Difunet.- Hoy lunes 15 de febrero los diarios nacionales y locales –aunque sea en páginas interiores pero los editores ya no pueden ocultarlo-, dan cuenta de la irrupción pastoral en el escenario público ayer, de un liderazgo muy sólido, auténtico, y visionario, del Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García, Cabeza de la Iglesia La Luz del Mundo -y de sus más de cinco millones de fieles, fieles, fieles, como los aparatos de seguridad y de inteligencia del gobierno federal y de la iglesia católica lo comprobaron en 32 plazas públicas-.
El Apóstol Naasón Joaquín invitó a sus fieles y simpatizantes a celebrar sus bautismos tradicionales de los 14 de febrero, pero ahora en las principales plazas públicas de las capitales de todo el país -como garantiza la Constitución a todos los cultos-. Todos sus eventos fueron exitosos, lo que implica un altísimo nivel de organización y refleja un renovado y eficaz proyecto evangelizador porque bautizaron a más de 50 mil personas en los 53 países en los que mantienen presencia… y creciendo.
Este evento religioso sin precedente, de fuerza, no pasó desapercibido, sobre todo en redes sociales de la internet, e incluso en diversas catedrales, hasta los sacerdotes salían a sus campanarios y torres para contemplar la conversión de muchos católicos a la fe de la Luz del Mundo.
Los analistas ya están juzgando la visita del papa Francisco a México, y de cómo el presidente Enrique Peña Nieto y el dirigente católico trabaron una incipiente alianza, con vistas a reposicionarse ambos. El resultado inmediato es que ambos fracasaron: violaron el estado laico, y en la sociedad Francisco no alcanza la popularidad de Juan Pablo II ni le transmite su respaldo en automático al presidente. Pero eso es cosa de ellos.
Destaco la columna de Bernardo Barranco el domingo 14 de febrero en Milenio titulada así, “La Luz del Mundo” y reproduzco uno de sus párrafos para que el lector entienda la modernidad que vive el país, al margen de que sea o no cierto lo que dice. Lo que me llama la atención es lo que analiza y dice: “La Iglesia la Luz del Mundo surge en Jalisco precisamente en la segunda década del siglo XX. La coyuntura sociopolítica que vio nacer a este movimiento religioso perfiló sus rasgos esenciales. La cultura católica era no sólo preponderante en la región del Bajío sino marcadamente intolerante a toda forma religiosa alternativa. La arrogancia y preponderancia católica como religión favorecida marca el rechazo de la naciente Iglesia frente al universo cultural de la Iglesia católica romana. Pero es al mismo tiempo un referente central, según estudiosos, para ese extraño binomio de repudio-referencia. Más allá de las concepciones teológicas y las narrativas identitarias, los desprecios y menoscabos católicos tendrán una respuesta proporcional en los actores fundadores de la Iglesia, rasgo que conservan en la actualidad”.
Yo lo único que subrayo es que la iglesia católica ya no puede asumir que va sola, que el presidente Enrique Peña Nieto calculó mal al discursear que el pueblo mexicano es guadalupano, pues la Luz del Mundo bautizó ayer a 50 mil personas -la mayoría católica- mientras que este papa fue visto en calles por dos millones de personas y Juan Pablo fue visto por unos 20 millones -cifras oficiales ambas- y en suma, los fieles de La Luz del Mundo han reaccionado espiritualmente a cada intento de arrollar el estado laico por parte de gobernantes distraídos.
La ley es buena consejera.