¿A dónde nos lleva la ‘cuarta transformación’?
16 octubre, 2018 por Ismael Bojórquez/Río Doce
El nerviosismo se empieza a apoderar de muchos actores del nuevo México que supuestamente se empezaba a forjar a partir del mandato del 1 de julio expresado en las urnas. Ese aplastante 53 por ciento de los votos logrados por el candidato presidencial de Morena y el avasallamiento de la coalición Juntos Haremos Historia en muchos estados y en las cámaras legislativas, hizo que tirios y troyanos, salvo raras excepciones, se volcaran a “simpatizar” con lo que los vencedores han llamado la “cuarta transformación”. Empezando con los empresarios, que de haberse opuesto abiertamente a Andrés Manuel López Obrador, ahora le han tendido la mano para trabajar juntos en “bien del país”. Y siguiendo con los medios de comunicación y periodistas, quienes, luego de haber hecho hasta lo imposible por descarrilar su candidatura, encontraron de pronto muchas “coincidencias” con los postulados de Morena.
Pero en la medida en que se han venido ventilando los proyectos de López Obrador —mantener el precio de los combustibles, la disyuntivas en cuanto al nuevo aeropuerto, el fracaso de los foros de consulta sobre seguridad y reforma educativa, el naciente debate sobre despenalización de la mariguana, el apoyo a los “Ninis”, etc.—, se han estado gestando dudas y temores sobre la factibilidad y conveniencia de muchos de ellos, incluso, hasta reclamos anticipados, como el de algunos burócratas que se oponen al cambio de sede de sus dependencias ante la pretendida descentralización.
El desgaste de Andrés Manuel y de un proyecto cuyas líneas no están definidas en su totalidad, es evidente. Tomó la agenda pública del país en sus manos, es cierto, y que el presidente todavía en funciones lo ha dejado correr, también. Pero eso mismo ha concentrado la atención de la sociedad sobre todo en sus yerros, produciendo una especie de “chingado y ¿qué va a pasar aquí”?, aun en la gente que votó por él.
Y si muchos de sus planes de gobierno han despertado dudas, su narrativa sobre una nueva conducta de los servidores públicos y su reivindicación del ejemplo como forma de inducir actitudes fue echada a un hoyo de mierda por el más cercano y “leal” de sus seguidores, César Yáñez, al hacer una fiesta millonaria con motivo de su boda.
Este hecho pudo haber quedado como algo privado y hasta anecdótico, pero el próximo coordinador de políticas públicas cayó en la frívola manía de los burgueses a los que Morena tanto ha criticado y con eso chocó de frente con lo que AMLO representa en términos de aspiración de una sociedad harta de estos excesos.
Otro de los temas donde Andrés Manuel parece no tener una idea clara de cómo enfrentarlo es el de la seguridad. Y no es de ahora. Si nosotros revisamos los dos o tres libros que escribió sobre su proyecto de nación no encontraremos nada sólido, solo referencias vagas y generales que no ayudarían, en concreto, a combatir el problema. Igual durante su campaña, nunca hizo un planteamiento comprable, por el contrario; lo que más se recuerda es su propuesta de amnistía, que a la vuelta de los meses nadie, ni sus colaboradores, entendió qué exactamente quería decir. Ante el fracaso de los foros de consulta para escuchar a la gente éstos terminaron por cancelarse y solo reagendaron Sinaloa y Tamaulipas, pero la percepción de que solo han servido para la catarsis de los familiares de las víctimas —sobre todo asesinados y desaparecidos— no cambiará.
Hace unos días dijo que convocará a 50 mil jóvenes para que ingresen a la Policía Federal, al Ejército y a la Marina. Pero su enfoque parece más ligado al tema del empleo que al de la seguridad. Contradictorio, además, porque mientras dice que no se combatirá la violencia con más violencia, está pensando fortalecer los cuerpos represivos (algo que, además, plantea de entrada un tema de presupuesto).
Bola y cadena
HAY UNA LUZ EN EL TEMA DE LA SEGURIDAD y puede ser muy poderosa: la pretensión de despenalizar la producción de goma de opio con fines medicinales. Esto puede extenderse a la mariguana con fines recreativos y si se logra podría despresurizar zonas muy violentas en Guerrero, Sinaloa, Chihuahua, Michoacán, Nayarit… El gobierno norteamericano sigue manteniendo una postura prohibicionista pero más de 20 estados ya han despenalizado la mariguana para fines médicos y otros también recreativos. A pesar de la ley federal en contra. Hay un dato desconcertante: México importa una tonelada anual de goma de opio y necesita 12 para cubrir sus necesidades médicas. La pregunta aquí es si vamos a seguir produciendo goma de opio ilegal para venderla en el mercado negro y fortaleciendo al crimen organizado, o va el Estado a regular esta actividad.
Sentido contrario
SOBRE TODO EN LOS MOCHIS Y CULIACÁN, sus pobladores demandan obras que les eviten más desastres cada vez que llueve. Si ya las ciudades crecieron de forma desordenada gracias a la miopía de los funcionarios pero también a la gran corrupción que ha existido, algo puede y debe hacerse para reducir los riesgos. Y en eso deben poner atención los gobiernos municipales y el estatal. Es curioso, pero mientras en este caso se pide obra, en otros, como en el sector Chapultepec de Culiacán, los vecinos bloquean maquinaria porque dicen que no necesitan una remodelación que se planeó y licitó cuando todos dormían.
Humo negro
MAÑANA SE CUMPLEN 17 MESES del crimen de Javier Valdez y no dejamos de extrañarlo. No se perdía un festejo con pastel en los cumpleaños de la raza de Ríodoce —como el que hicimos para Aarón, el viernes—, ni el tequila en los cierres de edición que yo le servía junto con un puñado de cacahuates, papas fritas y jocoque. Siempre que miro el Guayabo desde mi ventana me lo imagino sentado en su esquina, bromeando con las meseras, con el Zurdo, con la Casimira. ¿Quién mandó matar a este hombre que solo existía para querer y servir a la gente? ¿Quién?
Columna publicada el 14 de octubre de 2018 en la edición 820 del semanario Ríodoce.