Durante la educación infantil es frecuente utilizar figuras ficticias para facilitar tareas relacionadas con la alimentación y el sueño. El ‘coco’, el ‘hombre del costal’ o el ‘tlacuache’ suelen ser evocados para apresurar a infantes para que coman zanahorias cocidas o duerman temprano. Con el tiempo estos seres fantásticos pierden todo su poder coercitivo dando paso a actitudes escépticas que prevalecen durante la edad adulta.
Desafortunadamente, aunque el calentamiento global antropogénico no es ficticio, una significativa proporción de los habitantes del planeta parece estar bajo el efecto de una variante del ‘síndrome de negación del coco’ que tiende a retrasar acciones decididas para combatir y mitigar los efectos de este fenómeno físico-químico.
En abril de 2018 se rompieron numerosos records de temperatura en diversos puntos del planeta. En particular, en la localidad pakistaní de Nawabshah, los termómetros registraron 50.2 grados centígrados. Con toda probabilidad, esta temperatura es la más alta registrada en un mes de abril, en región alguna del mundo, desde que se cuenta con registros confiables de medición.1
Adicionalmente, se han alcanzado las mayores temperaturas en más de 70 años en diversos puntos de la Gran Bretaña2, tan sólo un mes después de que la llamada ‘bestia del este’ generara fríos extremos relacionados con inestabilidades del vórtice polar, que a su vez se encuentran vinculadas con el derretimiento de hielo en el Ártico.3
La física del calentamiento global es accesible, y en principio debería de formar parte de los conocimientos básicos de la sociedad en general. Se tiene completa certeza de que la luz proveniente del Sol dé lugar a radiación infrarroja emitida desde la superficie del planeta al alcanzarse un estado de equilibrio termodinámico local. La captura y emisión de fotones infrarrojos por parte de las moléculas de dióxido de carbono es un fenómeno que también se encuentra fuera de toda duda.
La retención de esta radiación en la atmósfera terrestre corresponde al llamado efecto invernadero y ha causado un aumento de la temperatura global en las últimas décadas. A mayores concentraciones de dióxido de carbono, hay mayor retención de radiación y, por tanto, mayor aumento de temperatura. El efecto invernadero es perfectamente reproducible en laboratorios, al igual que puede verificarse la oscilación de un péndulo o la caída libre de un objeto.
Las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado sustancialmente debido a la quema de combustibles fósiles y a la deforestación antropogénica. Con ello hemos puesto en riesgo la viabilidad de la civilización, al punto de que grandes extensiones del planeta corren el riesgo de tornarse inhabitables en tan solo 80 años.
Desde el ámbito académico es necesario reflexionar las razones por las cuales la sociedad aún no se ha apropiado de la ciencia básica del calentamiento global, y en cambio aún parece asociarla con un cuento infantil del ‘coco’ o el ‘hombre del costal’. Uno de los posibles factores es la ausencia de suficientes actividades experimentales en los niveles básicos escolares.4
Un segundo posible factor es la forma en que se conducido la ‘aristocracia académica’ a nivel mundial a través de las últimas décadas. El tecnicismo excesivo, orientado a imponer esquemas de control de plazas académicas, ha contribuido a crear torres de marfil en una etapa histórica en la que es imperativa una comunicación horizontal y clara de los fenómenos físicos. Un tercer factor, aún más alarmante, es la existencia de intereses económicos de corto plazo que en la práctica han favorecido el uso de tecnologías nocivas para el planeta.
Los graves escenarios previstos para fines del siglo XXI, en el caso de que no se sigan las rutas de reducción de emisiones incluidas en los Acuerdos de París, trascienden la expectativa de vida de la población económicamente activa de la actual generación. Pero es precisamente este núcleo poblacional el que lleva la responsabilidad de hacer efectivas las medidas que eviten una herencia ominosa e inmanejable para las generaciones venideras.
Referencias:
1 Hottest April day ever recorded – maybe: UN weather watchdog, UN News, 4 de mayo de 2018”. https://news.un.org/en/story/2018/05/100892
2 Hottest April day in almost 70 years sparks marathon warning. Nota periodística publicada por “The Guardian”, 19 de abril de 2018. https://www.theguardian.com/uk-news/2018/apr/19/uk-could-enjoy-hottest-a…
3 A. Sandoval-Villalbazo, “Debilitamiento del vórtice polar causa fríos extremos en Europa”, Prensa Ibero, 2 de marzo de 2018 http://ibero.mx/prensa/ciencia-debilitamiento-del-vortice-polar-causa-fr…
4 A. Sandoval-Villalbazo, “Indiferencia social a la ciencia, obstáculo para el nuevo modelo educativo”, Prensa Ibero, 12 de junio de 2017 http://www.ibero.mx/prensa/indiferencia-social-la-ciencia-obstaculo-para…
Publicado originalmente en Aniversario Ibero