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Río Doce.- Justo cuando el mundo se enfocaba en capos como Rafael Caro Quintero, Ismael el Mayo Zambada y Joaquín el Chapo Guzmán, el Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ) desclasificó un expediente en donde revela como una mujer oriunda de Elota, Sinaloa era en realidad una de las cabezas del Cártel de Sinaloa.

Según el expediente 1:16-cr-00154, radicado en una corte federal del Distrito de Columbia, la acusada es Luz Irene Fajardo Campos la Comadre o la Jenny, extraditada a Estados Unidos a finales de agosto de 2016.

Tras ser presentada ante un juez, la acusada se declaró no culpable, y como hiciera el Chapo, Fajardo Campos también decidió enfrentar al sistema judicial de Estados Unidos, que le presentaba cargos relacionados por tráfico de cocaína, metanfetaminas y mariguana, y afirmaba tener todas las pruebas del mundo para hundirla.

Al final sin embargo, según confirmaron voceros del USDOJ, Fajardo Campos fue encontrada culpable de cargos por tráfico de droga el pasado mes de diciembre, y actualmente se espera que la magistrado Ketanji Brown Jackson emita una sentencia.

La Comadre se convirtió de este modo en la última sinaloense de bajo perfil en quien Estados Unidos fija los ojos, pues anteriormente el Departamento del Tesoro acusó a Jesús el Chuy González Peñuelas, antiguo lugarteniente del cártel de los Beltrán Leyva, a quien acusó junto con sus hermanos de estar al frente de un grupo al que clasificó como el cártel de los González Peñuelas.

Mike Vigil, ex director de operaciones internacionales de la DEA, reconoció que existen muchos narcotraficantes de bajo perfil que nadie conoce, pero que están ahí operando, y que incluso muchos pueden tener cargos públicos, como fue el caso de Salvador Cienfuegos, Genaro García Luna, o incluso actuales candidatos, y mencionó a Rogelio Portillo Jaramillo, quien es buscado por el gobierno de Estados Unidos acusado de pertenecer al Cártel Jalisco Nueva Generación y actualmente es candidato a alcalde por el municipio de Huetamo, en Michoacán.

“Son casos que se encuentran bajo investigación y que no se dan a conocer, pero es natural que existen muchos individuos que son investigados por supuestos nexos con el crimen organizado”, dijo Vigil pero sin dar mayores detalles de quienes eran.

En el caso de Fajardo Campos, la fiscalía estadounidense cuenta con fotos, videos y testigos protegidos que dieron su testimonio en contra de la acusada, además de una serie de audios presentados ante la magistrado Brown Jackson en donde se escucha a la Comadre dando órdenes a sus subordinados sobre operaciones de tráfico de droga que realizaba junto con sus hijos, y los cuales habrían sido determinantes para encontrarla culpable.

Considerando que ese tipo de evidencia la destruiría, la Comadre presentó el 20 de octubre de 2018 una moción alegando una violación en sus derechos, puesto que los agentes estadounidenses no tenían jurisdicción para realizar tales prácticas en México, pero la juez le negó la petición argumentando que ese tipo de prácticas eran necesarias para demostrar el nivel de tráfico de drogas que realizan narcos mexicanos.

“No importa que haya ocurrido fuera de los Estados Unidos, la realidad aquí es que se busca demostrar las conductas criminales de ciertos individuos”, le refutó Brown Jackson.

Según la investigación de la DEA, la cual se extendió “por varios años”, Fajardo Campos operaba para el Cártel de Sinaloa, aunque no precisa a quiénes rendía órdenes.

Se tiene evidencia de cómo la acusada se comunicaba con sus socios del cártel vía mensajes de textos enviados a través de un teléfono Blackberry y existen mensajes que están en poder de la DEA y que datan de abril de 2013 a septiembre de 2015.

A diferencia de los grandes capos del cártel de Sinaloa que todo mundo conoce, Fajardo Campos se manejó con un perfil muy bajo, al menos hasta el momento de su arresto, pues según la investigación de la DEA era ella quién directamente negociaba los precios de la coca en Colombia, y ella también organizaba su traslado en avionetas desde Sudamérica, hasta el sur de México y después hasta Sinaloa.

Como fue el caso de los Peñuelas, de la Comadre tampoco se sabía mucho dentro del argot periodístico ni entre pistoleros y narcos independientes consultados para esta nota, y muchos señalan que aunque la mujer sea parte del Cártel de Sinaloa, es difícil conocer a todos los involucrados, puesto que se trata de una organización muy grande que involucra a gente que nadie puede imaginar.

“Nunca escuchamos de esa señora; pues apenas los jefes (la conocen); porque aquí en Culiacán sólo se escuchan los mismos de siempre”, dijo un narcotraficante independiente, pero que paga flete a la facción de Los Chapitos.

Desde Sandra Ávila Beltrán la Reina del Pacífico, Estados Unidos no había ubicado a una mujer capo como Fajardo Campos, aunque según versiones de personas ligadas al trafico de droga, hay más mujeres involucradas, aunque la mayoría son mulas, lavadora de dinero, y en algunos casos sicarios, y la Comadre sería de los raros casos en donde una mujer está involucrada como “jefa” para el trasiego de droga.

Artículo publicado el 23 de mayo de 2021 en la edición 956 del semanario Ríodoce.