Cortesía: Río Doce.
A cuatro años del asesinato de Andrea y Carolina, las autoridades inician proceso contra un agente del grupo Elite
Otro agente del grupo Elite de la Policía Estatal Preventiva está en juicio por el asesinato de las primas Andrea y Carolina, y al elemento que ya estaba sentenciado le revocaron la condena y ordenaron reponerle todo el juicio.
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Andrea y Carolina fueron asesinadas por elementos del grupo Elite la madrugada del 27 de enero de 2020, en el templete de la presa Sanalona, cuando circulaban en un vehículo junto con Dulce María y Julio César, quienes resultaron ilesos.
Los agentes alteraron la escena del crimen para simular que se trató de un enfrentamiento, pero en las investigaciones la Fiscalía General del Estado estableció que no hubo tiroteo e identificó a Joel Noé, Luis Antonio, Ismael y Alfredo como los policías que habían disparado.
El primero en ser detenido fue Joel Noé y tras un juicio oral, en 2022 fue sentenciado a 13 años un mes y seis días de prisión, solo por el homicidio de Carolina; y dos años siete meses y seis días por abuso de autoridad por la detención de los dos sobrevivientes.
El agente fue absuelto por el homicidio de Andrea y el homicidio calificado en grado de tentativa de Dulce y Julio César y de delitos cometidos por servidores públicos.
La sentencia fue apelada y dos años después el Supremo Tribunal de Justicia la revocó y ordenó reponer todo el juicio oral.
El tribunal determinó que el juez, Sergio Valdez Meza, quien dictó la sentencia, infringió derechos fundamentales tanto del acusado como de las víctimas.
El tribunal ordenó que el juicio se celebre de nueva cuenta y con un juez distinto.
Los otros dos agentes involucrados, Ismael y Alfredo, están prófugos con orden de aprehensión.
El comandante Níquel, coordinador del grupo, estuvo en proceso penal por abuso de autoridad y delitos cometidos por servidores públicos, pero obtuvo una suspensión condicional sin llegar a juicio.
Al comandante Níquel lo acusaron de haber alterado la escena del crimen para simular un tiroteo.
En el juicio de Luis Antonio empezaron a declarar testigos, peritos e investigadores de la FGE, quienes sostienen que no hubo enfrentamiento y que alteraron la escena del crimen para simular que los ocupantes del vehículo habían disparado.
El vehículo en el que circulaban las víctimas tenía 22 disparos de arma de fuego y en el lugar encontraron 23 casquillos.
De acuerdo con la información dada a conocer en las audiencias, la Fiscalía realizó un peritaje a las armas y a los casquillos y estableció que Luis Antonio disparó tres balazos hacia el vehículo en el que circulaban las jóvenes; Ismael, 18; Alfredo uno y Joel Noé, uno.
Según la FGE a Carolina y Andrea les pusieron pólvora en las manos para aparentar que habían disparado e inventaron la historia de un quinto tripulante del vehículo que se dio a la fuga y arrojó un arma, la cual fue sembrada por los policías.
A los dos sobrevivientes los detuvieron y trasladaron a la Fiscalía, pero el ministerio público se negó a recibirlos por la tardanza en la puesta a disposición y entonces los trasladaron a barandilla por presuntamente alterar el orden público y fueron puestos en libertad debido a que no se acreditó la falta.
De acuerdo con los peritajes, Andrea, Carolina, Dulce y Julio César, entre las 0:30 horas y las 1:00 horas del 27 de enero de 2020, circulaban en un automóvil de la presa hacia la sindicatura de Sanalona.
Los policías circulaban en un convoy de cinco patrullas y un vehículo blindado en dirección contraria.
Al estar ubicados a la altura del templete de la presa Sanalona en la sindicatura del mismo nombre, y al pasar a un lado del vehículo que abordaba el acusado y sus compañeros, accionaron las armas de fuego a su cargo que portaban, señaló el ministerio público.
Tras los disparos el automóvil siguió su marcha durante varios metros con Carolina y Andrea heridas.
Pusieron también en peligro la vida de los demás, conductor y acompañante, respectivamente de las hoy occisas, quienes siguieron por la pendiente por la inercia del vehículo por dicha vía, rumbo al poblado de Sanalona, dejando un rastro de aceite negro sobre el asfalto, quedando fuera del radio de acción del acusado y de sus acompañantes, lo que evitó que consumara la privación de la vida de dichas personas, por causas ajenas a su voluntad, indicó.
Mencionó que después de disparar “teniendo la obligación de preservar el lugar, procedieron a alterar las evidencias, pues contaminaron las manos de las víctimas de plomo, así como también colocaron dos casquillos en la parte posterior del vehículo en el cual viajaban las víctimas y depositaron un arma de fuego entre el monte, por un lado de la carretera, con la finalidad de evadir sus responsabilidades, realizando el acusado actos indebidos siendo un servidor público”.
La Fiscalía asegura que tiene pruebas suficientes para acreditar que Luis Antonio es responsable del homicidio.
Un día después del asesinato, el entonces secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, trató de encubrir a los agentes y en una conferencia de prensa criminalizó a las víctimas.
Castañeda Camarillo dijo que se había tratado de un enfrentamiento en el que les dispararon a los policías desde el vehículo en el que circulaban las dos jóvenes y que además había un hombre y una mujer detenidos y puestos a disposición del Ministerio Público.
Artículo publicado el 04 de agosto de 2024 en la edición 1123 del semanario Ríodoce.