MARCHA POR LA JUSTICIA. A un año de aquel lunes. (Foto: Rashide Frías).
Ismael Bojórquez/Río Doce
Terminó la Jornada Nacional de Protesta por el primer aniversario del crimen de Javier Valdez. El carácter nacional se lo dio la cobertura. Muchos de los compañeros periodistas, organizaciones y medios que pudieron realizar eventos en otras partes del país se concentraron en Culiacán para incorporarse a los eventos y para cubrirlos. Muchos periodistas de otras entidades se comunicaron con Ríodoce para que diéramos a conocer en sus respectivos medios el programa de aniversario y el status legal del caso. La jornada culminó con una conversación entre periodistas sobre los problemas del gremio, los acosos desde distintas manifestaciones del poder (de los poderes formales y de los fácticos), ahora con variantes legales que nos está dejando la llamada Ley Mordaza, que están provocando demandas contra los periodistas por “daño moral”. Y hacia dónde debemos mirar, cómo organizarnos, con qué recursos contamos.
Pero no solo en México los ojos de los periodistas estaban puestos en Culiacán. En Buenos Aires, Argentina, justo el 15 de mayo, la maestra Dina Grijalva participó en un evento académico organizado para brindar honores a la memoria de Javier Valdez e igualmente unirse a las voces que demandan justicia y total esclarecimiento del caso, con el castigo tanto a los autores materiales como intelectuales. Mientras, en San Salvador, el diario digital El Faro —el primero que surgió en América Latina y que tiene en su haber varios premios internacionales por su calidad editorial y la profundidad con que tratan sus temas—, llevaba a cabo su Foro Centroamericano de Periodismo, con la participación de decenas de periodistas latinoamericanos, donde incluyeron una mesa para analizar la situación de acoso y violencia que padecen los periodistas en algunos países como Honduras y México y donde se retomó el caso de Javier Valdez.
Carlos Dada, fundador de El Faro, nos contó todavía con asombro que el año pasado el Foro se inauguró el 15 de mayo. Y que estaban a punto de iniciar los trabajos cuando recibió una llamada de Blanche Petrich, reportera del diario La Jornada, para decirle en medio del llanto que acababan de matar a Javier Valdez. Carlos no lo podía creer, pues lo conocía desde 2011, cuando coincidimos con él en Nueva York, pues recibimos juntos el Premio Maria Moors Cabot. Y nos dice que dieron el banderazo de salida a las actividades en medio del drama y el llanto de varios de los participantes de diversos países y que habían conocido a Javier en otros encuentros.
He dicho una y mil veces que Javier se agigantó con su muerte y ahora que ha pasado esta jornada de aniversario sé que su memoria y su legado estarán ahí por mucho tiempo, para que las nuevas generaciones de periodistas y luchadores sociales abreven de su ejemplo. La vida no nos da todo lo que nosotros quisiéramos. A Javier no le dio el gusto de saber cuánto lo quería la gente y cuánto valoraba su trabajo. Y mucho menos cuánto le dolería su muerte, una muerte así.
Ahora lo que nos queda es mantener viva su memoria. Y que se haga justicia.
Bola y cadena
ESTANDO EN SAN SALVADOR LA semana pasada para participar en el Foro Centroamericano de Periodismo, Mónica González, una de las periodistas chilenas y latinoamericanas más profundas, recibió una noticia que la estremeció. Luego de una visita del Papa Francisco a su tierra, todos los obispos de su país, renunciaron al cargo. Lo hicieron debido al escándalo que generó una investigación periodística de ella y otros periodistas donde develaron prácticas de pederastia que convirtieron en infierno la vida de decenas de sacerdotes durante décadas. Con lágrimas por la emoción, dijo ante un grupo de estudiantes con los que charlaba sobre la importancia del periodismo para darle luz a la sociedad: “No todo está perdido”.
Sentido Contrario
“NO TODO ESTÁ PERDIDO”, una buena frase que sintetiza la lucha por la justicia y la esperanza en un futuro mejor para todos.
Humo negro
FUE INVALUABLE LA PARTICIPACIÓN DE MUCHA gente para que la jornada tuviera éxito, desde los viejos amigos que organizaron el torneo de Ajedrez en Mazatlán, como David Jara, hasta la amorosa visita de Carmen Aristegui, quien, además de brindarnos una charla sobre periodismo y democracia y sus entuertos, transmitió su programa de radio a través de Facebook desde la oficina de Ríodoce y grabó su programa para CNN en el mismo espacio. Fueron infinitamente generosos Jorge Zepeda Patterson y Adela Navarro, que estuvieron dando una charla en Mazatlán, Alejandro Almazán y Guillermo Osorno, que hicieron lo propio en Los Mochis; y también los documentalistas de Ojos de Perro contra la Impunidad, que encabeza el periodista Témoris Grecko; las decenas de amigos de la cultura y el arte, sobre todo Martes de Poesía y RecuperArte, que hicieron posible la Velada Cultural en la explanada de Palacio de Gobierno la noche del lunes 14. Y el esfuerzo de moneros y fotógrafos que montaron la exposición gráfica en la Universidad Autónoma de Occidente. También la valiosa aportación de los compañeros de Animal Político que, a través de Nallely Roldán, nos presentó el libro La Estafa Maestra, con los puntos de vista del periodista Francisco Cuamea. Igualmente agradecidos con Marcela Turati, quien se apuntó con un taller de cobertura de víctimas de la violencia al que asistieron 30 periodistas. La presencia de los compañeros de Artículo 19, Reporteros sin Fronteras, Periodistas de a Pie, Red de Periodistas de Juárez, del Colectivo de periodistas de Mazatlán, Cencos, CPJ y a Jan Jarab, representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México, enriqueció profundamente la jornada. Y los amigos que, solo con el afán de cooperar para sustentar la logística, apoyaron amablemente en la atención de nuestros invitados. También a los integrantes de la Comisión de Seguimiento del caso Javier Valdez. Y claro, al indeclinable y entusiasta equipo de Ríodoce. A todos un millón de gracias.
Columna publicada el 20 de mayo de 2018 en la edición 799 del semanario Ríodoce.