Con o sin Joaquín el Chapo Guzmán, el Cártel de Sinaloa se mantiene como el grupo más poderoso de México
A un año del arresto de Joaquín el Chapo Guzmán, considerado en su momento el narcotraficante más poderoso del mundo, todo se mantiene igual en la guerra contra el narco, pues mientras el Cártel de Sinaloa es aún el grupo delictivo más fuerte en el país, Estados Unidos sigue siendo el principal cliente de los capos sinaloenses.
“Seamos realistas ante esa verdad, pero también ante el hecho de que no importa cuántas veces se golpee a esa organización criminal, el grupo rápido reemplaza a sus elementos sin importar los puestos clave que tengan, lo que muestra lo sofisticado que es el Cártel de Sinaloa”, consideró Steve Bell, vocero de la Oficina Federal Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).
Fuentes militares en México coincidieron con las versiones del gobierno de Estados Unidos, al señalar que el arresto del Chapo no afectó a la organización, pues su fracción sólo realizó reacomodos, es decir, en Culiacán sus hijos Iván y Alfredo Guzmán Salazar asumieron el control, mientras que en la zona serrana su hermano Aureliano Guzmán Loera, el Guano, tomó las riendas, que incluye parte del triángulo dorado.
“Hay reportes de inteligencia que confirman esa versión: son los hijos del Chapo quienes ahora controlan parte de Culiacán, así como el trasiego de la droga a Estados Unidos, mientras que el Guano, tomó el control del triángulo dorado”, confirmaron fuentes militares a Ríodoce.
Ese reacomodo incluye las zonas de Huixiopa, Arroyo Seco, La Tuna, La Palma, el Nogalito, San José del Barranco y San José del Llano, aunque en las zona serrana de Tamazula, Durango, que es donde el capo mantenía un gran control, se deslindó de los Guzmán Loera a partir del homicidio de los cinco soldados muertos el pasado 30 de septiembre, en la salida norte de Culiacán.
“La gente no quedó contenta luego de la muerte de los soldados, y se empezó a apartar de ellos; en Tamazula Durango, Topia, y en muchas otras zonas, la gente ya no le vende (goma de opio y mariguana), al Guano, porque calentó la zona”, señalaron sembradores de esas zonas que solicitaron no ser identificados.
El gobierno de Estados Unidos precisó por su parte, que uno de los objetivos de 2017 es que se extradite al capo, y que sea recluido en una cárcel de máxima seguridad de ese país para que enfrente a la justicia estadunidense.
“Esperamos que el Chapo sea extraditado para que enfrente los cargos por los que se le acusa, pues su arresto significó un triunfo que no sólo afectó al Cártel de Sinaloa, sino también para los otros cárteles, pues mostró que el gobierno de México realmente está decidido a atrapar a los narcotraficantes, no importa qué tan poderosos sean”, observó Bell, durante una entrevista telefónica con Ríodoce.
Aquel enero sísmico
Joaquín el Chapo Guzmán fue arrestado por elementos de la Armada de México el 8 de enero de 2016, en Los Mochis, luego de una persecución vía satelital hecha al capo, desde octubre de 2015, cuando se entrevistó con la actriz Kate del Castillo y con el actor estadunidense Sean Penn, supuestamente para “hacer una película sobre su vida”.
A partir de entonces, el Chapo, se mantuvo a salto de mata durante los casi tres meses restantes que se mantuvo prófugo, y la Marina confirmó tiempo después de su arresto que nunca le perdió la pista, y que sólo esperaban una oportunidad para ir por él.
Fue el tiempo en que el Chapo se movió en la zona serrana de Tamazula Durango, principalmente en los pueblos El Limón, El Águila, Bastantitas y El Durazno, según confirmaron sus residentes meses después, durante un recorrido que hizo Ríodoce por aquella zona en que se documentaron abusos de autoridad por parte de la Marina.
Incluso, se habló de un enfrentamiento cuando la Marina fue por el Chapo, cerca del poblado El Limón y que, tras cercarlo, el capo logró huir en una moto todo terreno, trascendiendo días después que el Chapo había sido herido.
