Río Doce.-Huéspedes “vitalicios” del Museo del Estanquillo, una de las herencias de Carlos Monsiváis, La Familia Burrón nace en 1948. Son cinco, al igual que Los Simpson, y también coinciden con un perro en la familia: Regino, peluquero, pobre y honrado; Borola, deschavetada, impulsiva y con un mosquetón al lado, por lo que se pudiera ofrecer; Foforito, hijo adoptivo, su padre biológico es Susano Cantarranas, pepenador, beodo; Regino, alias el Tejocote, primogénito, en sus rasgos de personalidad predominan los genes maternos; Macuca, también conocida como la Pecocha, es la única de todos los personajes de la historieta que no tiene nariz de bola, sino respingada. Su personalidad está más inclinada hacia Regino, pues Borola continuamente la avergüenza con sus locuras. Wilson, el perrito de la familia, es como la ONU: una mezcolanza de razas. Su sino es ir y venir con sus amos a El Rizo de Oro. Todos ellos vivieron durante poco más de sesenta años en el callejón del Cuajo número chorrocientos chochenta y chocho. Dándose picoretes, cuando el amor apremiaba, o moviendo el bigote, cuando era el hambre la que lo hacía. El 26 de agosto de 2009 se les vio por última vez por ahí.
Compañeros infaltables a la hora de ir a la letrina en la infancia, el mosaico de sus personajes es variado, así como el de Los Simpsons. Aparte de los ya referidos, encontramos a Cristeta Tacuche, la tía multimillonaria de la Borola, que autoriza su matrimonio con el pobretón de Regino. Vive en París, donde pasa noches de francachelas bebiendo champán pa’ricos en cantidades industriales. Por las mañanas lucha en la alberca de su mansión con Pierre y Marcelo, sus cocodrilos del alma. Ruperto Tacuche, hermano de Borola y amante de lo ajeno venido a menos por su desmedido amor platónico por Bella Bellota. Aunque retirado del oficio, Ruperto sufre el acoso de sus viejos colegas que insisten en que regrese a la actividad, y las extorsiones de “los tecos”, que descreen su arrepentimiento. Su rostro siempre está oculto por una bufanda. Y qué decir de Avelino Pilongano, poeta, ganador en alguna ocasión de los Juegos Florales de San Teporingo de las Iguanas, amigo de Octavio Paz, hijo de doña Gamucita Botello Pericocha, viuda de Pilongano, que lava y plancha ajeno para que su hijo adorado se dedique a escribir esos poemas que algún día los sacarán de pobres. El Tractor también es digno de mención. Mozalbete de 14 años que usa su convertible como short, es fiel seguidor de las locuras de la Borola y hasta pone dinero para llevarlas a cabo.
En definitiva, el universo de Gabriel Vargas es enorme y su aportación cultural es tal que Juan Villoro afirmó lo siguiente: “Reunir las Obras Completas de Gabriel Vargas enriquecería más nuestra cultura que recuperar el penacho de Moctezuma”.
Texto editado del libro Mira esa gente sola, capítulo “El penacho de Moctezuma y la familia Burrón”.