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Es importante hablar de finanzas. El dinero y sus operaciones tienen una carga de preocupación, lo que hace que influyan directamente en nuestra salud física y emocional. Las finanzas saludables pueden orientarnos a un mejor acceso a consultas, y a un mejor acceso a la alimentación, así como ayudarnos a estar alejados del estrés financiero, una enfermedad real

Afortunados los que no viven al día. (Imaginemos que) No es nuestro caso. Estamos a 10 días de la quincena y ya no hay dinero de la última raya, ni tampoco ahorros. Lo que hay son cuentas que no pueden esperarnos al día de pago. Entonces, ¿pedir prestado a un pariente, amigo? ¿Absorber los intereses por morosidad? ¿Sacar de una tarjeta para pagar otra y hacer más grande y longeva la deuda?

Dilemas como este ocurren todos los días en nuestras cabezas. Al hablar de finanzas, es común que asociemos una mala situación económica con pensamientos negativos, preocupaciones; estrés financiero, lo nombran.

Pero el estrés financiero no solo existe como una condición sicológica, sino que provoca otro tipo de afecciones físicas como dolor de cabeza, gastritis, colitis y cambios en la presión arterial.

DINERO, ¿VIVIR O NO ESTRESADO?

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), presentó la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023.

La ENSAFI ofrece información sobre la situación financiera de la población mayor a 18 años, y analiza los datos para establecer los niveles de control, seguridad, resiliencia y libertad financiera. Asimismo, incluye preguntas sobre el nivel de estrés financiero que vive la población.

De acuerdo a la ENSAFI, el estrés financiero se define como un estado de preocupación y ansiedad ante una situación financiera difícil o de incertidumbre, que puede producir afectaciones de tipo fisiológico, psicológico y en las relaciones interpersonales.

En México, uno de cada dos adultos vive con un nivel de bienestar financiero medio bajo o bajo, siendo las mujeres quienes se perciben con menor seguridad sobre sus finanzas, ya que 55 de cada 100 mujeres obtuvieron un nivel del bienestar financiero medio bajo o bajo, en tanto que 45 de cada 100 hombres resultaron entrar en ese rango de bienestar.

Las consecuencias de no alcanzar un nivel óptimo de salud financiera se reflejan en el 38.8 por ciento de los encuestados, que mencionaron sentir mucha preocupación al solicitar un préstamo. Por otro lado, el 45.4 por ciento de la población se mostró muy preocupada por gastos imprevistos, así como el 48.4 por ciento por acumulación de gastos.

Por lo anterior, el 36.9 por ciento reportó un nivel alto de estrés financiero y 34.6 mencionó vivir niveles de estrés moderado; en este apartado, también las mujeres mostraron mayores niveles de estrés que los hombres.

Por entidad, Sinaloa se encuentra justo por debajo de la media nacional. En nuestro estado, el 59.2 por ciento afirma vivir con estrés financiero.

AFECCIONES DERIVADAS DEL ESTRÉS

En el plano emocional, los encuestados dijeron sentirse ansiosos (as), tristes, frustrados (as) o irritados (as). De la población con nivel alto de estrés, el 49.1 por ciento declaró tener afectaciones fisiológicas a causa de ello.

Las consecuencias fisiológicas principales fueron: dolor de cabeza, gastritis, colitis, cambios en la presión arterial. Las sicológicas: problemas de sueño, alimentación, alcohol o tabaco; y las sociales: conflictos con familiares, amistades o en el trabajo.

La principal meta financiera para ambos sexos es comprar o terminar de pagar la casa, donde los hombres se mostraron más preocupados, mientras que las mujeres se inclinan mucho más por brindar estudios a sus hijos o hijas.

El 47.1 por ciento de las mujeres indicaron que la falta de ahorro es el principal problema para cumplir las metas financieras, mientras que el 34.6 por ciento de los hombres alegaron la falta de oportunidades de trabajo.

El estudio reveló que una de las principales causas del mal manejo de las finanzas es la falta de educación, así como los malos hábitos de gasto y adquisición de deuda.

Artículo publicado el 25 de agosto de 2024 en la edición 79 del suplemento Gula.