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Han perfeccionado su narrativa los engañadores que ahora nos dicen que va a haber más democracia, más derechos, más de todo…

Los engañadores ya había arremetido contra la Suprema Corte de Justicia en 2018.

Arcano Político/Arcano Radio

Cortesía/Los Ángeles Press/Mario Luis Altuzar Suárez

Perfecciona su narrativa del engaño. “Habrá más democracia”, dice. ¿Cuál? ¿La de su titiritero? Ésa que existe en la ficción del Negacionista de Palacio. Ese monólogo del odio, el resentimiento y el rencor. Un concepto que oculta en realidad, la dictadura de un supuesto socialismo de un dictador enriquecido frente a la miseria y el hambre.

La Reforma al Poder Judicial fue aprobada en la Sala de Armas de la Ciudad de Deportiva Magdalena Mixhuca (Lugar de Partos) por el 75 por ciento de diputados federales que todo se lo deben a Andrés Manuel López Obrador, incluso la humillación a la vergüenza de la Cátedra Universitaria de Derecho Constitucional, Ricardo Monreal Ávila.

En medio de una campaña de mentiras y difamaciones desde el 1 de julio de 2018, contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación en particular y en contra de todos los mexicanos en general, en un discurso de supuesto respeto a los Ministros y Magistrados, se consumó lo que, técnicamente es un Golpe de Estado, en medio de la euforia de sus lacayos.

Un escenario en donde la ganadora de los comicios del 2 de junio de 2024 por medio de un algoritmo que despojó a la opositora de los votos obtenidos, pese a la violenta sustracción de urnas, amenazas a trabajadores electorales para manipular las boletas electorales, la exclusión de votantes mexicanos sustituidos por extranjeros, entre otros.

Secuestraron, incluso, la voz de la que en realidad es una espuria que usurpa funciones presidenciales, y lo mismo se le “invita” a una aparente gira del adiós, que se anuncia eventos importantes y la visita de mandatarios que asistirán a la fiesta de la falsa unción, como la repetición mecánica de la misma narrativa originada en el usurpado Palacio Nacional.

Repite el dogma doctrinario de que la Reforma Judicial dará “más democracia, más justicia, más libertad, y copia a su hacedor en los galimatías que confundan y desvíen a los oyentes en una urda explicación del significado “democracia”, en una perorata sobre el presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln:

Demos significa ‘pueblo’. Este sustantivo, junto con krátos, que puede traducirse como ‘poder’, componen el nombre de la democracia: el poder del pueblo. Abraham Lincoln lo definió así: ‘La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo’, el 19 de noviembre de 1863 en Gettysburg.

Soslayó que en la línea discursiva del hombre que protegió a costa de la libertad de su esposo, el “pueblo” es él, de él, y para él, todos los demás son considerados en su mente enferma de poder, como “mascotas”, conservadores o mafia del poder que buscan destruirlo.

Y si en ese principio, proyecta la inmensa ignorancia de la voz que reproduce mecánicamente, como la falacia de que, en otros países, principalmente Estados Unidos, los jueces son elegidos por el “pueblo” lo que es una verdad a medias convertida en una mentira completa, ya que, Estados Unidos elige a sus jueces, pero ¡sólo a los estatales!

Parece que la profundización del cuatrote en la construcción de su segundo piso sin que se conozca, en el supuesto primer piso, los beneficios a la economía bautizada como (in)moral, del ocultar el saqueo al erario público con “decretos orales” del finiquito de la corrupción, de inauguraciones de obras inexistentes, y negar el baño de sangre en el país.

Desoye las advertencias de expertos de que la Reforma al Poder Judicial es la concentración de los tres poderes en que mandata la Constitución, la constitución del Supremo Gobierno, para reducir la estructura judicial de la República Democrática, a un Tribunal que, algunos lo comparan con Antonio López de Santa Anna pero que, su antecedente es anterior, en el Santo Oficio de que se sustentaba en la delación o sospecha para el encarcelamiento de oficio por tiempo indefinido, y despojarles de su patrimonio.

La certeza jurídica es la indefensión. Enceguecida, se niega a mirar la realidad y sostiene que la Reforma judicial “no afecta inversiones extranjeras”, cuando se ha “decidido no anunciar la enorme inversión americana programada porque estamos analizando el impacto a la certeza jurídica respecto de la reforma judicial”, confirmó Larry Rubín, presidente de la American Society of Mexico (Amsoc).

Se puede manipular la realidad en la jauría de mercenarios digitales, que distorcionan los hechos a favor de la reforma del usurpador de Palacio, podría impactar en pequeños sectores ajenos a la condición financiera, pero es imposible que es millonaria campaña interna, en complicidad de los medios nacionales y adeptos temerosos, “convenza” a los inversionistas extranjeros de llevar sus capitales a un país en donde se transformó la propiedad privada en un burdo sistema de concesiones del hombrecillo en el poder.

A nombre de 35 millones de votos, una minoría que somete a la mayoría de mexicanos a un cambio de régimen, según la ignorancia del que ordenó a sus cómplices legislativos el Golpe de Estado técnico, tan inútil como los escasos años que le quedan con enfermedades dolorosas al que será encausado, si sobrevive.

Existen dos posibilidades: Detenido y juzgado por patriotas que obedezcan el mandato del artículo 136 constitucional o, la segunda, que la DEA y el FBI lo lleven a juicio en algún juzgado de distrito en Miami o Nueva York, con las ´pruebas aportadas por los capos de las drogas aztecas que se acogen al programa de testigos protegidos.

¿De qué les servirá el perfeccionamiento de la narrativa del engaño?

Y hasta la próxima.

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