Los manifestantes del “Fora Temer” (Fuera Temer, en alusión al presidente interino de Brasil, Michel Temer), han venido marchando desde que comenzó el proceso de impeachment de la presidenta Dilma Rousseff, hoy apartada del cargo.
Coincidiendo con la última etapa del proceso, el día que Rousseff intervino en el Senado en una maratoniana sesión de más de 12 horas, manifestantes han salido a las calles en ciudades como Brasilia -frente al Parlamento-, Río de Janeiro y Sao Paulo.
En esta última, la Avenida Paulista se blindó previo a la marcha convocada por varios movimientos sociales; la tensión comenzó cuando la Policía cerró el paso a la marcha para que no pasase frente a la FIESP, federación de empresas de Sao Paulo, que durante los últimos meses ha apoyado activa y económicamente el impeachment.
A alrededor de las 18 horas, la manifestación se ha visto reprimida “duramente”, según los activistas, y los manifestantes han sido dispersados por las tropas de choque que han usado chorros de agua y gases lacrimógenos. Por qué protestan No todos los que salen a las calles son petistas (simpatizantes o militantes del Partido do Trabalhadores, PT, de Dilma y Lula), sino que muchos de los que defienden a la presidenta suspendida también se echaron a las calles en 2013 en las marchas que pidieron mejoras sociales antes del Mundial de Brasil.
Aunque Dilma no sea necesariamente santo de su devoción, lo que aseguran es que el proceso de impeachment es turbio y jurídicamente discutible porque: -Los cargos: a Dilma se la acusa de maniobras fiscales ilegales, aunque, tras un peritaje pedido por su defensa, se probó que Rousseff no participó en ellas, ni directa ni indirectamente.
Por ello, tando la presidenta como su defensa argumentan que el juicio polítco es jurídicamente ilegítimo. -Los que la juzgan: a los opositores que impulsaron el proceso y que hoy la juzgan “se los acusa de más corruptión que a ella”.
Así tituló el Los Ángeles Times, y así lo asegura el reportaje de la Agencia Pública que muestra que al menos 17 de los senadores a los que hoy se enfrenta hicieron maniobras fiscales impunemente. -El Gobierno interino: varios ministros de Temer están investigados en la trama Lava-Jato, (Lavacoches), la misma que incrimina al partido de Dilma.
Algunos dimitieron por ello. No así el presidente interino, Michel Temer, quien también está salpicado por la trama y por cargos ateriores que lo hacen “inelegible”, es decir, legalmente incapacitado para presentarse a cargos públicos. -La tesis del Golpe: los defensores de Rousseff aseguran que, por todo lo anterior, el proceso es un ‘Golpe blanco’, una maniobra para sacar a la presidenta del poder, premeditada y puramente política.
Varias grabaciones, que han costado el cargo a dos ministros del Gobierno Temer, apoyan esta tesis. -La agenda del Gobierno interino: al contrario de lo que ocurre en España, donde el Gobierno interino no tiene plenos poderes y no puede nombrar ministros, el Gobierno Temer marcó un radical giro conservador desde su inicio.
Íntegramente formado por “hombres ricos, blancos y de mediana edad”, como se refieren a ellos en los medios brasileños, su agenda es controvertida e incluye privatizar “todo lo que sea posible”, (lo que incluye la gestión de cárceles, escuelas y guarderías), cambios en la ley del trabajo -líderes de la patronal hablan de exteder la jornada laboral a 80 horas semanales, entre otras muchas medidas.
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