Diez semanas después del asesinato de Javier Valdez, dos de los presuntos autores materiales del crimen tenían nombre y apellido.
El 28 de julio del año pasado, un testigo protegido los señaló después de haber tenido una conversación en la que supuestamente hablaron de su participación en el asesinato; y al tercero la misma persona lo identificó en septiembre mediante imágenes.
Casi un año después del homicidio, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) detuvo a uno de los presuntos responsables y tiene pendiente de ejecutar una orden de aprehensión contra otro que ya está detenido por otro delito.
Según la Feadle, el testigo acudió a rendir su declaración con temor, debido a que lo habían amenazado.
EL KOALA. Detenido y vinculado a proceso.
En julio del año pasado, ese testigo fue quien le puso nombre a Heriberto Picos Barraza, el Koala; a Juan Francisco Picos Barrueto, el Quillo, y a Luis Idelfonso Sánchez Romero, el Diablo.
Para esa fecha, la Fiscalía había establecido que eran dos los tiradores que atacaron a Javier.
El lunes 22 de mayo, los peritos realizaron una inspección ocular de recreación de los hechos.
La prueba se llevó a cabo el mismo día de la semana en que fue asesinado Javier Valdez, a la misma hora y en el mismo lugar para recrear de la manera más factible y real el homicidio.
En la recreación, la Fiscalía estableció la mecánica de los hechos: desde la forma en que el vehículo Versa gris le cerró el paso a Javier, la forma en la que lo bajaron de su automóvil y le dispararon y la posición de los sicarios al momento de disparar.
Hasta ese momento, la Feadle tenía como líneas de investigación el trabajo periodístico y el robo de vehículo.
El 13 de junio, la Feadle ofreció una recompensa de hasta un millón 500 mil pesos para quien proporcionara información que llevara a la captura de los presuntos responsables.
En esos días, el Quillo y el Koala invitaron a unos de sus primos a tomar, en la comunidad de San Javier, en San Ignacio.
En la zona conocida como La Lomita, el Quillo empezó a hablar del asesinato del periodista y la molestia de la gente de Eldorado por algo que había publicado.
EL QUILLO. Preso en Tijuana.
Según el primo de los implicados, quien hoy es testigo protegido, el Quillo mostró la pistola plateada con la imagen en las cachas de Dámaso López Núñez, el Licenciado; y Dámaso López Serrano, el Minilic, que habían recibido como pago por el asesinato.
Dos semanas más tarde se volvieron a ver y en esa ocasión le contaron que habían tenido que quemar el Versa gris debido a que las cosas se habían complicado.
Después de esa ocasión amenazaron al testigo y fue cuando decidió acudir a declarar y pedir protección.
Tras el asesinato, el Quillo y el Koala siguieron delinquiendo juntos; y el Diablo se fue del estado, luego de que presuntamente engañó al Quillo con la venta de una camioneta y se pelearon.
Una semana después del asesinato de Javier, el 26 de mayo, el Quillo y el Koala instalaron un retén en la carretera 20 para levantar “contras”, pero hubo un enfrentamiento con el Ejército que dejó un saldo de cinco detenidos, un delincuente muerto y dos soldados heridos.
El Quillo y el Koala lograron escapar del tiroteo; al igual que el 5 de junio en Mazatlán.
Ese día llegaron en convoy a un motel donde fueron interceptados por elementos de la Policía Estatal, quienes capturaron a otros cinco delincuentes.
El 24 de agosto, el Quillo fue detenido en Mexicali en posesión de armas de fuego cuando se pasó un alto a exceso de velocidad.
En septiembre, el testigo protegido amplió su declaración y aportó más información sobre las actividades criminales de sus parientes.
En esa ocasión, identificó a Luis Idelfonso Sánchez Romero, el Diablo, como otro de los participantes.
Los investigadores le mostraron imágenes en las que se observa a un hombre bajar del carro de Javier mientras se quita unos guantes y luego se sube al Versa gris.
