Río Doce.- La policía de Sinaloa, sometida y corrompida por el narco: Abogados en Ahome
Abogados colegiados y criminólogos independientes coincidieron en que el gobierno de Mario López Valdez erró el rumbo en materia de combate a la delincuencia y al cierre del sexenio perdió la brújula, por lo que está navegando a la deriva.
De acuerdo con Ramón Valderraín Armenta, presidente del colegio de abogados Diego Valadés y vicepresidente de la Federación de Abogados de Sinaloa que dirige Luis Roberto Sánchez Inzunza, y Leonel Valenzuela Gastélum, presidente del Instituto de Criminología del Noroeste, al cierre de su sexenio, Mario López Valdez demostró no tener el control de la policía y que es inexistente una política criminal, porque no ha podido ni siquiera controlar en mínima medida a los poderosos grupos del crimen organizado que actúan por la entidad.
Ambos coincidieron en que las ocurrencias son el común denominador de una lucha que incendia los municipios del centro y sur de la entidad, en donde las pugnas por el poder callejero se ha tornado encarnizada, incluso enfrentando a las propias instituciones armadas nacionales, que son las que cuentan con más poder bélico, muy superior a las del estado.
“No queremos ser maliciosos, pero en esa errada lucha anticrimen vemos muchas omisiones. El dicho popular dice que piensa mal y acertarás, pero como abogados colegiados no queremos pensar que el Gobierno fue cooptado por el narco, que son sus grupos de sicarios los que someten y corrompen a las policías, pero es una verdad innegable”, consideró Valderraín Armenta.
Las autoridades locales “siempre esperan que se ahogue el niño para actuar. En este caso que indigna a la sociedad no es la excepción, y ahora anuncian medidas drásticas como la intensificación de los patrullajes sin inteligencia de por medio y la aplicación de otras medidas, que se fueron relegando.
En una entidad violenta, aunque el slogan gubernamental diga lo contrario, la aplicación sistemática y sin distingos de la legalidad es una orden suprema, pero aquí se da por ocurrencia, dijo. “Nunca debieron bajar la guardia, nunca debieron dejar de hacer su trabajo, hoy pagan esas consecuencias”, consideró el abogado.
Leonel Valenzuela afirmó que en la entidad nunca hubo en realidad una política anticrimen, sino todo fue con base a ocurrencias, dichos espectaculares, pero de cero eficiencia. “Las estadísticas que los gobiernos locales presumen y hacen publicar en voz de sus jefes institucionales contrastan con la percepción social, y en su favor alegan que es la comunidad la errada y no ellos”.
Los hechos recientes, consideró, le demostraron al gobierno y a la sociedad que hay poderes ocultos y visibles que son en realidad los que gobiernan la entidad.
Es también ya del dominio público que la coordinación institucional es membrete, porque las fuerzas armadas desconfían de las policías locales, y las policías federales mantienen su propia lucha, ajena a todos. “No hay tal coordinación, sino celo. En ese divorcio, la sociedad civil pierde”.
Ambos pidieron a Mario López Valdez fajarse como gobernante y retomar las riendas de seguridad pública, que quizá nunca tuvo en sus manos o que no supo cuando las soltó.