0 11 min 4 meses

Cortesía: Río Doce.

Antes de su muerte, el exrector de la UAS fue llevado desde el condado San Francisco a una ubicación desconocida, donde permaneció durante 12 horas

Héctor Melesio Cuen Ojeda fue reportado sin vida al C-4i a las 23:17 horas del jueves 25 de julio. Ese día, Estados Unidos anunció que habían capturado en un aeropuerto privado cercano a El Paso, Texas, a Ismael el Mayo Zambada y a Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo.

Relacionada: El de Cuen Ojeda, un asesinato directo, no tentativa de robo, dice Alfonso Carlos Ontiveros

El exrector de la UAS y líder moral del Partido Sinaloense recibió cuatro disparos en las dos piernas que le ocasionaron la muerte cuando era atendido en la clínica Cemsi de la colonia Chapultepec. La Fiscalía General del Estado de Sinaloa dijo que el principal móvil fue un intento de robo de la camioneta en la que se desplazaba como copiloto, pero no descartó otras líneas de investigación. Esta línea derivó de las declaraciones de Fausto Corrales, el acompañante de Cuen y quien lo trasladó a la clínica.

En una conferencia de prensa convocada el 29 de julio, la fiscal Sara Bruna Quiñónez dio a conocer el resultado de las primeras investigaciones y compartió parte del relato de Fausto Ernesto Corrales Rodríguez, hijo de Víctor Antonio Corrales, presidente del PAS y también exrector de la UAS, quien ese día condujo la camioneta en la que viajaba Cuen.

El testigo presencial del ataque, quien dijo que tenía una relación estrecha de amistad con la víctima, en su declaración explicó que un día antes del hecho, el miércoles 24 de julio, visitó a Cuen Ojeda porque lo habían operado por un problema de salud, y este le comentó que al día siguiente tenía una cita con unos abogados para ver un tema legal y le pidió de favor que lo llevara porque no podía manejar.

Sin precisar una hora específica, Fausto Ernesto, relató que el jueves 25 de julio acudió en su camioneta tipo Raptor modelo 2024 a recoger a Cuen a su domicilio, y se dirigieron a desayunar para “el lado de Bacurimí” y posteriormente al campestre Condado de San Francisco, donde sería la cita con los abogados. Dicho lugar se ubica contiguo a La Presita, a aproximadamente tres kilómetros de distancia de la gasolinera donde ocurrió el presunto intento de robo.

Una vez en la zona de fincas tipo campestre, a la que se ingresa por un camino de terracería que inicia en la carretera Internacional México 15, el conductor narró que estuvieron esperando a los abogados, pero nunca llegaron. Y ya de noche decidieron regresar a Culiacán y al pasar por el poblado de La Presita llegaron a cargar combustible a una gasolinera.

GASOLINERA DE LA PRESITA. Cámaras por doquier.

Ahí, dos “sujetos jóvenes, ambos de sexo masculino, a bordo de una motocicleta, se acercaron y uno de ellos se acercó a la ventana por el lado de copiloto portando un arma de fuego, ventana donde estaba víctima (Cuen); que dicho sujeto les dijo que se bajaran de la unidad y que la víctima se opuso a ser bajado de la unidad motriz y empezó a forcejear con el sujeto que le quería robar la camioneta”, leyó Sara Bruna.

“Refiere el entrevistado (Fausto Ernesto Corrales) que en ese momento escuchó disparos de arma de fuego y que los sujetos de la motocicleta se dieron a la fuga; que inmediatamente después de eso trasladó a víctima a la clínica Cemsi Chapultepec, para que recibiera atención médica, pero que, durante el trayecto, víctima le decía que se sentía muy débil. Que al llegar a la clínica…, ingresó a la víctima por el área de urgencias y que momentos después le informaron que víctima había fallecido derivado de las lesiones”.

La fiscal dijo que la autopsia realizada a Cuen determinó que la causa de su muerte fue un choque hipovolémico secundario a laceración de la arteria poplítea derecha, producida por los disparos. El político recibió cuatro balas que le dejaron el mismo número de heridas, dos de las cuales tenían orificios de salida y las otras dos no. Así mismo presentó tres lesiones producidas por esquirlas, dos excoriaciones y una esquimosis o moretón pequeño causado por la pérdida de sangre.

Otros datos de prueba añadidos a la carpeta de investigación fue una inspección ocular en la gasolinera de La Presita, donde ocurrió el presunto asalto, así como los videos de esa noche.

