Cortesía/Río Doce/Benjamín Padilla Álvarez.

Judíos y matachines forman parte de una misma festividad, con la diferencia que los matachines representan las fiestas del tiempo de frío, y los judíos las fiestas del tiempo de calor, o sea, signos o elementos contrarios que rigen el equilibrio universal de la naturaleza y la humanidad. Esto lo vemos en el cruce de lanzas en forma de X que hacen los judíos ante la cárcel de Cristo, o en un funeral o responso de algún chicotero de judíos.

También los pascolas, al finalizar una fiesta, la hacen con el cruce de cohetes. Los matachines hacen los contis al revés, es decir, salen por la puerta de la metida    del sol y entran por la puerta de la salida del sol, mientras que las actividades que simbolizan el nacimiento las realizan por las mañanas, y los judíos al atardecer.

El niño Dios simboliza el amanecer o nacimiento y el Cristo de los judíos simboliza el atardecer o muerte del redentor.

Esta tradición tiene más de cuatrocientos años y se celebra al empezar noviembre con la danza de los matachines, que son los que reciben al niño Jesús. De ahí continúan los judíos, que son los que hacen el simulacro de la búsqueda, persecución y muerte de Jesucristo en cuaresma y semana santa. La fiesta finaliza el sábado de gloria y domingo de pascua con danzas de pascolas, venado y coyote.

Hablar de los judíos de San Miguel Zapotitlán es referirse a siglos y más siglos de la cultura tradicional yoreme. Ese ingrediente lo hace más apasionante. Sí existieron los judíos prehispánicos o danzantes parecidos y su principal ritual eran los contis, o sea, entrar corriendo alrededor de una choza o a veces en el llano en forma circular, lo cual indicaba que su ritual ofrendativo lo orientaban     hacia el sol o la luna. Esas creencias yoremes continúan en San Miguel Zapotitlán.

La entrada a la cruz en los viernes y hasta el jueves santo es por la derecha y el viernes santo ya es por la izquierda para cerrar la fiesta. Todo tiene su significado.

El horario para realizar el conti es a las 4 P.M., cuando murió Jesús, por eso a esa hora son los contis. En la antigüedad se manejaban con la puesta del sol porque ese día dice la Biblia que una nube gris oscureció el cielo.

En la numerología yoreme el número cuatro cuenta muchísimo. El bastón de Cristo, por ejemplo, tiene cuatro listones.

Antes se enviaban mensajes de tipo militar, y se les conocía como ritual de las contestaciones yoremes. En punto de las doce se realizaban los principales actos rituales en las comunidades seleccionadas. “Todo bien por acá. Saludos desde Compuertas a Felipe Ángeles”. Felipe Ángeles enviaba el mismo mensaje a Zapotillo, y Zapotillo era el principal portador de mensajes a San Miguel. Todo era de forma simultánea. Así se contestaba el ritual y ceremonia de la muerte de Cristo a las doce horas en la iglesia yoreme.

El bastón original es una reliquia con doble significado. En esa época eran los tiempos de la Inquisición. Los yoremes externamente aceptaban cuando se les decía que el verde simbolizaba el vestuario de los santos (para los yoremes simbolizaba el monte, la tierra o Juyya Ánia); aceptaban también que el rojo simboliza la sangre de Cristo (para los yoremes simbolizaba el sol o el fuego).

En el bastón se pueden ver cuatro listones que simbolizan los puntos cardinales que para los yoremes, son los cuatro elementos representados en la cruz prehispánica. Se dice que la vara del bastón fue elaborada con mezquite hembra, que simboliza la tierra, y con álamo, que simboliza el agua, y con carrizo, que es el aire. Hasta ahora las dos versiones tienen validez porque los yoremes, que conocían y respetaban la versión de las creencias yoremes, ya murieron en los años cincuenta del siglo pasado.

Artículo publicado el 18 de agosto de 2024 en la edición 03 del suplemento cultural Barco de Papel.