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Ciudad de México | Desinformémonos. A pesar de los migrantes centroamericanos solicitan asilo legal en México y Estados Unidos, las autoridades migratorias deportan a cientos de personas sin considerar el riesgo que representa el regreso a su país, además de que los maltratan, detienen y violan sus derechos humanos, denunció Amnistía Internacional en su informe “Enfrentando muros y violaciones de los derechos de solicitantes de asilo en Estados Unidos y México”.

De acuerdo con el estudio, 86 por ciento de los 113 entrevistados huyó de su país de origen por estar amenazado de muerte o por ser objeto de ataques directos o extorsiones mediante “impuestos de guerra” exigidos por las maras.

El informe resalta que sólo una pequeña parte de los migrantes centroamericanos solicitan asilo legal a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), mientras que cada año más de 400 mil personas cruzan irregularmente la frontera sur del país. Amnistía Internacional señaló que esto se debe a que las autoridades migratorias no proporcionan información adecuada sobre el derecho a pedir asilo y protección, como lo marca la ley migratoria.

“Cuando expresaban su temor en caso de ser devueltas a su país, los agentes del INM ignoraban sus palabras y, a veces, hacían comentarios despectivos o burlones al respecto. Otras veces, los agentes de inmigración hacían comentarios a los solicitantes de asilo que los desalentaban de presentar su solicitud”, indica el documento.

Aunado a ello está la implementación del Plan Frontera Sur, el cual “ha provocado un aumento de las operaciones de seguridad en la frontera de México con Guatemala y Belice, y se ha asociado con frecuentes informes de extorsiones, secuestros y otros abusos contra los derechos humanos de las personas migrantes”.

Por su parte, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos se ha dedicado a negar los permisos de asilo en puntos fronterizos de aduana a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México a quienes huyen de la violencia en Centroamérica, particularmente de Honduras, El Salvador y Guatemala.

La violación al principio de no devolución de personas a territorios donde “su vida o libertad” peligren se intensificó con la llegada del presidente Donald Trump, que desde que inició su campaña difundió un discurso de odio contra los migrantes, señaló Amnistía.

A pesar del panorama, Amnistía resaltó que el flujo migratorio continúa a través de rutas “más precarias” que sirven a los grupos delictivos para aprovecharse de los que intentan cruzar las fronteras y países con actividades ilícitas como el tráfico de personas, secuestro, prostitución y asesinatos.