Las imágenes fueron obtenidas de una cámara de vigilancia que captó el momento en el que el carro de Javier choca, minutos después del asesinato.
Dos días más tarde de que fue identificado, el Diablo y otro hombre fueron encontrados calcinados dentro de un vehículo en la colonia Moctezuma, en San Luis Río Colorado, Sonora.
Fue hasta el 21 de febrero de este año cuando la Fiscalía de Sonora obtuvo los resultados de las pruebas de ADN practicadas a los cadáveres y confirmó que se trataba del Diablo.
EL DIABLO. Asesinado en Sonora.
En las intervenciones de llamadas al Koala con sus familiares, la Fiscalía logró ubicarlo en la ciudad de Tijuana.
El 3 de abril de este año, un grupo de agentes investigadores empezó a vigilarlo durante una semana en el domicilio donde vivía, en la colonia Pedregal de Santa Julia.
Según el informe de los agentes y dado a conocer ante el Juez, el Koala salía todos los días de su casa a las 6:15 horas acompañado de otras dos personas y volvían a las 16:00 horas.
El presunto delincuente aparentemente trabajaba en una construcción.
El lunes 23 de abril, a las 16:30 horas, agentes de la Policía Federal lo capturaron en cumplimiento a una orden de aprehensión.
Al día siguiente fue trasladado a Culiacán y presentado ante el Juez de Control por el delito de homicidio con premeditación y ventaja.
El domingo 29 concluyó la audiencia inicial y el Juez lo vinculó a proceso y ordenó que por seguridad permanezca internado en el Centro Federal de Readaptación Social de Guasave.
El Quillo sigue recluido en un penal de Tijuana sin que se le ejecute la orden de aprehensión por el asesinato de Javier.
EL DIABLO. Encontrado dentro de auto incinerado.
El Diablo fue calcinado; lo identificaron con pruebas de ADN
Con la muerte de Luis Idelfonso Sánchez Romero, el Diablo, uno de los tres supuestos autores materiales del asesinato de Javier Valdez, se extingue la acción penal en su contra.
La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) tenía una orden de aprehensión en su contra, pero solicitará anularla al Juez que la libró.
El Diablo fue encontrado muerto desde el 29 de septiembre del año pasado junto con otra persona, en la colonia Moctezuma, en San Luis Río Colorado, Sonora.
Por el estado en que se encontraban los cuerpos la Fiscalía de Sonora realizó pruebas de ADN para identificarlos.
El 21 de febrero de este año, la Fiscalía obtuvo los resultados y confirmó la identidad del Diablo y su acompañante, Ricardo Romero Landeros.
De acuerdo con la Feadle, el Diablo viajaba como copiloto en el automóvil Versa en el que circulaban los tres responsables del asesinato de Javier.
Según los investigadores, fue uno de los que disparó contra el periodista y quien tras la agresión abordó el vehículo de Javier.
En la huida, chocó y bajó de la unidad para subirse al Versa gris en el que viajaban el Quillo y el Koala.
La Fiscalía logró identificarlo mediante las imágenes que captaron el momento en el que baja del carro de Javier y aborda el Versa y que fueron mostradas a un testigo protegido, quien dio a conocer su identidad.
En las imágenes se observa al Diablo quitarse unos guantes que presuntamente usó para no dejar huella.
Tras el crimen, el Diablo se peleó con el Quillo por la venta de una camioneta y se fue del estado.
En abril del año pasado, el Diablo participó junto con el Quillo en un enfrentamiento en Elota, en el que disparó un fusil Barret calibre 50.
Ese día el Diablo huyó en una lancha que lo trasladó hasta la playa de Ponce, en la sindicatura de Eldorado.
La Feadle continuará investigando las actividades del Diablo para obtener pruebas que puedan ser usadas contra el Koala y el Quillo.
El Quillo sigue recluido en un penal de Tijuana sin que se le ejecute la orden de aprehensión por el asesinato de Javier.