que sea el propio gobernador quien vaya encontrándole salidas al problema que significa para su gobierno y para los sinaloenses el conflicto al interior del Cártel. Con el apoyo del gobierno federal, sí, pero él, nadie más.
Y justo por la importancia de Sinaloa en el espectro nacional cuando se habla de narcotráfico, son incomprensibles yerros como los cometidos por Omar García Harfuch la semana pasada: uno, el anuncio de que habían detenido a Esteban Machado Meza, el Güero pulseras, para luego decir que siempre no. Esto se presta a muchas conjeturas, la más dispersa es que sí lo detuvieron pero que lo liberaron por alguna razón, una de ellas el soborno. La otra pifia es la desinformación y la falta de coordinación entre García Harfuch y el gabinete de seguridad, e incluso, de la misma presidenta, pues en una mañanera el secretario de Seguridad afirmó que brindarían seguridad a la feria ganadera de Sinaloa, cuando el gobierno ya había anunciado su cancelación. La pregunta obvia aquí es ¿no se discute en la reunión del gabinete de seguridad el tema de Sinaloa?
El gobierno ha estado dando golpes certeros a los dos bandos en pugna y hasta ahora ha evitado nuevos “topones” —como ellos les llaman a sus enfrentamientos—, pero le ha faltado capacidad e inteligencia para evitar tantos levantones y ejecutados que luego son hacinados en las carreteras. Se habla de bodegas llenas de hombres y mujeres a los que torturan, a algunos los liberan y a otros los matan. Y hasta ahora ni la policía ni las fuerzas federales han dado con ninguno de estos almacenes.
Bola y cadena
LA VIGILANCIA DE LAS FUERZAS federales tiene sus límites. Un ejemplo: dos días seguidos fueron tirados cinco hombres ejecutados a un lado del panteón de Carrizalejo, dos un día y tres al siguiente. Desde hace dos semanas, a 800 metros de distancia, por la carretera que va al pueblo, fue instalado un permanente retén militar con campamento y barricadas en el lugar. Para evitar levantones y ejecuciones, se requiere otra cosa que ahora no se está haciendo.
Sentido contrario
MAL ARRANCÓ LA ADMINISTRACIÓN municipal de Mazatlán cuando le matan a un ex secretario de Seguridad y días después a un oficial de la policía municipal. Simón Malpica iba a ser ratificado como segundo de a bordo en la Oficialía Mayor, pero no se había presentado a firmar los papeles. Lo atajó la muerte. Indudable que estos hechos tienen que ver con el conflicto Mayos-Chapos, y que no se detendrá por lo pronto.
Humo negro
EL SENADO DE LA REPÚBLICA consumó lo que ya se había previsto respecto a la CNDH, al reelegir a Rosario Piedra, la menos calificada para el cargo pero incondicional del nuevo régimen. La 4T se está empeñando en desaparecer los organismos autónomos y es lo que acaba de hacer con este. No ocupó eliminarlo como lo pretende hacer con el INAI y otros, pero da lo mismo: la CNDH simplemente dejó de existir. Ahora toca a la sociedad crear sus propias comisiones. En Sinaloa tenemos una, la que fundaron Óscar Loza Ochoa, Norma Corona, Jorge Aguirre Meza, Jesús Michel Jacobo. Que nos sirva de ejemplo. Quién lo dijera: volver a empezar.
Artículo publicado el 17 de noviembre de 2024 en la edición 1138 del semanario Ríodoce.