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Cortesía/Río Doce.

Tres mujeres y dos hombres fueron encontrados enterrados; dos domicilios “reventados”: la inseguridad en el puerto se recrudece poco a poco

“El día de ayer (miércoles 6) dos mujeres confirmadas en una fosa juntas, y el día de hoy (jueves 7) en la otra fosa, son tres cuerpos pero solo una mujer confirmada”, informó una integrante del colectivo “Por las Voces Sin Justicia”.

En el lugar que las encontraron, a casi dos metros bajo tierra, flotaba un aire enrarecido por el olor a cuerpos en proceso de descomposición, no había canto de pájaros ni vuelo de mariposas, solo se escuchaba un silencio sepulcral y el rumor de la retroexcavadora que parecía un gigantesco moscardón cumpliendo con su tarea fúnebre coronado por las espinas de Jarretaderas.

A quince o veinte metros de distancia, hay una cruz improvisada con bracitos de una mata, una veladora con llama titubeante y una estampita de la virgen de Guadalupe, huérfana de flores y de su vaso con agua, como para recordar a las personas encontradas en las fosas.

La semana antepasada que inició desde el 31 de octubre, con el gobierno de la primera presidenta municipal de Mazatlán, que enarbola la proclama “tiempo de mujeres” fijó en el calendario los días 6 y 7 de noviembre, como siniestros y macabros por el pánico y terror provocados en algunos mazatlecos.

Al margen de que el epicentro de la disputa por el territorio se encuentre en Culiacán, la capital del estado, Mazatlán ha vivido episodios de violencia que han impactado negativamente las actividades comerciales y turísticas que mediante alertas resonaron en el estado de Durango y en el extranjero.

UNA CRUZ IMPROVISADA.

Las ejecuciones del comandante policial y el Mayor retirado del Ejército, perpetradas tanto el 19 de septiembre, en las avenidas El Delfín y calle Benjamín Argumedo de la colonia Francisco Villa, como el 28 de octubre, en la avenida Óscar Pérez Escobosa, casi frente a la plaza Acaya, al norte de la ciudad, respectivamente, marcaron en el puerto un “parteaguas” que despidió el gobierno antecesor de la administración de Estrella Palacios Domínguez.

El lunes 4 de noviembre, aproximadamente a las 19:00 horas, hombres armados atacaron una vivienda ubicada en las calles Benjamín Argumedo y Ángel Fierro, cerca de la avenida Bicentenario de la colonia Francisco Villa, donde dejaron una persona herida que fue internada en un hospital aledaño.

La noche del martes 5 de noviembre, en la colonia Leopoldo Sánchez Celis, después de recibir un reporte de persecución que terminó en ataque directo, la policía municipal encontró un carro con impactos de bala y huellas de sangre, pero sin ocupantes y sin saber a ciencia cierta si fueron privados de la libertad.

La madrugada del miércoles 6, hombres armados derrumbaron a marrazos portones eléctricos de dos casas, ubicadas en la calle San Juan, entre las calles San Francisco y San Miguel, del fraccionamiento Misiones, en Mazatlán.

De acuerdo a la versión de algunos vecinos, quienes sostienen que los portones de las cocheras las habrían derribado a punta de marrazos alrededor de las 04:00 horas, pero desconocen el tipo de vehículos y el número de hombres que arribaron en medio de la oscuridad al fraccionamiento Misiones situada al norte de la ciudad, contiguo al fraccionamiento Francisco Alarcón y el Libramiento II.

COLECTIVO EN ACCIÓN. La búsqueda de los desaparecidos.

Una de las hipótesis que manejan los vecinos es que la oscuridad habría originado que los hombres armados se equivocaran de casa, y en la confusión perjudicaron la vivienda contigua, cuyos habitantes vivieron una pesadilla.

Los damnificados comentaron que las autoridades de los tres niveles de gobierno acudieron al lugar de los hechos, pero como el derrumbe se perpetró en tinieblas, los vecinos escucharon los destrozos desde el interior de sus casas y nadie se atrevió a salir y a observar a los responsables de la destrucción.

Una versión extraoficial asegura que los hombres armados, quienes habrían llegado en camionetas con torreta y vestidos de negro, después de tumbar la puerta principal se habrían introducido a una casa de renta vacacional, de donde se llevaron una computadora laptop y otros objetos.

En ese contexto de violencia, en la madrugada fueron halladas cinco personas, tres de ellas, mujeres, en una de dos fosas clandestinas en las inmediaciones de la comunidad de Miravalles, aproximadamente a 500 metros, hacia una vereda que serpentea los valles y que se desprende de la carretera estatal que conduce al Tecomate-Siqueros, ubicada al oriente de Mazatlán.

El colectivo de mujeres rastreadoras “Por las Voces Sin Justicia”, acompañado por la Comisión Estatal de Personas Desaparecidas y Policía de Investigación, ubicaron dos lugares donde descubrieron vestigios de restos humanos.

Las primeras dos damas las hallaron el miércoles 6 de noviembre, y el jueves 7, más adelante, en la otra fosa, fueron localizados tres cuerpos, de los cuales uno es de mujer, por lo que suman tres mujeres desenterradas en Miravalles. Una cruz construida con palos de arbustos del monte, una veladora y una estampa de la virgen de Guadalupe, son las señales donde fueron encontrados los cuerpos de dos de tres féminas para las que no hubo rosas, sólo espinas.

Artículo publicado el 10 de noviembre de 2024 en la edición 1137 del semanario Ríodoce.

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