La actividad en Palacio Nacional siguió el patrón de usar la violencia para atacar a García Luna y a Calderón, pero sin que haya una investigación formal.
Sólo el presidente nacional del PAN, Marko Cortés, ha pedido de manera pública a Felipe Calderón que aclare su relación con García Luna.
Calderón insiste en que no sabía de la corrupción de García Luna, a pesar de que insistió en que Carlos Pascual saliera de México cuando el exembajador de Estados Unidos criticaba la política de seguridad de México.
Cortesía/Los Ángeles Press
La actividad de este jueves 17 de octubre en Palacio Nacional estuvo centrada en celebrar el que un juzgado de Estados Unidos haya sentenciado a Genaro García Luna a poco más de 38 años de prisión.
A pesar de ello, la actual presidente Claudia Sheinbaum se atuvo al guión escrito por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, de explotar para propósitos mediáticos y políticos tanto como sea posible el arresto y ahora la condena de García Luna, pero sin abrir las averiguaciones previas que, tanto en el ámbito federal como local, sería necesario abrir en México.
Sólo quien escribió ese guión y quien ahora tiene la posibilidad reescribirlo saben por qué es preferible insistir todos los días en qué tan malo fue el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, especialmente en lo que hace a la política de seguridad que encarnó García Luna, en lugar de abrir las averiguaciones que serían necesarias para esclarecer por qué México vive la brutal ola de violencia que padece el país desde entonces.
La situación es tan absurda que el único que ha sentido la necesidad de conminar a Felipe Calderón a ser honesto respecto de las razones que lo llevaron a actuar como lo hizo ha sido el presidente del Partido Acción Nacional, el senador Marko Cortés, como se puede ver en el vídeo que aparece después de este párrafo.
La máxima funcionara del gobierno federal lejos de anunciar alguna investigación que sirviera para esclarecer qué ocurrió, cómo es posible que México viva lo que se ha vivido en los últimos 18 años, optó por insistir en la lógica de atacar públicamente a su predecesor, pero sin abrir averiguaciones.
En un escenario así es inevitable preguntarse ¿por qué no se abren las averiguaciones del caso? ¿A quién se protege? También es inevitable preguntar, por cierto, ¿qué ocurrirá con todas las víctimas de Genaro García Luna? Ahora ya no hay duda de qué tan corrupto era, ¿qué harán los poderes Judicial y Ejecutivo con todas las sentencias generadas por casos supuestamente investigados por el “super-policía” de Vicente Fox y Felipe Calderón?
La presidencia en México tiene desde hace muchos años amplias facultades para indultar, que López Obrador prefirió no usar para poder seguir sacando provecho político de los ataques a García Luna y Calderón, patrón que hoy se repitió en Palacio Nacional como se puede ver en la imagen que aparece después de este párrafo.
En esa misma lógica, Felipe Calderón usó sus cuentas de redes sociales para volver a defender su política de seguridad y para decirse inocente de cualquier responsabilidad por los abusos perpetrados por García Luna, como se puede ver después de este párrafo.
Ni una palabra, por ejemplo, de cómo obligó al gobierno de Estados Unidos a echar de México al entonces embajador Carlos Pascual, cuando el diplomático de Washington dejaba ver su preocupación con la ineficacia de una política de seguridad que sumió a México en la situación que se vive ahora.
Como hizo todavía hoy Claudia Sheinbaum, Felipe Calderón se hacía víctima del gobierno de Estados Unidos por operaciones como Rápido y Furioso que sirvieron para evidenciar, entre otras cosas, la incapacidad de las agencias de seguridad pública y nacional de México para lidiar con ese tipo de retos.
Claudia Sheinbaum dijo en ese sentido que su interés es que “no se olvide” lo que hizo Calderón con el concurso de García Luna, pero insistió en que no habría una investigación a fondo de esos hechos.
En otros temas, Sheinbaum reconoció que hay un problema de seguridad pública en Chiapas y dijo que trabajará con el gobierno de ese estado en un programa de “reconstrucción de la paz” aunque no hubo claridad o detalles respecto del alcance de ese programa.
También dijo que se reanudarían los “informes de seguridad” que puso de moda su predecesor en el cargo.