Personas transgénero pueden ser bautizadas y ser padrinos en bodas y bautismos de otros. La Doctrina de la Fe responde a una duda del obispo José Negri.
Cortesía: Los Ángeles Press
La respuesta del Tucho Fernández y Francisco va a contrapelo de las posiciones de los obispos conservadores de Estados Unidos y América Latina que rechazan la idea misma de que existan personas transgénero.
Por Rodolfo Soriano-Núñez
A mediados de esta semana, el dicasterio para la Doctrina de la Fe que preside el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, publicó una respuesta a una Duda o Dubia, en latín, que respondía a una serie de preguntas que formuló un obispo de Brasil sobre si era aceptable la participación de personas que se reconocen a sí mismas como transexuales en distintos rituales del catolicismo.
La primera duda tenía que ver con la pregunta de si podían recibir o no el bautismo las personas adultas transexuales. La respuesta de la Doctrina de la Fe, lo que antes fue el Santo Oficio, del que dependía la Santa Inquisición, es que sí, que sí puede recibir el sacramento del bautismo una persona adulta que se vea a sí misma como transexual.
La otra dubia o duda tenía que con si las personas que se identifican a sí mismas como transexuales pueden ser testigos y/o padrinos en la administración de otros sacramentos. En ese caso, la respuesta de Victor Manuel Fernández, avalada por el propio papa Francisco, es que sí, que pueden ser testigos y/o padrinos en la administración de sacramentos como el bautismo o el matrimonio.
La duda fue originalmente planteada por el obispo brasileño José Negri, de la diócesis de San Amaro y sólo existen documentos oficiales de la respuesta en italiano y portugués. La respuesta en portugués se puede consultar aquí.
Algunos medios de habla española han publicado versiones y o resúmenes no oficiales de la respuesta a la Dubia. Una de esas versiones al español fue difundida por el portal Religión Digital y está disponible aquí.
Las respuestas afirmativas de la Doctrina de la Fe provocaron una oleada de reacciones que van desde la celebración por parte de clérigos que defienden los derechos de las personas homosexuales, transexuales o que se ven a sí mismas como “no binarias”, es decir, que no se ajustan a la distinción exclusiva entre mujeres y varones, como el sacerdote jesuita James Martin quien publicó un breve hilo, que aparece a continuación:
Los dos primeros mensajes dicen, de manera textual:
Sobre la nueva decisión del Vaticano de que las personas transexuales pueden recibir el bautismo y ser padrinos o testigos en bodas católicas. En algunas diócesis se les prohibía serlo por los pastores locales. Como tal, la decisión es un importante paso en la Iglesia para ver a las personas transexuales no sólo como personas (en una Iglesia en la que algunos dicen que no existen realmente) sino como católicos.
En enero de este año, el obispo de San Diego, el cardenal Robert W. McElroy publicó un texto en el que hacía un llamado a una “inclusión radical” de las personas homosexuales en un texto publicado por la revista America de la Compañía de Jesús en Estados Unidos, que está disponible en este vínculo.
El texto del cardenal McElroy prefiguraba la respuesta dada por el cardenal Fernández a la duda sobre la posibilidad de admitir al bautismo a adultos transexuales o de permitir que personas transexuales sean padrinos o testigos.
Sin embargo, diversos medios de comunicación han destacado mucho más las reacciones negativas a la respuesta a la duda planteada por el obispo Negri de Brasil, que siguen—en términos generales—lo que el obispo estadunidense de Oklahoma City Paul S. Coakley dijo en un texto que publicó en mayo de este año.
En uno de los párrafos finales de ese texto, que está disponible en inglés aquí el obispo Coakley dice:
El movimiento transexual está enraizado en una moderna forma de dualismo en la que el cuerpo y el alma/mente/espíritu son realidades separadas. En esta visión, la persona humana es el habitante inmaterial de un recipiente físico. El cuerpo material, en consecuencia, puede ser manipulado en servicio del alma/mente/espíritu inmaterial. Mientras que el movimiento transexual ve una desconexión entre lo material y lo inmaterial, los católicos ven una bella unidad.
Esa unidad de la que habla el obispo Coakley, sin embargo, está centrada en la idea de que sólo hay dos posibles sexos y que la idea misma de género es una construcción ideológica que debe rechazarse por ir contra la interpretación que Coakley y otros obispos y teólogos católicos dan a la Biblia y las doctrinas que el cristianismo y el catolicismo derivan de ese libro sagrado.
Es posible anticipar, por ello, que la respuesta que el cardenal Víctor Manuel Tucho Fernández dio a la duda del obispo Negri de Brasil será una fuente constante de críticas al papa Francisco de parte de la derecha católica de Estados Unidos y otros países, que han expresado de diversas maneras su enojo con esta decisión de eliminar trabas a la participación en las actividades y rituales de esa iglesia.
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