Isabel Miranda marchando en apoyo a las fuerzas federales junto a José Antonio Ortega Sánchez (de gorra), miembro directivo del Yunque. Foto: red
Por Antonio Guillén
Los Angeles Press.- La relación de Isabel Miranda de Wallace y la organización mexicana llamada El Yunque parece ser muy estrecha. Amistades, ideología, acciones políticas, discurso, son parte de las coincidencias entre la organización panista en México y la autora del falso secuestro de su hijo Hugo Alberto Wallace.
El Yunque es el nombre de esta organización ya no secreta, sino reservada que, según sus críticos, promueve una ideología católica romana de ultraderecha, y tiene la misión de “implantar el Reino de Dios en tierra mexicana”, de luchar contra las “Fuerzas de Satanás”, sea mediante la violencia, o incluso el asesinato si fuera necesario. Sus miembros se llaman así mismos «Soldados de Cristo», se dicen puros, de la raza evangelizadora. Es gente de la Iglesia Católica, del Opus Dei, de altos mandos de la Policía y el ejército mexicano, así como de destacados empresarios y políticos.
Como todas las ideologías y corrientes de pensamiento de derecha, esta sociedad secreta contiene ciertos rasgos de la doctrina nazi u otras parafernalias ideológicas de diferentes credos de iniciación de sectas, auqnue en sus orígenes “proponía defender la religión católica y combatir uan supuesta conspiración judeo-masónica-comunista que pretendía dominar el mundo” (Wiki Yunque).
Es una red de gente encumbrada en la industria y la política mexicana. Muchos de ellos han sido relacionados con horrendos crímenes, y pese a ello son protegidos por la jerarquía eclesial católica. La misma Isabel Miranda se ha mantenido impune de sus crímenes de lesa humanidad, como la detención ilegal, tortura y encarcelamiento de inocentes, gracias al tráfico de influencias de autoridades judiciales y del expresidente Felipe Calderón para sostener la mentira del hijo muerto.
Las miras del Yunque
Definida por uno de sus exmilitantes como “agencia de colocaciones”, el objetivo de esta organización es obtener puestos políticos para aplicar su ideología nazi, su programa político. Buscan poder, posiciones, dinero y complicidades para encumbrar a más gente de su doctrina. Algunos de los más recientes destacados se menciona a Luis Felipe Bravo Mena, Elias Villegas, Carlos Medina Plascencia, Juan Carlos Romero Hicks, Vicente Fox, y su secretario Emilio Goicochea, Felipe Calderón, entre otros.
El Yunque fue paramilitar en sus inicios, pero con el paso del tiempo, la organización supuestamente evolucionaría y comenzaría a trabajar en el establecimiento de un gobierno fascista en México, buscando sus objetivos por medio de métodos políticos más convencionales.
Cómo opera El Yunque
Según sus críticos, el Yunque opera públicamente mediante el uso de diversas organizaciones de fachada como Provida para impedir la detección y posterior desarticulación de la verdadera organización.
Lograron infiltrar al PAN desde 1987. Diversos empresarios y políticos, principalmente del Partido Acción Nacional, han sido señalados como fundadores o miembros de El Yunque, principalmente por su afiliación a diferentes organizaciones fachadas de El Yunque. Algunas de estas personas han confirmado su pertenencia a la organización. Álvaro Delgado, autor de El Yunque, La ultraderecha en el poder afirma que algunos miembros prominentes del Partido Acción Nacional y del gabinete del ex-presidente mexicano Vicente Fox, entre los que destaca el hoy extinto ex-Secretario del Trabajo y de Gobernación, Carlos Abascal, son miembros del Yunque.
Según el ex militante de esta organización secreta, Luciano Ruiz Chávez, El Yunque planteó proceder con violencia contra López Obrador y sus simpatizantes en la crisis post-electoral en las elecciones presidenciales de 2006 en México. Otras acusaciones de ataques a la organización surgen al revelarse que el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño Terrazo mantenía conflictos con esta organización, acusando a sus miembros de orquestar una campaña de desprestigio en su contra para dejar su puesto como secretario de gobernación. Sin embargo ex militantes afirman que ésta no fue responsable del desplome del avión donde viajaba con otros acompañantes.
El nacimiento de Isabel Miranda de Wallace
Fue así como «nació» Isabel Miranda de Wallace, hasta entonces una perfecta desconocida en la arena política mexicana, y que en el 2006, a raíz del supuesto secuestro de su hijo el 11 de julio del 2005, logró cobrar notoriedad.
Le dieron legitimidad inventando el falso secuestro de su hijo (la Asociación Canadiense por el Derecho y la Verdad aportó pruebas de vida de Hugo Alberto Wallace en conferencia de prensa el 11 de julio de 2016, pero antes ya había denunciado a medios internacionales la falsedad del secuestro).
