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Joey

 

El Refugio es un pequeño pueblo de cuatro kilómetros  cuadrados ubicado al norte de Corpus Cristi, Texas y apenas tiene cerca de tres mil habitantes, en su mayoría hispanos.  El viernes  13 de noviembre la población se vio sorprendida cuando el dos veces alcalde Joey Heard fue arrestado esa tarde por el departamento de policía acusado de posesión y tráfico de drogas.

Heard es un  americano  blanco, alto y  un tanto desgarbado. Fue capturado dentro de un centro penitenciario junto con una mujer,  Reva Hammond,  quien se encontraba muy intoxicada bajo el influjo de drogas.  Aun así el 16 de noviembre  Wanda Dukes,  quien quedó como  alcalde interina,  aseguró que habló con Heard y que este dijo que no iba a renunciar al cargo “y que sólo tiene cargos en su contra pero aún no ha sido condenado”.

Para la buena suerte de Heard fue liberado con el pago de una multa de 29 mil dólares. Con cierto descaro comentó a su suplente  que está citado a comparecer en la corte hasta el próximo mes de enero y aseguró  que al menos hasta ese momento seguirá siendo formal y legalmente alcalde de El Refugio. Y de  acuerdo a la ley de ese país mientras no sea sentenciado podrá seguir siendo el alcalde.

En mayo de 2013 de 1 mil 823 electores registrados en El Refugio,  352  votaron por Heard  y eso fue suficiente para convertirse en alcalde por segunda ocasión.

“El consejo  (cabildo) de este pueblo fuertemente cree que las  supuestas conductas indebidas de una persona  no impactan negativamente  en los demás funcionarios, staff, administradores y empleados y otros involucrados en el gobierno municipal y quienes trabajan sin descanso  para servir a esta comunidad”, dijo el Consejal  Dale Skrobarcek durante una reunión del Cabildo que duró 40 minutos para tratar la espinosa situación.

Skrobarcek  emplazó a Heard a renunciar al cargo ya que todo eso era muy embarazoso, las acusaciones fueron de “actos de mucha perdición”.

Por su parte el Consejal Lenny Anzaldua  comentó que el Cabildo esperaba que Heard tuviera de corazón el mejor interés por la comunidad.

La nota sobre el alcalde presuntamente traficante de drogas y “perdido” ocupó en las noticias de México y Estados Unidos tan solo unas cuantas líneas. Habrá que estar pendiente en que pena le impone la corte, pero el caso del pequeño condado  llama a la reflexión.

El Refugio es un punto diminuto en la gigantesca frontera entre México y Estados Unidos de 3 mil 142  kilómetros.  Se localiza a apenas dos horas y media de Nuevo Laredo, Tamaulipas, exactamente a 194.73 kilómetros.  Los pocos medios americanos muy locales o en la web  que publicaron la nota señalaron que el pueblo se encuentra en un “corredor de tráfico de drogas”.

El gobierno de Estados Unidos suele estar muy pendiente de las acciones de los grandes cárteles de la droga en México. Actualmente en dos cortes tiene abiertos casos contra  al menos dos  ex gobernadores en México acusados allá por narcotráfico y lavado de dinero: Tomas Yarrington y Eugenio Hernández Flores, ambos ex mandatarios de Tamaulipas en los periodos 1999-2004 y 2005-2010, respectivamente.

Y no es que les falte razón a la fiscalía de Estados Unidos  para acusarlos. En México se pasean escandalosa y públicamente haciendo gala de su impunidad e incluso participan en actos políticos del PRI  como  Hernández Flores,  quien hace unos días  se presentó en el  informe de gobierno del actual gobernador de Tamaulipas Egidio Torre, con nuevo look y más delgado. Ante las preguntas de la prensa  respecto a  las averiguaciones previas abiertas en la Procuraduría General de la República en su contra,  afirmó que ya estaba  libre de toda culpa de los casos. De lo que no habló fue de los expedientes abiertos en su contra en EU por sus presuntos nexos con Los Zetas.

Mientras a los narco gobernadores mexicanos se les persigue, allá Heard  parece arreglárselas bien. La ley lo  protege al punto de no tener que renunciar al cargo. En contraste, el trato que se les da  a otros traficantes de droga  o acusados de conspirar para traficar o vender en EU es bastante distinta. Con éstos últimos la ley americana  es bastante rígida, una simple intención de traficar drogas puede significar 10 años de prisión.

Aún se desconoce la magnitud de los cargos contra Heard ni la cantidad de droga que se le acusa haber traficado ni con que propósitos, pero el punto es que  ¿Cuántos otros alcaldes como Heard o gobernadores en ese país también están involucrados con el narcotráfico?

Es ingenuo pensar que en una frontera tan porosa donde la droga viaja miles de kilómetros dentro de Estados Unidos para llegar a su destino final, no haya en el camino algunos gobernantes electos involucrados en el negocio, o siendo cómplices de él como Joey Heard. Exactamente igual como pasa en México.

El ejemplo de El Refugio hace recordar que la “guerra contra las drogas” no es pareja  respecto de Estados Unidos hacia México y de Estados Unidos hacia su interior.