0 5 min 9 años

peque-foto-ilustración-629x354

La cacería contra Gonzalo Inzunza Inzunza, el Macho Prieto, habría sido brutal, pues durante al menos seis meses agentes de México y Estados Unidos lo rastrearon por mar y tierra, con técnicas de geolocalización y la ayuda de informantes que trabajan para ambos gobiernos.

Según se explica en documentos del Departamento de Justicia de Estado Unidos (USDOJ), la consigna era cazarlo “vivo o muerto”, tarea que concluyó con su localización y con un fuerte enfrentamiento en Puerto Peñasco, el 18 de diciembre de 2013, donde oficialmente habría muerto el capo.

“Lo que pasó es que (el Macho Prieto) estaba agarrando mucho poder, y eso no le convenía a la gente de aquí (del Cártel de Sinaloa), y menos al gobierno”, dijo una fuente de Ríodoce, familiarizada con el caso del capo.

La intención de los gobiernos de Estados Unidos era desmantelar la fracción del Cártel de Sinaloa que operaba Inzunza Inzunza, que estaba a cargo de los corredores de Sonora y Baja California, meta que concluyó con un zarpazo más el miércoles pasado, cuando el gobierno estadunidense logró concretar la extradición de su hermano menor, Abraham Inzunza Inzunza, el Peque, que al ser presentado ante un juez federal de la corte del Distrito Sur de Nueva York, el viernes pasado, se declaró “no culpable” de cargos por tráfico de mariguana, cocaína, y metanfetaminas.

“Por fin tenemos a quien fuera uno de los principales líderes del Cártel de Sinaloa, gracias al trabajo realizado por la DEA en coordinación con el gobierno mexicano, y ahora esta persona enfrentará a la justicia de nuestro país con todo el peso de la ley”, dijo Preet Bharara, procurador del Distrito Sur de Nueva York.

Esto vendría a abrir de nuevo la duda sobre si realmente operan agentes estadunidenses en territorio mexicano, y si lo hacen con anuencia del gobierno mexicano.

“Hay en el parque 87 un cuartel de marinos, y dentro de su perímetro hay unas oficinas móviles que son operadas por agentes estadunidenses, y su labor es solo estar revisando las pantallas de sus computadoras, y con audífonos puestos”, dijo Juan, quien trabaja instalando aires acondicionados, y habría ido a instalar los llamados Minisplits a esas oficinas móviles.

Un grupo parecido a ese habría participado en la ubicación, seguimiento y eventual enfrentamiento con gente del Macho Prieto, aunque ni el gobierno de México ni el de Estados Unidos confirmarían si efectivamente hay agentes de la DEA operando en México, aun y cuando para muchos es un secreto a voces.

“Esa información la tiene nuestra embajada en la ciudad de México; nosotros no sabemos nada de eso”, señalaron escuetamente voceros del a DEA en Washington.

Personas de alto rango del Cártel de Sinaloa confesó a este semanario que ellos están sorprendidos de lo mucho que sabe el gobierno de Estados Unidos cuando extraditan a un miembro de esa organización.

“Es sorprendente lo que los gringos saben de nosotros, por eso a cada rato se cambian claves y se cambian recorridos”, dijo el narcotraficante.

El Peque podría aportar más información a la que ya tiene el gobierno de Estados Unidos, sobre quien funge como el pilar más fuerte del Macho Prieto para el tráfico de drogas.

Para evitar su extradición, el Peque interpuso una serie de amparos, hasta que finalmente el 24 de abril pasado, un juez federal aprobó la petición de Estados Unidos, y apenas el miércoles pasado fue extraditado.

“Una vez agotadas las etapas del procedimiento de extradición, la Secretaría de Relaciones Exteriores dictó el acuerdo correspondiente por medio del cual el gobierno de México concedió la extradición del reclamado a las autoridades estadunidenses. Al agotarse los recursos legales a los que el reclamado tenía derecho, el acuerdo de extradición quedó firme y ejecutable”, informó la PGR.

El operativo de entrega se realizó en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Toluca, en el Estado de México, donde elementos de la PGR lo entregaron a agentes del US Marshalls.