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El capitán Vladimir Ilich Malagón Rendón salió en libertad condicional tras casi 15 años de prisión por un delito que no cometió,

Capitán Malagón, en libertad: corrupción y represalias en las cárceles
Capitán Vladimir Ilich Malagón, culpable fabricado en libertad condicional.

La fabricación de culpables es una política muy redituable para el sistema penitenciario mexicano: Capitán Malagón.

Cortesía/Los Ángeles Press/Guadalupe Lizárraga

En entrevista exclusiva para Los Ángeles Press, el capitán de Infantería, Vladimir Ilich Malagon Rendon, exmilitar y sobreviviente de tortura, tras casi 15 años de prisión injusta salió en libertad condicional ejerciendo su beneficio de preliberación en la Ciudad de México. Advirtió a las familias de personas privadas de libertad sobre las condiciones de corrupción y represión que predominan en las cárceles. Al respecto, pidió que “no dejen solos a sus familiares encarcelados”, las prisiones mexicanas están marcadas por la corrupción y las represalias hacia los reclusos que enfrentan condiciones severas de represión, dijo.

Malagón también aconsejó a los internos seguir los programas de rehabilitación, mantener la disciplina y evitar provocaciones. “Hay que aprender paciencia y prudencia”, declaró, enfatizando la importancia de estas cualidades para conseguir una libertad condicional.

El capitán de Infantería del Ejército mexicano fue detenido el 2 de junio de 2010, en condiciones arbitrarias, siendo un agente militar de inteligencia dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Tras las denuncias que involucraban a generales y al entonces secretario del Trabajo del gobierno federal, Javier Lozano Alarcón por presuntamente operar con el Cártel de Sinaloa y filtrar información fue acusado de un homicidio del que no fue responsable y expuesto a los medios de comunicación como un “crimen pasional” por la Policía Judicial Militar.

Secretario del Trabajo del expresidente Felipe Calderón y parte de SEDENA en la red del Cártel de Sinaloa

El actual secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla, quien entonces era el jefe de Comunicación social, fue el responsable de la exposición mediática de Malagón como homicida por un crimen pasional. La publicidad del caso y la cobertura sesgada afectaron gravemente su imagen, enfatizó el capitán Malagón, y le causaron un profundo daño moral.

Durante los casi quince años que pasó en prisión, Malagón sufrió múltiples maltratos, entre estos la falta de atención médica y psiquiátrica que requería debido a la tortura en su detención. Como parte de la tortura, sufrió una fractura de cráneo causada por un bate, lo cual le provocó una hemorragia interna permanente. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) admitió formalmente estos abusos en su contra, pero a pesar de que tiene un Protocolo de Estambul positivo en tortura, Malagon afirma que hubo altos mandos militares que aún buscan desacreditarlo. “Todavía hay un general que acude a Derechos Humanos para afirmar que éstas son especulaciones y que quizá me pegaron en prisión, como si yo no lo recordara”, señaló.

Además de las secuelas físicas por la tortura, Malagón denunció discriminación en el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, donde -además del trato hostil- le negaron un medicamento controlado bajo el argumento de que “no promovían adicciones”. Explicó que esta situación es reflejo de los estigmas que enfrenta por haber estado en prisión. Incluso el no tener una identificación oficial para solicitar trabajo formalmente en una empresa privada.

Malagón declaró que el sistema penitenciario ha sido usado para mantener a personas en reclusión prolongada, algo que, según él, responde a motivos políticos y económicos: “Hay muchos presos políticos; la política carcelaria se ha convertido en un negocio redituable”.