En Jalisco gobierna el Mencho y el Cartel Jalisco Nueva Generación mientras los policías de todos los niveles roban y desaparecen y son parte esencial del cartel, son comandantes y tienen que transportar o cuidar transportes, desaparecer y matar personas y evitar que los familiares de las víctimas tengan justicia. Desde el más pinche policía y funcionarios de los municipios como los alcaldes hasta el gobernador pasando por periodistas y medios de comunicación que han enaltecido al cartel ante la opinión pública nacional e internacional como supuestos justicieros que cortan las manos de los ladrones aunque en realidad sus miembros y muchos de los que consumen sus mercancías son ladrones ya que la sociedad jalisciense está inmersa en un triangulo vicioso que implica adoración al cartel y a la muerte.
Son miles de personas las que vagan como locos gritando y maldiciendo como consecuencia de su adición a las metanfetaminas y las nuevas nuevas drogas como el fentanilo, desnudos se lanzan a los camiones como sucedió el año pasado con un adicto al cristal que a gatas caminaba junto al carretera a Chapala la más mortal de la metrópoli, ciudad que crece gracias a los dineros del cartel implicados en las constructoras que también sirven al Gobierno en turno y donde también caen asesinados los dueños de grandes edificios que se siguen construyendo en la obligatorieridad del sistema narco, como en la fundación de Las Vegas, Nevada.
Incluso la comparación no es exagerada, los grandes capos de Chicago palidecerían al ver que en Jalisco el narco impone gobernadores y los asesina, impone alcaldes que dejan que vendan su droga en los baños de cualquier cantina, antro, burdel. Uno puede ir a comprar droga a cualquier antro, cervecería, botanero y ver a los clientes drogándose en las mesas con la complacencia de autoridades y empresarios, mientras la Guardia Nacional, el Ejército, el Estado de Jalisco y los municipios persiguen a quienes denuncian estas circunstancias demostrando de que lado están y es que no son pocas las amenazas y los millones que el Mencho lanza a todos los aludidos y a los que están implicados en la supuesta lucha por la seguridad de los mexicanos.
Como en las Vegas, el Mencho manda y es dueño de decenas de miles de maquinas afuera de casi toda tienda de abarrotes donde se ve a los adictos al juego y las drogas jugando, (algunos durante horas o todo el día). Maquinas marcadas por el cartel y cuyas ganancias recojen sus sicarios sin que ninguna autoridad haga nada ya que, hasta un ex presidente municipal de Tonalá emergido del PAN estuvo detenido por haber asesinado a un compañero de partido y de Gobierno por negarse al juego del cartel.
Cuando Jalisco y México escucharon por primera vez al Mencho, cuando amenazaba un policía de la ribera de Chapala se asombraron de la vulgaridad y la sangre fría del monstruo, pero con el tiempo la sociedad ha adoptado ese lenguaje al grado que verbo y sustantivo son la verga, él o ella son la verga, para decir mucho dicen es un “verguero” o “vergazal” y así, la vulgaridad y el lenguaje del capo permearon a casi toda la sociedad incluida la clase política que aglutinan los partidos pero especialmente la gente del cacique Raúl Padilla que tiene entre sus gentes a puros vulgares que así hablan y viven, mientras, viven de sus partidos, de la FEU o de la UDG y él atasca de millones sus cuentas bancarias con fundaciones culturales patito aunque redituables económicamente hablando y donde tiene coptados a los artistas-caciques de las diferentes artes en Jalisco. Y no se diga de otras materias.