“La Fiscalía General del Estado no descarta a priori ninguna línea de investigación y sigue practicando todos los actos de investigación atinentes para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia, por el delito de homicidio doloso en agravio de la vida del maestro Héctor Melesio Cuen Ojeda”, afirmó Sara Bruna Quiñónez Estrada.

Cuen fue llevado a otro lugar

Lo que no dijo Sara Bruna Quiñónez Estrada es que el hijo de Víctor Antonio Corrales Burgueño, declaró que fue Cuen Ojeda quien lo llamó el miércoles 24 de julio para pedirle que lo llevara al día siguiente a ver a unos abogados.

Fausto Corrales llegó a la casa del exrector de la UAS en su camioneta alrededor de las 9:00 horas del jueves 25 de julio y se dirigieron a desayunar barbacoa a Bacurimí, pero al llegar encontraron el local lleno y optaron por comprar pan y posteriormente se dirigieron a la localidad Condado San Francisco, donde desayunaron lo que habían comprado, mientras esperaban a “los abogados”.

Sin precisar en qué finca estuvieron, Fausto Corrales relató que, al poco tiempo de llegar al campestre, unos hombres recogieron a Cuen Ojeda y se lo llevaron en un vehículo, mientras él se quedó en el lugar.

En Culiacán, fuentes confirmaron que Angélica Díaz Quiñónez, esposa de Héctor Melesio Cuen, perdió comunicación con él en el transcurso del día, por lo que comenzó a llamar a diversas personas para tratar de ubicarlo, una de ellas fue un familiar que vive en Badiraguato, a quien dijo que Cuen había sido traicionado.

Ya entrada la noche, el líder del PAS fue regresado al punto de donde partió en el Condado de San Francisco, donde lo esperaba Fausto Corrales; juntos emprendieron el camino de regreso a Culiacán, haciendo la parada en la gasolinera donde el político recibió los cuatro disparos.

FAUSTO CORRALES Y CUEN. El PAS los une.

El celular de Cuen Ojeda no ha podido ser localizado por las autoridades. Y hasta el momento se desconoce con quién se reunió y el lugar en el que permaneció durante 12 horas.

En la gasolinera, no vieron ni escucharon nada

La versión oficial del intento de robo en la gasolinera ubicada en La Presita, dada a conocer por la Fiscalía General del Estado difiere con los testimonios de dos empleados del lugar, uno de los cuales despachó la camioneta en la que viajaba Cuen.

El despachador dijo que el conductor de la camioneta (Fausto Ernesto Corrales) abrió la puerta y le pidió “tanque lleno”, pero no recuerda si le dijo roja o Premium (que es la misma); colocó la manguera en el tanque del vehículo y se fijó que la bomba estuviera cargando. Se movió unos pasos hacia atrás de la bomba y cuando transcurrieron entre 10 y 15 segundos, el conductor aceleró la marcha, jalando la manguera y desprendiendo la cartera de la bomba que la detenía. Hasta ese momento le había despachado poco más de 200 pesos. La camioneta dio vuelta y se enfiló hacia la carretera Internacional México 15, retornó unos metros adelante y se enfiló hacia la ciudad de Culiacán.

El trabajador asegura que no escuchó disparos y tampoco vio ninguna moto en el lugar. Otro empleado de la gasolinera, quien también estuvo ahí la noche del 25 de julio, pero del lado opuesto de la bomba donde cargaba gasolina la camioneta tipo Raptor modelo 2024, dio la misma versión: no escuchó ningún disparo y tampoco observó ninguna moto o vehículo extraño.

La administradora de la gasolinera, se negó a dar una entrevista.

En el establecimiento hay una cámara de seguridad en el techo donde se ubican las bombas y por lo menos tres más en las oficinas administrativas.

De dos de esas cámaras, la situada en el techo del área de bombas, donde se surtió de gasolina a la camioneta de Fausto Corrales y otra de la situadas en la oficina, la Fiscalía General del Estado obtuvo dos videos del momento. Uno de ellos no ofrece una visión clara de lo ocurrido, pero el segundo, de acuerdo a dos testigos que lo vieron, se observa cuando una moto con dos sujetos a bordo se detiene en el lugar, uno baja y se acerca a la puerta del copiloto, la abre e introduce una mano, en la que lleva el arma, y posteriormente la camioneta sale a toda velocidad. El relato de Fausto Corrales completa el rompecabezas. El presunto delincuente los quiso despojar de la unidad, Cuen se resistió y entonces le disparó.

Artículo publicado el 04 de agosto de 2024 en la edición 1123 del semanario Ríodoce.