Guadalupe Lizárraga/LAP
De todos los mexicanos es sabido, que su país es el más peligroso de toda América Latina para los periodistas. Este récord fue alcanzado durante la administración de Peña Nieto, de acuerdo a la conclusión del último informe de la organización internacional Reporteros Sin Fronteras. Incluso, después del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinoza Villarreal en junio de 2015 en la Ciudad de México, la organización afirmó que ya no quedaba ningún refugio para los periodistas mexicanos en peligro.
Artículo 19, otra organización independiente de derechos humanos de los periodistas, con sede en el Distrito Federal, también demostró que durante la administración de Peña Nieto se habían incrementado las agresiones al gremio. “Cada 26 horas es agredido un periodista en México”, apuntó, mientras que en la administración de Calderón se cometía una agresión cada 48 horas. De hecho, el informe de esta organización fue titulado como “Estado de censura”.
Sin embargo, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), con sede en Miami, que dirige el peruano Ricardo Trotti, en sentido contrario a los informes de las anteriores organizaciones, fue parte del escenario para la farsa de Enrique Peña Nieto sobre la libertad de expresión y los derechos fundamentales para los periodistas.
En un boletín de la agencia gubernamental Notimex, la cual pese a estar pagada con nuestros impuestos, solo funciona para hacer eco de lo que dice el gobierno, se difunde el discurso de Peña. Nada más cínico.
Fuera del escenario peñista, México se encuentra en una crisis de derechos humanos, con varias decenas de miles de desaparecidos, con el mayor número de periodistas asesinados en el mundo, con otros miles que nos fuimos al exilio por amenazas y censuras, y con un sistema de justicia que se dedica a fabricar culpables, tortura y encarcelar para dar las cifras a la prensa.
En este contexto, el discurso de Peña con la participación de los periodistas internacionales a quienes se les pagó también para estar en la asamblea del SIP, pone de relieve también el cinismo mediático que hace mancuerna con el del criminal en Los Pinos. Dejo a Usted, lector, la nota completa para que juzgue usted mismo.
México, 14 de Oct. (Notimex). “La libertad de expresión y de prensa es el instrumento más poderoso contra el autoritarismo, la intolerancia y la mentira”, aseveró el presidente Enrique Peña Nieto.
Además “la libre manifestación de las ideas es un derecho irrenunciable de la ciudadanía, cuya defensa nos compromete a todos”, subrayó el mandatario durante la inauguración de la 72 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa.
La mejor garantía para avanzar hacia una sociedad de derechos y de libertades, añadió, es la libertad de expresión y por ello su gobierno es respetuoso “de lo que piensan, opinan, publican o transmiten los periodistas”.
El mandatario ratificó la Declaración de Chapultepec, adoptada en marzo de 1994 y que contiene principios para la protección de periodistas.
En ese marco enfatizó que es obligación de un Estado democrático otorgar garantías a los periodistas para el ejercicio de su profesión, “especialmente ante la amenaza a la libertad de prensa que representa el crimen organizado”.
“La intimidación y los ataques contra periodistas no solo afectan su integridad y el ejercicio de sus libertades individuales, sino que nos dañan como sociedad”, expuso ante directivos de medios de comunicación.
Durante su administración, añadió, el Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas protege a 452 personas: 285 son activistas de las garantís individuales y 167, informadores.
En tanto que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión cuenta con nuevas atribuciones legales contra ataques a periodistas.
A la fecha ha atraído 48 casos, y en apoyo al Mecanismo de Protección ha dado seguimiento a 249 solicitudes de medidas cautelares para proteger a periodistas y sus familiares.
En este contexto Peña Nieto sostuvo que es “consciente que pese a los avances en los últimos años, aún hay crímenes contra los periodistas que debemos resolver”.
Externó que para que este esfuerzo ofrezca mejores resultados, es necesario que los gobiernos de los estados asuman la responsabilidad que les corresponde.
“En la era de la información y el conocimiento, los gobiernos tenemos que actuar auténticamente en una caja de cristal, al lado de la sociedad y bajo el escrutinio de los medios de comunicación, y así lo entendemos en México”, afirmó.
El mandatario destacó que con el aumento en la cobertura de Internet, los medios de comunicación, los blogs y las redes sociales, son una plataforma para denunciar lo que no funciona, al tiempo que las sociedades demandan respuesta inmediata a sus inquietudes.
“La justa insatisfacción ante problemas complejos como la pobreza, la desigualdad o el lento crecimiento de la economía, junto con la expectativa de soluciones rápidas, a menudo producen frustración”, dijo.
Estos “pueden ser factores que expliquen el desencanto con la democracia y el pesimismo sobre el futuro que sabemos existe en muchas sociedades”, abundó.
“Esta insatisfacción con la democracia suele ser tierra fértil para la demagogia, abre la puerta a soluciones mágicas o promesas irrealizables y siempre existe el riesgo de que en su afán de encontrar salidas rápidas, las sociedades opten por salidas falsas”, advirtió el gobernante.
Sin embargo en las naciones donde se impone la demagogia, lejos de alcanzar el cambio anhelado, “encuentran división o retroceso”, hizo notar el presidente de la República.
Por ello los gobiernos democráticos “nos enfrentamos al reto de mejorar nuestra forma de interactuar o dialogar con los ciudadanos, de explicar de manera convincente los avances y sumar esfuerzos para superar los desafíos de nuestro tiempo”, comentó.