Según versiones de gente cercana a Guzmán Loera, a quien Ríodoce tuvo acceso, y que a su vez fue corroborada por residentes de Tamazula, la Marina “llegaba disparando a diestra y siniestra hacia las casas”, pensando que el capo estaba oculto en una de ellas.
Sin embargo, gente allegada al narcotraficante detallaba que gracias a los “halcones”, que tenía en toda la zona, para cuando llegaban los helicópteros de los Marinos, Guzmán Loera ya estaba fuera de las casas, aunque sí alcanzaba a ver todo lo que ocurría.
La versión de uno de los testigos, quien aparentemente formaba parte del segundo anillo de seguridad del narcotraficante, es que tras varios disparos que hicieron los Marinos a una de las cabañas, de donde salieron niños escapando, el capo no se aguantó y ordenó que atacaran a los Marinos.
“Al Chapo nunca le gustó enfrentar al gobierno, pero cuando vio el abuso de los Marinos, ordenó que los atacaran, pues no era justo lo que los militares estaban haciendo”, observó el pistolero.
Según el testigo, en aquel enfrentamiento tumbaron dos Black Hawks, aunque ésta versión nunca fue aceptada por la Armada de México.
Así habría continuado huyendo el Chapo, siempre con la Marina muy cerca, hasta que le dijo a su principal hombre de confianza, Orso Iván Gastelúm el Cholo Vago, que quería ir a Los Mochis a pasar unos días.
Así fue, y por ello ya lo estaban esperando para aprehenderlo.
Cortar la comunicación
La madrugada que el Chapo fue arrestado, elementos de la Marina ordenaron cortar toda línea de comunicación celular, y de radio transmisores en toda la zona de Ahome.
Sin sus halcones que le pudieran informar sobre la presencia de los Marinos, que ya contaban con una estrategia de ataque para ir por el capo, el Chapo quedó peor que en una ratonera, y su única opción era huir por el drenaje.
Y mientras sus pistoleros eran masacrados por la Marina, durante casi cuatro horas buscaron al Chapo, que para entonces huía a gatas por un caño de aguas negras de casi medio metro de diámetro.
Emergieron a 12 cuadras al sur del domicilio donde estaba oculto, y de ahí bajaron a una pareja de un auto color blanco, en donde emprendieron la huida, con tan mala suerte que a las pocas cuadras el auto robado empezó a fallar.
Tuvieron que robar un nuevo auto, esta vez un Ford Focus color rojo. Sin embargo, la víctima reportó el robo ante las autoridades, emitiéndose una alerta que llegó hasta los oídos de la Policía Federal de Caminos, que a su vez montó un operativo que eventualmente habría de detener al narcotraficante.
La pretendida extradición
A cinco meses del arresto de Guzmán Loera, una Corte Federal del Distrito Oeste de Texas, señaló que ellos procesarían al capo por delitos contra la salud, aunque existen otras seis cortes que también lo reclaman, en los Distritos Sur de California, Norte de Illinois, Norte y Este de Nueva York, Sur de Georgia, y Oeste de Nueva Jersey.
José Refugio Rodríguez, abogado de Guzmán Loera, señaló que ellos siguen haciendo todo lo que pueden para evitar su extradición, y para ellos se están valiendo de todos los recursos legales.
“Mi defendido no desea ser extraditado, y por consecuencia, nosotros como su defensa haremos todo lo posible para evitarlo, incluyendo denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y apelaciones ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación”, observó el abogado.
De ser extraditado, el capo enfrentaría todo a la justicia estadunidense, según ha señalado las fiscalía, aunque esto no ha sucedido en las extradiciones de Vicente Zambada, Alfredo Beltrán Leyva, Javier Torres Félix, Héctor el Güero Palma.
Es difícil precisar que puede pasar ahora, pues un arreglo entre el Chapo y el gobierno de Estados Unidos pudiera darse, dado el historial que existe entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y los capos sinaloenses, quienes han conseguido permanecer como testigos protegidos en aquel país.