cortesía Río Doce.- “Falta que (el Vicefiscal Regional de la Zona Sur del Estado) se ponga las pilas, para que verdaderamente se empeñen en la investigación, qué se ponga las pilas y que se haga le justicia a mi hijo ”, exige René Castro Lizárraga, padre de Manuel Alejandro Castro López, de 15 años, asesinado el 13 de julio de 2019, en Mazatlán.
La exigencia de Castro López, se da en el contexto del clamor de justicia de los familiares de Érika N, quien perdió la vida durante una balacera en Mazatlán.
La semana antepasada, desde el anonimato, los familiares de Érika clamaron justicia para la infortunada, quien murió a las 2:00 horas, del jueves 27 de mayo, según la versión oficial, en medio del fuego cruzado durante un enfrentamiento entre elementos de la policía municipal y civiles armados.
Juan Ramón Alfaro Gaxiola, secretario de Seguridad Pública, en Mazatlán, informó que los hechos ocurrieron en un punto de revisión en la avenida de La Marina, cuando le hicieron la parada a un vehículo y el conductor en vez de detenerse, aceleró la marcha, y al escucharse detonaciones de arma de fuego, los policías repelieron la agresión, para luego perseguir a los agresores.
De acuerdo con dicha versión, la madrugada del jueves 27, Érika viajaba en el asiento del copiloto en un carro que transitaba por el lugar en el momento del enfrentamiento, cuando una de las balas impactó la parte trasera del vehículo, hiriéndola en la espalda y murió cuando era trasladada a un hospital.
‘Qué se ponga las pilas’
Familiares y amigos de las víctimas piden justicia pronta y expedita a José Francisco López Leal, quien desde el 21 de noviembre de 2019, despacha como Vicefiscal Regional Zona Sur del Estado.
López Leyva llegó a Mazatlán a sustituir a su colega Cruz Alejandro Flores Cruz, presumiendo una historia profesional que hasta la fecha está encerrada en las frías paredes de cristal en la segunda planta de la Unidad Administrativa, donde se combate el desapego a la ley y se fortalece el Estado de derecho.
René Castro Lizárraga, quien confía en la ley y el Estado de derecho, pide justicia por el asesinato de su hijo Manuel Alejandro Castro López, de 15 años de edad, perpetrado el 13 de julio de 2019, por un sicario que irrumpió violentamente a su vivienda ubicada en la colonia San Francisco II.
El próximo 13 de julio, se cumplirán dos años del crimen de su hijo, por lo que Ríodoce le preguntó a Castro Lizárraga sobre los avances en el esclarecimiento de los hechos que enlutaron a su familia en 2019.
“Sobre el asesinato de mi hijo Manuel Alejandro no hay ningún avance, ninguna novedad”, dijo.
El 16 de octubre de 2019, al cumplirse casi cien días del homicidio, la Fiscalía General del Estado de Sinaloa (FGES) detuvo y vinculó a proceso al presunto responsable identificado como “Aarón N” imputado de privar de la vida de Castro López.
René Castro Lizárraga, abogado de profesión, está convencido de que la “justicia a medias no es justicia, pues no se han esclarecido los móviles del crimen, ni mucho menos, detenido a los autores intelectuales del homicidio.
“Falta que se ponga las pilas, que verdaderamente se empeñen en la investigación, para que hagan justicia, que se ponga las pilas”, enfatiza.
—¿Cuántas veces te ha atendido el Vicefiscal?— se le pregunta al litigante.
—Tres veces. De las tres ocasiones, en dos me ha atendido, la tercera me atendió el segundo de él, pero se me ha dicho lo mismo: “que hay que seguir abriendo investigación”. Sinceramente yo los veo muy desinteresados, el Ministerio Público es muy incompetente.
—¿Por qué crees que es “incompetente?
—Porque no se abocan a lo que hay qué hacer, básicamente la investigación la está haciendo uno.
—¿No es riesgoso que tú hagas el trabajo de ellos?
—Exactamente. Tiene sus riesgos, uno está impedido, limitado y no puede hacer mucho, pero el caso es que uno les ha ayudado corriendo los riesgos.
—Tienes casi dos años exigiendo justicia…
—Sí. Por ello, insisto al Vicefiscal, qué se ponga las pilas. Que saque adelante el caso de mi hijo, que se le dé celeridad y se haga justicia y que le dé mayor seguridad a la ciudadanía. Porque no hay certidumbre, todo mundo desconfía, todo mundo tiene temor. Es algo que ya se generalizó.
“Justicia para Érika”
Aunque la muerte de Érika ocurrió en circunstancias muy diferentes a las que rodearon la tragedia de Manuel Alejandro Castro López, la incertidumbre, la desconfianza y el temor mezclados con el clamor de justicia se repitieron.
“Justicia para Érika”, manifestaron familiares y amigos de la finada.
Eran las 10:30 del 28 de mayo, cuando en sala de velación de la funeraria Moreh, ubicada en la avenida Juan Carrasco, una señora solitaria que hacía compañía al solitario féretro, reflexionaba sobre la sorpresiva muerte de Érika quien trabajaba en una taquería y había dejado huérfanos a tres hijos.
Érika vivía casi en la esquina de las calles Valparaíso y Playa Dorada del fraccionamiento Valle Bonito, donde sus vecinos la recuerdan como una mujer solidaria y promotora entusiasta de los uniformes y útiles escolares.
Por su parte, el jefe policial, Juan Ramón Alfaro Gaxiola, expresó: “Mi más sentido pésame para la familia, es una pérdida humana de una mujer desgraciadamente, pues estuvo en el momento exacto donde se dio esta agresión hacia los elementos, y desgraciadamente pasó este hecho”.
“…Nosotros estamos en espera del Ministerio Público, si se va a llevar algún proceso en contra de los elementos, adelante; pues ellos también estaba resguardando su integridad física porque fueron agredidos, pero si hay una parte que les corresponda de responsabilidad, se va a proceder contra ellos”, aseguró.
Artículo publicado el 06 de junio de 2021 en la edición 958 del semanario Ríodoce.