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Según dijo López Obrador hoy, su retiro de la política no será definitivo. Sólo será por tres años.

López Obrador volvió a minimizar la “pausa” en la relación con Estados Unidos y puso como ejemplo la colaboración entre la Marina mexicana y el Guardacostas de Estados Unidos para recuperar los restos de un helicóptero.

Cortesía/Los Ángeles Press

La actividad de este miércoles 28 de agosto en Palacio Nacional provocó menos presiones en la cotización del peso mexicano frente al dólar, pero dejó muchas de las mismas preguntas acerca del futuro inmediato de México que quedaron ayer como dudas sin respuesta.

No es claro qué implica la “pausa” en las relaciones entre México y Estados Unidos, aunque es claro que Andrés Manuel López Obrador evitó ahondar en ese conflicto, al menos por hoy.

Tampoco es claro qué hará la presidente electa Claudia Sheinbaum con esa relación en momentos en que Estados Unidos se prepara, a partir de la próxima semana, a empezar a votar.

Y es que aunque allá la elección tiene lugar de manera formal el primer martes del mes de noviembre, que este año es el 5 del penúltimo mes, en algunos estados de la Unión Americana, se empieza a votar en septiembre, de modo que voten las personas que viajan por razones de empleo o salud o quienes por razones de salud estiman que no pueden hacer las largas filas para votar en el día de elección.

Hacia el final de la actividad en Palacio Nacional, López Obrador quiso presentar la colaboración entre la Marina de México y el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos para rescatar los cuerpos de un accidente que llevó a un helicóptero a hundirse en el océano, como prueba de que todo sigue bien en la relación entre ambos países.

A pesar de ello, López Obrador, fiel a su estilo, regresó a la rutina de decirse víctima una conspiración en su contra, de la que, una vez más culpó a los medios por la supuesta campaña de “narcopresidente”.

Lo hizo al tiempo que anunciaba que se tomaría lo que ahora ya no es un retiro absoluto de la política, como solía decir hace un par de meses, sino una pausa que ahora fijó en tres años, quizás porque tiene claro que en 2027 el país volverá a votar para diputados federales.

Sea para siempre o sólo por tres años, López Obrador insistió en que él no interferirá con la presidente electa Claudia Sheinbaum a quien, una vez más, volvió a colmar de todo tipo de elogios, al tiempo que cargaba contra los medios de comunicación que le cuestionan por el estado que guarda la seguridad pública del país.

Lejos de reconocer algún error de su parte, López Obrador volvió a asumir el tono de acto de campaña electoral en el que se siente más cómodo para reprochar los asesinatos que, según él, sólo ocurrían en gobiernos previos, como se puede ver en el vídeo que aparece después de este párrafo.

Extracto del vídeo oficial de la actividad en Palacio Nacional, 28 de agosto de 2024.

Que lo diga así resulta muy difícil de comprender cuando se considera que él es el presidente con quien se han registrado los mayores números de homicidios en los últimos 30 años sin que haya visos de que los ciclos de violencia iniciados en este sexenio pudieran llegar a amainar en el futuro inmediato.

En la gráfica que aparece a continuación, tomada de TResearch International de México, que la elabora a partir de los datos oficiales, se puede ver cómo López Obrador tiene, a poco más de un mes de que concluya su gestión, 96 mil homicidios más que Felipe Calderón Hinojosa y poco más de 65 mil más que Enrique Peña Nieto.

 
Gráfica tomada de TResearch International de México.

Y, como se ha señalado en fechas recientes, hay estados gobernados en su totalidad por el partido del presidente en los que lejos de amainar las cifras de asesinatos, han tenido incrementos notables.

Los más relevantes a escala nacional son tres estados gobernados en su totalidad por Morena: Tabasco, Baja California Sur y Chiapas, como se puede ver en la siguiente gráfica tomada también de TResearch International de México.

 
Gráfica tomada de TResearch International de México.

Debe señalarse que aunque López Obrador hizo todo lo posible por presentar su posición hoy como alineada con la de Sheinbaum respecto de las reformas en puerta en el Poder Judicial, hay diferencias tan notables que distintos medios de comunicación de la Ciudad de México enfatizan hoy en sus titulares de primera plana.

En esos encabezados es evidente que ni Sheinbaum ni Ricardo Monreal comparten la prisa que domina a López Obrador cada que habla de estos temas. Poco antes de las nueve de la mañana, López Obrador dijo que “los adversarios quisieran que nos peleáramos”, luego de que Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario del partido del presidente en la Cámara de Diputados, dejara ver que la Reforma Judicial como está planteada ahora se desechará.