Se presentó como heroína con el libro El Caso Wallace de Martin Moreno.
Y la hicieron Premio Nacional de Derechos Humanos en 2010 para culminar la tarea de darle legitimidad.
Isabel Miranda de Wallace se transformó en la primera activista de todo México. La única activista relacionada con el gobierno, la única que el gobierno apoya. La «activista mayor» que opaca todo el trabajo de los miles de defensores de Derechos Humanos en México.
Fue utilizada por Felipe Calderón del 2009 al 2013 para el caso de la Banda del Zodiaco: hemos visto a Isabel Miranda atacar a Florence Cassez para impedir su liberación. «¡Qué se quede!» dijo. Hasta llevó las supuestas víctimas de Florence Cassez a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para obligar – mediáticamente – a los jueces a no liberar a la francesa.
La hemos visto en el 2014 y 2015 intentando impedir la liberación de Nestora Salgado, a quién –sin conocer– exigió a jueces federales su le inventó 56 secuestros y un homicidio. Nestora salió absuelta de todos los cargos en contra de ella.
El falso secuestro, la bandera de Wallace
En realidad Isabel Miranda de Wallace es el Caballo de Troya del Yunque. El falso secuestro de Hugo Alberto Wallace fue el caballo de madera con el que pudo colarse hasta la candidatura a la alcaldía de la Ciudad de México en el 2012, izando la bandera de “madre coraje”.
El Yunque pensaba que esta candidata «ciudadana» iba a lograr ser electa en el Distrito Federal. De haber sido así, ella hubiera tenido que pagarles con puestos políticos a sus aclamadores.
Pero no logró alcanzar su meta. Tal vez porque en abril del 2012, la revista Proceso reveló su pasado delincuencial: en el 1998 fue arrestada por homicidio en grado de tentativa cuando ordenó a sus empleados de matar a los trabajadores de la Ciudad de México que estaban retirando unos anuncios ilegales de su empresa Showcase Publicidad.
Testigos que se encontraban en el área de antropométrico afirmaron haberla visto amenazar a las custodias que le tomaban la fotografía y huellas dactilares, y vociferaba porque no quería usar el uniforme carcelario. Fue absuelta del delito de agresión a particulares pero pagó mucho dinero para salir libre con pena alternativa por homicidio en grado de tentativa. Pagó para que no le hicieran algunos estudios de personalidad y para que mandaran al archivo muerto los que le hicieron. De esto, según la fuente informativa, sólo quedan archivos electrónicos incompletos.
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La batalla es contra derechos humanos
El Yunque la mantiene protegida a Isabel Miranda y la utiliza con la bandera del activismo por “las víctimas” para atacar a los grupos institucionales de Derechos Humanos y organizaciones civiles independientes del Gobierno.
Prueba de ello, en el 2015, Isabel Miranda de Wallace y José Antonio Ortega Sánchez (del Yunque), organizaron una marcha blanca en el Distrito Federal para mostrar su apoyo a las fuerzas federales de la Ciudad de México.
Miranda y Ortega Sánchez en la marcha.
Miranda y Ortega Sánchez en la marcha.
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El Yunque reaparece a principios del 2016, después de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y de la llegada del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). Isabel Miranda de Wallace y José Antonio Ortega Sánchez aprovecharon la visita del GIEI a México para lanzar una campaña mediática en contra, pero también en contra de la ONU, de la CIDH y del entonces secretario ejecutivo Emilio Álvarez Icaza, de la CNDH y de Juan Méndez, relator contra la tortura de la ONU.
Para el periodista Ricardo Raphael, quien operó de manera visible esta campaña de desprestigio fue José Antonio Ortega Sánchez, “fundador del Yunque, abogado de militares, amigo de la ultraderecha colombiana y colega de Isabel Miranda de Wallace”. El Universal, 17/03/2016.
José Antonio Ortega Sánchez se lanza contra las instituciones de derechos humanos en febrero de 2016. Foto: red
José Antonio Ortega Sánchez se lanza contra las instituciones de derechos humanos en febrero de 2016. Foto: red
A todos los funcionarios los acusaron de ser parte de una «mafia», de una red de complicidades cuyo objetivo era liberar a secuestradores.
El Yunque es una organización que se manifiesta abiertamente como anti derechos humanos. Isabel Miranda de Wallace es un claro ejemplo de ello, defiende y legitima la tortura públicamente, e incluso se opone al debido proceso afirmando que las instituciones derechohumanistas buscan y permiten la liberación de secuestradores. Ése es su discurso más combativo. De tal modo que sus apariciones públicas están dirigidas a convencer a las audiencias que repudian la tortura como método de confesión criminal y defienden el debido proceso como derecho de todos los ciudadanos.