La libertad de Nestora Salgado evidencia el problema de los presos políticos en México
Reportaje: Los Ángeles Press
LOS ÁNGELES, Estados Unidos.- Aunque la liberación de Nestora Salgado es una gran victoria para la lucha por la liberación de los presos políticos del país, no es ni mucho menos el final de los atropellos contra los derechos humanos en México. La salida de prisión de la lideresa de la Policía Comunitaria de Olinalá, después de treinta y un meses de reclusión, sin haber recibido condena por ninguno de los delitos de secuestro, robo y homicidio de los que estaba acusada, ha vuelto a dejar patente la facilidad con la que el Estado utiliza el sistema judicial y las fuerzas policiales para atacar y controlar los legítimos movimientos sociales y las organizaciones disidentes.
Arturo Campos, Gonzalo Molina, Bernardino García o Samuel Ramírez, son cuatro de los otros diez policías comunitarios que permanecen presos desde que fueran aprehendidos a raíz de la campaña lanzada contra la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de Guerrero, iniciada un 21 de agosto de 2013 con la detención de Nestora Salgado. Aunque se habla de medio millar de casos, el Comité Cerezo, en su último informe, estimaba que son 224 las personas privadas de la libertad por motivos políticos, siendo Guerrero el estado con mayor número de casos de ataques y violaciones a los derechos humanos cometidos contra defensores y activistas. Nestora Salgado anunció en su primera conferencia de prensa tras salir de prisión que continuará luchando por la liberación de todos ellos.
Además de la situación de los presos políticos, también queda en el aire la responsabilidad del ex procurador guerrerense, Iñaki Blanco, por las irregularidades en la detención de Nestora y la fabricación de acusaciones en su contra. Este mismo mes, Pedro Gil Apreza, uno de los delincuentes presuntamente sobornado para que la denunciara por secuestro, fue señalado como el asesino material de un trabajador de la construcción, en complicidad con su primo Homero Apreza. Ambos son sobrinos del actual secretario de Finanzas del estado, Héctor Apreza Patrón, y del presidente municipal de Olinalá, Saúl Apreza.
Y si el entonces procurador guerrerense, Iñaki Blanco, tuvo un papel fundamental en la operación de detención de Nestora Salgado y las detenciones contra los miembros de la CRAC, no hay que olvidar que Isabel Miranda de Wallace organizó una conferencia de prensa para presentar a las “víctimas” de Nestora hace apenas un año, tratando de utilizar su influencia mediática para criminalizar a la lideresa. Una de ellas, Dulce Rubí Burgos Pérez, detenida por la Policía Comunitaria para su reeducación por posesión de drogas y prostitución, recibió de Wallace – aparte del entrenamiento para llorar ante los medios dóciles- quince mil pesos por jugar el papel de secuestrada.
Los Ángeles Press dio a conocer una realidad que negaban los medios mexicanos: el atropello del Estado contra una mujer que velaba por su pueblo, Olinalá, Guerrero, y a quien las autoridades fabricaron delitos e intentaron crearle una imagen de secuestradora con la intervención de Isabel Miranda de Walllace. Nestora está libre y ganó esta lucha, pero el Estado le debe más de dos años de salud, de libertad, de amor, y trabajo que hacía en beneficio de su pueblo.
Desde Seattle, celebran la libertad de Nestora
La Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Seattle, celebra con gran satisfacción la liberación de la lideresa indígena Nestora Salgado García. “La perseverancia de Nestora y su familia y de tantas personas que la han apoyado, tanto en Estados Unidos como en México, obtuvieron lo que hace tiempo correspondía, libertad y justicia”, dijo Thomas Antkowiak, director de la Clínica, que ha representado a Nestora en el litigio internacional.
En febrero, el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas recomendó a México la liberación inmediata de Nestora y la reparación por las violaciones a los derechos humanos sufridas desde su arresto hasta la actualidad.
“La libertad de Nestora supone la implementación de una de las dos importantes recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU y un claro reconocimiento de la injusticia perpetrada con su encarcelamiento”, afirmó la abogada Alejandra Gonza.
Con el triunfo legal de Nestora en México no quedan acusaciones pendientes en su contra y los juzgados a cargo de todas las causas han reconocido que Nestora Salgado García es inocente y que forma parte del sistema de seguridad y justicia indígena de Olinalá.
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